Epic 5: Juan Craveri ante un desafío épico

Cualquier persona pensaría que a los 48 años, 6 hijos y con un trabajo full time sería imposible tener tiempo libre para practicar algún hobbie. Y mucho menos entrenarse para correr un Ironman. Siempre hay excepciones. Siempre. Juan Craveri no sólo hace todo eso junto, sino que, además, ahora lo multiplica por cinco. El próximo mes (del 5 al 9 de mayo) competirá en la EPIC 5, un desafío colosal: 5 Ironman, en 5 días consecutivos, en 5 islas de Hawai. Será el único argentino en participar de la competencia de la que sólo forman parte 14 deportistas de todo el mundo.

Más allá de intentar realizar 5 full Ironman, Craveri sumó una idea, un objetivo: colaborar con una Fundación para niños con cáncer. Por eso, correrá bajo la forma de charity race con la misión de recaudar un millón de pesos mediante el apoyo de empresas y particulares, que serán donados íntegramente a la Fundación Natali Dafne Flexer, cuya misión es ayudar a niños con cáncer. "El costo de inscripción, el pasaje, el alojamiento y otros viáticos corren por mi cuenta, las donaciones van directamente y en su totalidad, a la Fundación”, contó Craveri, quien a la fecha suma 54 Ironman full, . Para el empresario y deportista esto no es una novedad. Ya tiene un antecedente. En 2006 participó bajo la misma modalidad. “Fue un éxito, vendí los 515 km recorridos en el Ultraman a empresas que acompañaron mi esfuerzo y todo lo recaudado fue utilizado por la Fundación para la construcción de consultorios externos en el Hospital de Niños”, rememora. Asimismo, Craveri será el embajador argentino de “Corré con un propósito”, la campaña de Reebok a nivel global que busca y apoya historias inspiradoras de runners alrededor del mundo y las distintas motivaciones que los llevan a superar sus propios límites. Aplicando en el desarrollo de productos innovadores como Floatride, un calzado versátil ideal para largas distancias distancias.

Nacido para las largas distancias

Desde aquella primera tarde de diciembre de 2001 en la que salió a correr, Juan no paró, no paró más. A poco más de 15 años de sus inicios en el running pasó de correr algunas carreras de 10k a las largas distancias, casi sin escalas. "Es una cuestión de gusto personal, me siento cómodo corriendo en continuado, es donde puedo disfrutar más”, admite. Y agrega: "Es lo que me gusta hacer. Me siento cómodo y lo disfruto".

Hoy se encuentra ante un desafío extremo: deberá cubrir cada jornada la distancia de un Ironman: 3,8km de natación, 180km de ciclismo y 42km del maratón. Todo, sin etapa de descanso entre medio, no más de 3 horas de sueño diarias y con una temperatura que no bajará de 35 grados. De las tres disciplinas Juan tiene una preferida: correr. "Esencialmente soy corredor, es lo que más me gusta y disfruto", dice.

El entrenamiento

¿Cómo se entrena alguien para este tipo de exigencia? “Un poco más que para un Ironman pero hay un límite que está puesto por el mismo cuerpo. Hay que saber encontrarlo en cada uno de nosotros y no pasarlo ya que en ese caso sería más perjudicial que beneficioso”, advierte. "Lo que a mí particularmente me sirve y hago distinto en esta preparación, que es diferente a entrenarte para un solo Ironman, es hacer lo que en la jerga se denomina `Back to back´, es decir, repetir el domingo lo que se hizo el sábado para acostumbrar al cuerpo a estar exigido en días consecutivos”, explica. Sin música, solo con un GPS cómo único aliado en todos sus entrenamientos, Juan ha dedicado los últimos fines de semana largos a realizar "Mini Epics", 100km de bici, 10/14km corriendo y 3k de natación cada día.

Si bien el tiempo no es lo que sobra, Juan trata de balancear sus largas jornadas de trabajo, sus entrenamientos que no posterga y los compromisos familiares. “El día tiene 24 horas para todos y por más que uno trate de administrarlas de la mejor manera posible, siempre termina sacándole tiempo a la familia, al trabajo y al entrenamiento pero hay una sensación que compensa todo eso y es la que se siente al cruzar la línea de meta”, dice y continúa: "Me gustan los deportes individuales por encima de los grupales. Al principio, corría carreras en equipo y hacía en solitario el tetratlón de Chapelco (esquí, running, kayak y ciclismo) como una forma de medirme. En ese caso, si fallaba era mi culpa. Prefiero los deportes individuales, donde el éxito o el fracaso dependen de uno. A fines de 2002 empecé con el triatlón y me quedé con la distancia larga. Con el Ironman. Es mi preferida. Es donde me siento más a gusto y donde, creo, que puedo disfrutar más".

Juan no deja de destacar el importante rol de su esposa y compañera en todo esto: “Annie es parte de mi equipo, capitanea la tripulación local y además, no solo me banca junto con mis hijos, sino que además cubre los agujeros que dejo cuando entreno. Y eso es invalorable".

Sus motivaciones

Para Juan, lo mental es la clave para lograr sobrepasar esta exigencia extrema. “Estas carreras son 90% mental y el restante 10% está en la cabeza, asumiendo por supuesto que uno llega con el estado físico adecuado”, precisa. Y añade: "Casos como el de EPIC 5 requieren un plus, como lo es el compromiso asumido con la Fundación Flexler: la diferencia está en que el dolor que yo siento en la carrera, lo elegí, estos chiquitos en cambio, no eligieron su enfermedad. Entonces el hecho de saber que en cierta manera los estoy ayudando es una motivación extra”.

Cómo seguirlo

El entrenamiento, a través de Garmin Connect o Strava, el viaje y la carrera se pueden seguir por www.epic5.com.ar o mediante Instagram @juancraveri y el resto de las redes sociales usando los hashtags: #CorriendoPorUnaCausa #YoCorroPor #SePoneLaCamiseta #PoneteLaCamiseta #DesafíoEpic5 #CorréConUnPopósito

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