BRONNITSY, Rusia.- Estadios que costaron mucho más que lo proyectado, estafas, constructoras que terminaron frente a los estrados y gobiernos regionales que le temen a los "elefantes blancos". Los gastos extra que tuvo la organización de la próxima Copa del Mundo explican en gran parte por qué Rusia 2018 es el flamante dueño de la etiqueta de "mundial más caro de la historia".
En 2013, las primeras estimaciones llevaban el gasto gubernamental a los 664 mil millones de rublos. A mediados de 2016, el optimismo local lo ubicó a un piso de 617, pero a partir de ahí nada fue como se esperaba. El Mundial, que tendrá su puntapié inicial este jueves, será el más caro y superará al de Brasil 204. Producto de gastos inesperados, el presupuesto ruso trepó a 678 mil millones de rublos y el gasto total, con participación del gobierno federal, los gobiernos regionales y, en menor medida, de la FIFA, alcanzará los 883 mil millones, unos 14 mil millones de dólares. Brasil, con 11,6 mil millones, quedó en el segundo escalón. Los números se desprenden de un completo informe que publicó el diario económico ruso RBC en su edición del viernes, en base a la resolución estatal que explica los números finales del Mundial.
El aumento del presupuesto original se asoció con un incremento de fondos para la parte final de la construcción de instalaciones deportivas: estadios y bases para la preparación de equipos participantes, infraestructura de transporte y otros gastos que se encuentran bajo el ítem "otras actividades relacionadas con los preparativos para la Copa del Mundo". En una de las tantas explicaciones que dio el Ministerio de Deportes para aclarar el desvío del último ajuste del presupuesto también incluyeron la inversión en la seguridad antiterrorista. Rusia está atenta a cualquier movimiento de grupos externos, así como también de los rebeldes al régimen de Putin que conviven fronteras adentro.
Entre las sedes, la lupa se posa sobre Kaliningrado. Como explicó LA NACION en diciembre del año pasado, el estadio está señalado por un caso de malversación de fondos destinados a su construcción. En la causa se habla de "estafa a gran escala" por casi diez millones de dólares. En 2014, la empresa constructora utilizó 1,6 millones de metros cúbicos de arena para fortalecer los suelos pantanosos. Y el trabajo fue aprobado. Pero desde entonces -hundimiento mediante- algo quedó bajo investigación. Y fue la arena. "Era de una calidad inferior a la declarada", revelaron los estudios. La justicia persiguió al subcontratista, responsable de la compra, pero el tiempo jugó su propio partido en la antesala del torneo.
De los 12 estadios que esperan por el Mundial, seis fueron construidos desde cero. Aunque al caso Kaliningrado se le suma otro punto en conflicto: el estadio de está declarado en el presupuesto como "reconstrucción", pero en realidad se trata de un nuevo recinto que contará con "la fachada histórica de la entrada". En el ranking de los escenarios más costosos, San Petersburgo ocupa el primer lugar, con 44 mil millones de rublos (700 millones de dólares). El Zenit Arena tuvo su historia negra: el proyecto sufrió modificaciones, se cambió la empresa constructora a mitad de camino, se detectaron problemas en la estabilidad del terreno y se sospecha que el gobierno local desvió millones de rublos en un contrato para instalar las pantallas.
En el segundo escalón quedó el Luzhnikí de Moscú, la cancha que recibirá tanto el partido inaugural como la final. Atrás aparecen Rostov del Don, Samara, Kaliningrado, Nizhny Novgorod, Volgogrado, Saransk, el Spartak de Moscú, Kazán, Ekaterimburgo y Sochi. El "Fisht Stadium" fue el que menos dinero demandó: solo 4,7 mil millones de rublos. El costo total de todas las sedes fue de 224 mil millones de rublos, unos 4 mil millones de dólares.
A tres días de la Copa del Mundo, ya no hay tiempo para cambios. Además, ya fueron suficientes: el presupuesto fue modificado 35 veces y la cantidad de fondo se ajustó en 12 oportunidades. Eso sí, no todo fue sumar ceros. La federación rusa logró reducir el financiamiento eliminando algunos ítems previamente planeados. Sobre todo, fue posible ahorrar en la reducción de la cantidad de hoteles que se tenían que construir con dinero público. La negativa redujo el presupuesto en 26 mil millones de rublos. Otro ahorro importante se dio al bajarle el pulgar a la construcción de un nuevo Centro Internacional de Medios (IBC) por 6.000 millones de rublos. El edificio debía financiarse con el presupuesto de Moscú, pero se decidió aprovechar el complejo existente de la Expo Crocus, en Krasnogorsk, a 45 minutos en subte desde la Plaza Roja.
¿Cómo se mantendrán los estadios tras la intervención estatal? ¿Cómo se evitarán los "elefantes blancos"? "Todas las instalaciones deben ser capaces de cubrir sus costos", dijo Putin, la semana pasada, durante su programa anual en televisión en el que responde preguntas del público. El presidente de la federación sugirió que los recintos abran cafeterías y centros comerciales para impulsar su rentabilidad. "Gastamos mucho dinero y estoy de acuerdo en que tiene que ser en beneficio del deporte", agregó. El mantenimiento anual de los estadios del Mundial será de entre 200 y 400 millones de rublos (entre 3 y 6 millones de dólares), según cálculos de autoridades regionales. Gobiernos locales que ahora le piden subsidios a Putin para no tener que cargar con la millonaria mochila. La respuesta desde Moscú no admite interpretaciones.
Edición fotográfica: Jorge Bosch
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