Encontrá resultados de fútbol en vivo, los próximos partidos, las tablas de posiciones, y todas las estadísticas de los principales torneos del mundo.
Atlántica 100: correr desde Mar del Plata a Villa Gesell
Con el mar a la derecha y en una pista de arena cincuenta corredores lucharon contra el viento, cruzaron la laguna de mar Chiquita, pasaron por el Faro Querandí hasta llegar a Villa Gesell
- 8 minutos de lectura'
En 2012, un grupo de 20 corredores residentes en la Costa Atlántica decidió realizar una travesía solidaria y unir Mar del Plata con Pinamar en tres días. La primera etapa fue desde La Feliz hasta Mar Chiquita, el segundo día continuaron hasta el Faro Querandí, y finalmente llegaron a Pinamar.
“La carrera tuvo una gran repercusión y dos años después, en 2014, junto con otras personas, se nos ocurrió repetirla, pero como una competencia. Las dificultades que representaba hacerla en tres días nos frenó porque requería una gran logística y las ganas nos llevaron a concretarla, pero de un solo tirón”, le cuenta a LA NACION Pablo Sosa, el director general de la carrera que en su primera versión se corrió en 45, 30 y 21 kilómetros, además de los impactantes 100.
Los corredores de largas distancias se entusiasman con los desafíos y con las pruebas que suenen a gestas imposibles. Correr durante horas sobre la arena, cruzar la laguna de Mar Chiquita, atravesar la Reserva Faro Querandí, donde está vedado el ingreso a los turistas, y luchar contra el viento, con el mar como telón de fondo, puede sonar como una pesadilla, pero para un corredor de ultra trail es una invitación al paraíso.
La competencia se consolidó y con el transcurrir de los años se convirtió en una fecha clásica y diferente porque es la única que se disputa casi de punta a punta en la playa, corriendo sobre la arena y con el sonido del mar como acompañamiento.
“Es distinta a todo porque son 100 kilómetros en los que tenés el mar a tu derecha todo el tiempo, y salvo en un trayecto corto, es toda sobre la arena. Además, la geografía plana te invita a correr desde el arranque lo que también es una diferencia de las ultras en montaña, donde las subidas te frenan y te permiten regular el ritmo”, explica Sosa, que además de Atlántica es el responsable de la organización de la Maratón del Desierto en Pinamar.
Esperando a “la uruguaya”
La última Atlántica 100 comenzó la madrugada del 15 de octubre en la rambla de Mar del Plata y arrancó seis minutos después de la 5, porque una de las competidoras tuvo un inconveniente para arribar a la largada. La uruguaya Vanessa Campos se puso en contacto con la coordinadora de la competencia, que ante el pedido de la corredora retrasó el comienzo a la espera de la rezagada, que finalmente fue segunda en la categoría de mujeres. “Al llegar pedí disculpas y agradecí a todos los corredores que me esperaron, a pesar del frío y el viento que hacía”, dice Vanessa, que fue la primera vez que disputó una distancia tan extensa, y casi sin darse cuenta, se llevó un lugar en el podio. “A pesar del viento en contra durante las 15 horas, y lo duro que es correr sin parar, fue un placer. Pasamos por lugares increíbles, donde no llega nadie, y fue una experiencia inolvidable. Corrí solo con la idea de terminarla y el segundo puesto fue una sorpresa” dice la corredora del running team Legión de Montevideo.
La competencia que dirige Pablo Sosa y que coordina Gimena López, tiene un formato artesanal que casi ninguna otra carrera de ultra trail ofrece. Desde el instante de la inscripción los organizadores suman a los corredores a un grupo de WhatsApp que comienzan a vivir la competencia previamente. Gimena se encarga de establecer contacto con cada corredor, y el día de la prueba un grupo de gente que fue interactuando y palpitando el evento se cruzan en abrazos luego de unos meses en los que fueron creando un vínculo virtual.
“En está última versión preferimos hacer solo dos distancias: 100 y 75 kilómetros. De esa forma podemos hacer una carrera absolutamente personalizada, porque compiten unos 50 corredores y tenemos un seguimiento en detalle de cada uno, lo que permite que todos se sientan bien cuidados y atendidos en el marco de un paisaje que es único”, explica Sosa que asegura, “lo que no podemos ajustar es la intensidad del viento, que este año sopló desde el arranque y corrieron como si tuviesen un enorme ventilador en contra”.
Encontrarle un sentido a la carrera
En Argentina hay muchas carreras en la montaña, algunas en la selva, también en lagunas y centenares de calle, pero cuando un deportista quiere probar cómo es andar durante 100 kilómetros pisando la arena con el mar a su lado bramando durante horas. la única alternativa es Atlántica 100.
Guido Derincovsky, que comenzó a correr hace tres años, se propuso realizar tres competencias de 100 kilómetros en diferentes geografías y de esa manera hacer una especie de tour por Argentina. Primero fueron los 100k en Yaboty, en la selva misionera, luego el Desafío Punta Negra en San Juan, y cuando buscó correr en la playa todos los caminos lo condujeron a Atlántica, pero unos días antes de la carrera un inesperado y triste suceso lo hizo dudar y estuvo muy cerca de suspender su participación: “El 7 de octubre fue el ataque de Hamás a Israel y a mi me pegó muy fuerte. Tengo familiares y amigos viviendo allá y en un momento de tanto dolor y angustia me pareció que ir a correr una carrera era un acto de egoísmo”, le dice a LA NACION Guido Derincovsky.
