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Miguel Barzola y Javier Carriqueo quieren ser profetas en su tierra
Ambos atletas olímpicos corren este domingo el maratón de Buenos Aires; para ello entrenaron juntos y, después de 15 años de ser amigos, se descubrieron como compañeros; una charla de amigos a ritmo de marca mundial
"Escucho mucho a Javier, desde que nos juntamos en España, así sean 20 minutos, siempre saco algo positivo; tiene los pies en la tierra y cualquier charla te deja algo.” El que habla es Miguel Barzola, maratonista argentino en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 (finalizó en el puesto 35) y dueño de la mejor marca histórica para un debutante argentino 2h15m00s. Y Javier es Carriqueo, también olímpico, pero en pista: 1500 metros en Beijing 2008, 5000 en Londres 2012 y dueño del récord nacional de 3000 metros. Ambos se pasaron más de una década entrenando y compitiendo en España. Ambos representaron juntos a la Argentina no sólo en Juegos Olímpicos sino también Mundiales, Panamericanos e Iberoamericanos. Y ambos entrenaron juntos, por primera vez, con un sólo objetivo: buscar este domingo, en el maratón de Buenos Aires, la marca para el Mundial de Atletismo de Londres 2017.
Carriqueo es nuevo en la distancia; casi toda su vida atlética se enfocó en las competencias de pista, por eso a pesar de verse seguido en España, nunca habían entrenado juntos. “Miguel también me enseña mucho”, reconoce Carriqueo, “desde su mayor experiencia en maratón, pero también a disfrutar otras cosas”. Y explica: “no sólo es correr todo el día, también hay noche y vida más allá del atletismo”.
Javier Carriqueo viajó mil kilómetros desde Neuquén hasta Bragado, provincia de Buenos Aires, donde es oriundo Miguel, sólo para entrenar juntos. Barzola, que desde hace más de una década vive en Alicante, España, se encuentra en su ciudad natal desde el medio maratón de Buenos Aires, entrenando para este domingo. Fueron semanas de más de 200 kilómetros en hasta doce sesiones y un entrenamiento específico que empezó en junio. Carriqueo al venir de distancias menores, acumula menos volumen semanal: como máximo fueron 160 kilómetros y 10 sesiones. “Yo le insisto en que sume más distancia”, reconoce Barzola “pero Javier es bastante conservador, dice que le cuesta mucho, aunque a veces sospecho que se hace un poco el dolobu”, y larga una carcajada.
En este cambio de distancia, Carriqueo descubrió nuevas sensaciones “siento un cansancio general que no sentía en la pista. Necesito dormir más y también me aumentó un poco el apetito”. Barzola asiente “es verdad, noto que está comiendo más que antes” agrega entre risas, y ya no se sabe cuando habla en serio y cuando no.
Es que ambos comparten una prestigiosa trayectoria como atletas desde personalidades muy opuestas. Carriqueo es tranquilo, observador, cauto al hablar; Barzola luce una sonrisa constante, tiene un chiste para cada frase y no para un minuto. Incluso en los entrenamientos que más disfrutaron en esta preparación, difieren: “La mejor sensación me quedó con 10 de 1200 metros en 3m40s” cuenta Javier (un promedio de 1000 metros en 3m03s); en cambio Miguel recuerda 20 kilómetros empezando a 4 minutos y terminando a 3m00s. Sin embargo hay algo en lo que sí coinciden: entrenan largo y rápido.
Arroz con carne para Carriqueo, pasta con pollo para Barzola. El menú es tranquilo, es la calma antes de la tormenta. El avituallamiento durante la carrera es otro de los pocos puntos en común: hidratación con sales cada 5 kilómetros y geles en los parciales del 20, 27 y 35. Ahora sí, al momento de correr aún no están de acuerdo. “Quiero pasar lo más cerca posible de 1h07m20s la media maratón”, explica Barzola. Y añade: “me gusta correr fuerte de entrada y soportar arriba”. Carriqueo, por su parte, aún no está convencido, “prefiero apuntar a 1h07m40s, aunque no sé si será mejor correr solo o aguantar el ritmo de Miguel”. Es que significa quedar desconectado no sólo de su compañero sino también de las liebres olímpicas que tendrá la carrera (¿Quiénes son? A seguir leyendo). Una discusión por apenas 20 segundos parece de quisquillosos, pero a ese nivel, puede ser la diferencia entre el éxito o el fracaso.
Poker de olímpicos
“Dos y dos son cuatro…” cantaba La Farolera de María Elena Walsh; quizás contando a los atletas olímpicos que tendrá el maratón de Buenos Aires. Dos buscarán la marca al Mundial de Londres 2017, Barzola y Carriqueo, y dos empujarán esa búsqueda: Mariano Mastromarino y Luis Molina, ambos maratonistas en los Juegos de Río 2016
“Cuando me lo pidió Miguel no lo dudé”, cuenta Mastromarino, “ojalá puedan conseguir la marca para el Mundial, yo sólo tengo que acompañarlos hasta el kilómetro 25”. El medallista panamericano habla con sencillez sobre correr a ritmo de 3m11s/km durante 80 minutos, así que vamos a probarlo con una pregunta más picante.Hay sólo tres plazas para el Mundial y hoy son cinco atletas buscando la marca (también lo intentará Diego Elizondo). ¿No te genera contradicciones ayudar en su objetivo a quienes en los papeles son rivales tuyos por esos cupos? "Como lo veo yo no me genera nada, mientras más seamos los que tengamos la marca mejor. Esa competencia es con la que nos superarnos", explica Mariano. Y continúa: "Voy a ayudar a dos amigos a buscar su objetivo y después está en mí buscar mejorar la marca de ellos. Es una sana competencia".
Completa la mano de póker: Luis Molina, campeón nacional de 10.000 metros y también maratonista en Río. Ahora la pregunta es, si el día es ideal, los planetas se alinean y el cuerpo va solo, ¿hay posibilidades de seguir un poco más del 25, incluso jugarse a buscar la marca? "Noventa y nueve por ciento de chances de que no, porque el Colo va a Nueva York (compite el 6 de noviembre) y yo a Valencia (20 de noviembre), y quedaríamos muy heridos". Pero Molina aclara la razón principal: "además, si seguimos, Malgor (el entrenador de ambos) nos mata". Más allá de los motivos, gran parte del público estará cruzando los dedos por que se dé ese uno por ciento, lleguen los cuatros hasta el final y conviertan la edición del 2016 en una carrera histórica.
Reloj no marques las horas
En esta oportunidad el que cantaba era Armando Manzanero y ahora el pedido es más específico: que no marque mucho más de dos horas. Pero, ¿cuánto pueden hacer este par de muchachos? ¡Qué mejor que preguntárselo a ellos, que entrenaron codo a codo! "Miguel con una carrera competitiva y un día aceptable está para 2h15m30s”, define sin vueltas Carriqueo. “Con Javier no es tan fácil", se ataja Barzola (es que los dos intentos en maratón anteriores del neuquino terminaron en abandono); “Tiene todas las condiciones y calidad para hacer un gran maratón, aunque no sé si sumó aún los kilómetros necesarios, pero confío en que puede bajar las 2 horas 16 minutos”.
No es el único que confía en cada uno de estos cuatros grandes atletas argentinos. Este domingo desde las 7.30 se los podrá alentar mientras calientan el asfalto porteño. ¿Podrán retirar bajo el arco de llegada el pasaje a Londres? Nos enteraremos poco antes de las diez de la mañana. De lo que no cabe duda, es que luego de años corriendo por el mundo, este domingo, buscarán ser profetas en su tierra.
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