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Carrera Maya: tres años después, con la misma emoción
Laura Martínez volvió a correr tras haber sido mamá; sin embargo, volvió mejor que antes y logró su personal best
Miércoles 25 de mayo, el reloj suena 5.50 y salto de la cama. No tengo ni que pensar qué ponerme. Toda mi ropa está prolijamente ordenada desde la noche anterior. Hoy vuelvo, después de casi 3 años, a correr una carrera. Las Fiestas Mayas, ahora llamada Carrera Maya, es la elegida para mi regreso.
Si vamos a lo estrictamente físico, en realidad dejé de correr sólo por 10 meses, que fue el tiempo que duró el embarazo y recuperarme de la cesárea. Pero, los que corremos, sabemos que salir a hacer un fondito una vez a la semana no es correr.
Empecé a volver en noviembre del año pasado, cuando me sumé al grupo Correr Ayuda, el equipo liderado por Marcelo Perotti.
Los primeros entrenamientos me dolía todo (incluido mi orgullo) al ver los tiempos de las pasadas, los fondos con mucho esfuerzo eran de 50 minutos y no podía ni pensar en entrenar más de tres veces por semana.
De a poco fui sumando kilómetros, mejorando mis tiempos y recuperando la confianza. Me acuerdo de haber enviado un mail a Marcelo en el que le decía que mis pasadas eran todavía 45 segundos más lentas que antes, a lo que él me respondía que tuviera paciencia, que ya iba a volver a correr como antes o incluso mejor.
Basta de historia, vuelvo al miércoles; ahí estoy otra vez en una manga de largada. La adrenalina, los nervios, la ansiedad todos expectantes del reloj de partida. Cruzo la línea y empiezo a correr, un poco más lento que mis proyecciones de tiempo, con miedo de acelerar demasiado al principio y no tener energía y aire para los últimos kilómetros.
Paso el segundo kilómetro y me doy cuenta que me siento muy bien, que tengo aire suficiente, que las piernas se la bancan y empiezo a acelerar. Llego al kilómetro nueve y me doy cuenta que ya no queda nada.
Pienso en mi marido que se banca mi locura runner desde hace años, en mis hijas, que desde chiquitas escuchan "mamá se va a entrenar un ratito y vuelve", en mi familia que me ayuda y me alienta, en los días de calor, lluvia, viento y frío en los que sin importar nada salgo a correr igual.
Llego al arco que marca el final de la carrera, miro mi reloj y el oficial y mi alegría explota. ¡Hice mi mejor marca histórica en 10k! Mi entrenador tenía razón, volví, e incluso mejor que antes.
Ahora a seguir sumando kilómetros, se vienen los 21k de Buenos Aires en septiembre. Estoy feliz. A todos, correr nos ayuda.
Laura Martínezes mamá de Ame y Delfi, esposa de Pato, corredora aficionada y especialista en planificación económica y financiera.
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