Después de la insistencia de Gimena López y luego de mucho meditarlo, Guido optó por correr: “Hasta el jueves mi decisión era no correr porque estaba muy deprimido, pero la idea de darle un sentido más allá de lo deportivo fue lo que me hizo cambiar de opinión”. Darío corrió los 100 kilómetros con una bandera de Israel atada a su mochila que desplegó en la llegada y fue recibido con profundo respeto por el grupo de corredores y los organizadores que estaban al tanto de la situación. “La llegada para mi fue muy fuerte, después de tantas horas y de tanto esfuerzo estaba muy emocionado, pero tuve la sensación de que no corría por mi, sino que estaba ofreciendo mi pequeño testimonio por la paz”, dice Derincovsky, que tardó 13 horas y llegó en sexta posición en la clasificación general.
Aprender a escuchar al cuerpo
Atlántica 100 cuenta con una corredora con asistencia perfecta. Elba Aguirre no solo estuvo en la largada de todas las competencias que se hicieron desde 2014, sino que también fue una de las atletas que conformó el grupo de los pioneros que se animaron a los primeros 120 kilómetros entre Mar del Plata y Pinamar.
Elba es un personaje conocido en Villa Gesell y en el pequeño mundo del ultra trail. Comenzó participando en carreras de calle, luego se le animó a la maratón, y finalmente se convirtió en una de las caras habituales en las competencias de larga distancia dónde cosechó algunos buenos resultados. Atlántica 100 la tuvo cómo una de las ganadoras y es uno de los logros que atesora con más cariño esta corredora que, desde hace cinco años, participa acompañada de su pareja. “En 2015, cuando me preparaba para participar en los 124 kilómetros de la TDS en Mont Blanc, comencé a tener algunos síntomas raros. Sentía un hormigueo en lado izquierdo de mi cuerpo y luego de muchos estudios me diagnosticaron Esclerosis Múltiple”, cuenta Elba que desde hace cinco años corre acompañada por su pareja.
“Me costó mucho aceptar mi realidad y recién ahora puedo hablar abiertamente del tema. A pesar de las dificultades seguí entrenando y corriendo, aunque tuve que aprender a escuchar a mi cuerpo y saber cuando aflojar”, le explica a LA NACION Elba, que fue una de las corredoras que estuvo en la largada de Atlántica 100, pero esta vez con un resultado distinto al esperado. “A los 30 kilómetros comencé a sentir mucha fatiga, un enorme cansancio y entumecimiento en las piernas. Me dolió mucho porque es la primera vez que me toca abandonar, pero cuando mi cuerpo me dice que no se puede, tengo que saber aceptarlo”, cuenta la corredora, que esta vez dijo ‘basta’, aunque no se rinde y al día siguiente comenzó a pensar en la próxima carrera.
La clasificación final
100 kilómetros varones
- Ignacio Ilarregui (Ayacucho), en 10 horas
- Ariel “Rasta” Vargas (Pinamar), en 11h59m
- Lucas Casas (San Antonio de Areco), 12h7m
100 kilómetros mujeres
- Betiana Pintener (San Nicolás), en 14h30m
- Vanessa Campos (Uruguay), 15h20m
- Sheyla Troia (Corrientes), 15h26m
70km varones
- Alejandro Maluh (La Matanza), 6h23m
- Agustín Barbatto (Mercedes), 6h26m
- Francisco Calzone (Baradero), 7h15m
70km mujeres
- Micaela Casquet (Necochea), 8h23m
- Canela Sellares (Mar del Plata), 8h24m
- Lorena Parada (Avellaneda), 9h8m
Seguí leyendo
¿El mejor Mundial de rugby de la historia? Récords, curiosidades, el aliento Puma y los partidos memorables
"Una enfermedad". Futbolistas vestidos de golfistas: causas de una transformación pasional y los casos más resonantes
Polistas. Los candidatos, las sorpresas, las debacles y el runrún del 2024 (que está que explota)
Otras noticias de Running
Correr por el mundo. Siete maratones imperdibles y los consejos para disfrutar del proceso
Primera edición. Cuándo es la “carrera Celeste” del Hospital Durand 2024 para concientizar por el cáncer de próstata
Running social. Los cuidados claves para proteger la salud cardiovascular y mejorar el rendimiento
- 1
Franco Colapinto y las pequeñas señales que clarifican el futuro en la Fórmula 1: “Voy a ser piloto de reserva”
- 2
Lionel Messi mostró el lugar sagrado que tiene en su casa y sorprendió a sus fanáticos
- 3
Olexsandr Usyk vs. Tyson Fury (II): entre los 190 millones de dólares y una menor expectativa para una gran pelea
- 4
Jeta Castagnola: el crack que no puede verse en los videos, su lado sensible y lo que será jugar con “el mejor polista de la historia”