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Río 2016: cómo les irá a los atletas argentinos en los Juegos Olímpicos
Los trece atletas que vestirán la celeste y blanca bajo la lupa; tres expertos del atletismo analizan uno a uno, a nuestros representantes en Río 2016
Pronosticamos el clima, los resultados de las elecciones y los partidos de fútbol. En la reciente final de Wimbledon, el tenista Milos Raonic se enfrentaba a Andy Murray, campeón de 2013, número 2 del mundo y favorito del público. Horas de televisión, páginas de diarios y muchísimas voces pronosticando la futura derrota de Raonic. Milos no se quejó de que todos apostaran a que iba a perder –y al final perdió–. Ellos entienden que es parte de la difusión masiva del deporte. Son, por así decirlo, las reglas del juego.
El atletismo no es, en Argentina, un deporte masivo; no hay barras bravas del salto en alto ni se ven fanáticos del lanzamiento de disco por la calle. Acá es un deporte chico: son pocos, se conocen mucho. Y los atletas, nuestros representantes, en los últimos tiempos, se transformaron en ídolos, íconos de carne y hueso. Personas comunes que se visten de referentes que no conocen de estrellato. Personas simples y admirables.
Quizás por eso no es común ver pronósticos de resultado. Menos aún para un certamen donde, claramente, la Argentina no es potencia en los Juegos Olímpicos. Incluso, gente del medio prefirió no opinar sobre el futuro del equipo argentino. Pero LNCorre reunió a dos expertos periodistas de atletismo y a un atleta dos veces olímpico para un debate profundo y poco frecuente sobre las posibilidades de nuestros representantes.
En un extremo, Edgardo Fontana, director de la revista Atletismo Argentino (publicación con 27 años de trayectoria), miembro de la Asociación de Estadísticos Mundiales de Atletismo y profesor de Atletismo en DeporTea. En el otro, Gabriel Ganci, periodista de FoxSport y DxTV que cubre los Juegos de Río para la cadena internacional. Y en medio de ambos, Javier Carriqueo, partícipe de Pekín 2008 en 1500 m, de Londres 2012 en 5000 m y dueño del récord nacional de 3000 metros. Un trío de lujo, con décadas de experiencia, analiza a los 13 atletas que vestirán la camiseta argentina en Río 2016.
Los lanzadores
Tanto en lanzamientos como en saltos, se realizan rondas clasificatorias donde los mejores pasan a una prueba final, que se realiza otro día. Quienes no lleguen a esa instancia, pierden toda chances de medalla. Así es el pronóstico de nuestros lanzadores.
Jennifer Dahlgren (lanzadora de martillo): Río será su cuarta participación olímpica. “Para pasar a la final, debería lanzar más de 71mts. Si bien no logra desde hace un año, esa marca, es posible que lo consiga”, comenta Fontana. “La veo complicada de llegar a la final. Si bien tiró hace poco 69mts, tiene que dar un poco más en Río”, acota Carriqueo. “No es la gran candidata argentina, pero tiene sus chances”, puntualiza Ganci.
Rocío Comba (lanzadora de disco): Para esta cordobesa, son sus terceros Juegos Olímpicos. Dueña del récord nacional, con 62,77mts -logrados hace tres años-, sería lo mínimo indispensable para llegar a la final. “Es la más complicada de los cuatro lanzadores para llegar a la final”, comenta Ganci. “Aún con su mejor marca sería muy difícil llegar a la última ronda”, coincide Fontana. “Rocío está con muy pocas competiciones, no es sencillo saber cómo puede llegar físicamente”, explica Carriqueo.
Braian Toledo (lanzador de jabalinas): A los 22 años, ya son sus segundos Juegos Olímpicos. “Para acceder a la final, debería batir su récord nacional de 83,32mts. Ojalá lo logre”, desea Fontana. Carriqueo coincide: “No va a ser fácil repetir la final que logró en el mundial del año pasado”. “Quizás pueda entrar superando los 81mts”, arriesga Ganci, “para mí es uno de los candidatos firmes a una final”.
