Vuelve la URBA en un momento crucial para el futuro del rugby

En medio de una nueva presentación de Jaguares , de la definición del Seis Naciones y de la reunión de este jueves de la World Rugby en la que habrá importantes pautas para saber cuál será el futuro de las competencias sobre lo que es, además, el momento más crucial del deporte desde que se abrió la era del profesionalismo en 1995, los campeonatos de la Unión de Rugby de Buenos Aires se pondrán en marcha pasado mañana de la mano del que es su principal vidriera: el Top 12 de la URBA .

El cambio de fecha del Nacional de Clubes de la UAR y también el recorte en su duración –ambos a pedido de la URBA– modificaron el calendario que se venía cumpliendo en anteriores años. Esta vez, el Top 12 arrancará antes del resto de las categorías y concluirá el 5 de octubre, con la final en el CASI. Una semana después comenzará el Nacional de Clubes, que se extenderá hasta el 16 de noviembre. El inicio de las Primeras A, B, C y Segunda será el próximo 23 y el de la Tercera, el 6 de abril.

El universo de 91 clubes de Buenos Aires abarca todas las realidades. Desde la opulencia de algunos, sobre todo los más históricos, hasta las urgencias de otros, como es el caso de Floresta, cuyos cultores siguen peregrinando en busca de un terreno. Y tiene en el Top 12 un nivel de elite para lo que significa el orden doméstico. Cuando en 2018 se pasó de 14 a 12 esa diferencia quedó aún más evidenciada. Sobrellevar la temporada para aquellos que no tienen planteles muy numerosos, como por ejemplo le sucedió el año pasado a San Martín, es agotador y por largos momentos frustrante. Habrá que ver cómo se acomodan dos asiduos habitantes del exTop 14, como La Plata y Atlético del Rosario, que lograron el ascenso y ocuparán los lugares de Lomas y San Martín, que bajaron a la A.

El torneo de la URBA, que se juega desde 1996 –antes era el campeonato de la UAR–, mantiene su cartel, aunque con la incursión del profesionalismo en la Argentina ha ido perdiendo lugar en la gran escena. Esa variable continuará y se acrecentará. Los clubes no dispondrán de sus mejores jugadores a lo largo del campeonato o porque ya están contratados para Jaguares o por las convocatorias que se darán a otros seleccionados, especialmente a Argentina XV, que es el próximo a tener un plantel 100 por ciento rentado. Desde la dirigencia de Buenos Aires también se espía qué irá ocurriendo con la anunciada Liga Sudamericana. Está claro que la URBA no tendrá una franquicia, pero quizás haya otro éxodo hacia las que sí se conformarán, incluso dentro de la Argentina.

Si bien el nuevo presidente, Santiago Marotta (de Pueyrredón), coincide en un todo con la línea que se baja desde la UAR, la misma que también viene llevando el vicepresidente Gustavo Cohen (CASI), no se vislumbra que la URBA pueda al menos en este año cambiar sus estatutos para adaptarlos a estos tiempos de competencias profesionales.

Otro tema que se hará presente es el del scrum. La UAR anunció que seguirá la restricción en el empuje (no más de un metro y medio,) pero que en dos casos se disputará como en el resto del mundo: en el Nacional de Clubes y a partir del 1° de junio con aquellos clubes que hayan recibido la capacitación brindada por la misma UAR. O sea, la formación emblemática de este deporte se jugará de dos maneras distintas a lo largo del año. Casi una metáfora del punto de inflexión por el que atraviesa el rugby.

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