Germán Lauro (lanzador de bala): Es el atleta en actividad con mejores resultados en Juegos Olímpicos. Fue 6° en los Juegos Olímpicos de Londres 2012. “Germán necesita lanzar por encima de los 21mts. De esa manera, podría asegurarse llegar a otra vez a una final olímpica, una marca que no logra desde hace tres años”, aclara Fontana, “de todas maneras, Germán siempre se destacó por ser una gran competidor y ojalá que llegue en las mejores condiciones físicas”. Ganci recuerda su última conversación con Lauro: “Germán me dijo que su objetivo primordial es estar por encima de 20,50mts y así asegurarse un lugar en la final”. “No viene compitiendo”, aporta Carriqueo, “pero la regularidad de Germán Lauro es asombrosa, es un candidato para estar en la final de lanzamiento de bala. Puede hacerlo”.
Chiaraviglio, el único saltador
Germán Chiaraviglio (saltador con garrocha): el santafesino estuvo en Pekín 2008, pero no pudo llegar a Londres 2012, ahora vuelve a Río en el pico de su carrera. “La marca para pasar a una final olímpica es muy variable”, aclara Ganci, “en Pekín pasaron con 5,50mts, pero en Londres se fue a 5,70mts, una diferencia enorme. Para mí, si repite los 5,75mts -que le dieron a Germán la medalla de plata en el Panamericano del año pasado-, es el gran candidato a la final”. Fontana agrega: “Nos podría dar una maravillosa sorpresa en la final. No estoy hablando de medallas, estar entre los ocho mejores para un atleta argentino tiene casi el mismo significado que un podio”. Pero Carriqueo es un poco más cauto: “Viene de dos competiciones nulas, no sé si eso le va a mermar la confianza”.
La primera dama
Belén Casetta (corredora de 3000 m con obstáculos): La marplatense con 21 años –la más joven de la delegación– debuta en unos Juegos Olímpicos donde se clasificó con la mejor carrera de su vida: oro en el Iberoamericano 2016 y récord nacional con 9m42,93s. “Es la primera argentina en la historia en clasificar en obstáculos”, explica Ganci. “Es una prueba muy difícil, plagada de africanas, pasar a la final es complicado”, aclara Fontana, “su objetivo debería ser mejorar su marca”. “Siendo tan joven, es una garantía a futuro, tendría que aprovechar la experiencia para crecer”, aporta Carriqueo, que de experiencia olímpica sabe.
Carrera March!
Juan Manuel Cano (marchista): Son sus terceros Juegos Olímpicos: 40° en Pekín, 22° en Londres, ahora en Río. Ganci pronostica: "Igualar lo de Londres sería notable, pensar en un top 25". Fontana opina en la misma línea: “Igualando su mejor marca del año (1h24m00s), le daría chance a repetir lo conseguido en la capital inglesa”. Carriqueo comenta: “Es un marchista con muy pocas faltas técnicas, no lo suelen descalificar por eso. Además tiene a favor la ausencia de marchistas rusos –ausentes por doping–, y podría seguir mejorando puestos como en sus Juegos anteriores”.
La prueba madre
Argentina completó las seis plazas posibles en maratón, tres de cada sexo. Luis Molina, Mariano Mastromarino y Federico Bruno; María Peralta, Viviana Chávez y Rosa Godoy, forman el sexteto olímpico. El clima y el circuito hacen imposible anticipar seriamente una marca, pero si se puede pronosticar quien será el primer argentino en llegar a la meta en sendas competencias.
Carriqueo cree que Marita Peralta puede liderar entre las argentinas “por su mayor experiencia en competiciones importantes”, dice. Ganci coincide: “Su roce internacional puede ser un plus”. Fontana tiene otra elegida: “Si tengo que arriesgar pienso en Chávez.”
Con los caballeros, Carriqueo vuelve a apostar a la experiencia, aunque esta vez no está tan seguro. “Mastromarino puede hacer pesar su regularidad, aunque Bruno puede ser la sorpresa”, advierte. Ganci está más decidido: “Federico [Bruno] para mi es el "joven maravilla", debutó con marca mínima, puede llegar a ser el mejor de los tres. Creo incluso, que puede sacar el mejor puesto de los seis”, analiza pero reconoce la dureza de la prueba. “No es fácil de completarla. En Londres abandonaron 19 varones y en Río podría ser peor", precisa. Fontana coincide con Ganci “Puede ser Bruno”.
A pocos días, con años y años de entrenamiento sobre sus cuerpos, las cartas parecen estar echadas. Pero Fontana, Ganci y Carriqueo están seguros de algo: hasta que no concluya el último salto, el último lanzamiento y se cruce la línea final, en los Juegos más importantes del planeta; todo puede pasar. Incluso un milagro. Ojalá que sea argentino.
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