Un inglés y un argentino, detrás de la fuerza Puma

FARO, Portugal.– "¡Te gano, te gano!", le grita. Y lo corre de atrás y le gana. Keir Wenham-Flatt desafía a Ramiro Herrera y lo empuja a dar el máximo. El pilar, que se recupera de una lesión, termina exhausto. Por dentro debe estar maldiciendo, pero Keir parece ser de esas personas con las que es imposible enojarse. En poco tiempo, este inglés se ganó la confianza y el cariño de los Pumas y es uno más del equipo. Él y Gonzalo Santos son los dos preparadores físicos del seleccionado argentino y tienen la misión de poner a los jugadores en plenitud física para el Mundial de Inglaterra, que comienza en ocho días.

Ayer los Pumas tuvieron una jornada de descanso, que aprovecharon para ir a una finca, comer un asado y hacer una competencia de paint-ball, de la que Keir participó a la par de los jugadores. "Me llevo muy bien con el grupo", dice en un castellano todavía básico, pero perfectamente entendible. "Los jugadores y Gonza me ayudan mucho. Me parecía muy importante aprender el idioma para ser parte del equipo y respetar la cultura del rugby y del país."

Santos y Wenham-Flatt llegaron juntos a los Pumas, en 2013, pero recorrieron caminos muy diversos. El primero jugó 14 años en la primera de Olivos, está vinculado a la UAR desde que empezó el Pladar, en 2009, y fue escalando hasta tener a su cargo el seleccionado mayor. El segundo, oriundo de Newcastle, se dedicó a la preparación física cuando a los 15 años se dio cuenta de que "no servía para el rugby profesional". Trabajó con London Wasps, equipo de la primera división inglesa, y luego se mudó a Australia, donde comenzó a trabajar en Exos, el centro donde los Pumas hacen la preparación física para el Rugby Championship, en Pensacola o Sydney. Allí surgió el vínculo con el seleccionado argentino. "Cuando me lo ofrecieron, me resultó muy fácil tomar la decisión de aceptar. Trabajar en un equipo como los Pumas, ir a un Mundial y trabajar con jugadores como tenemos acá es un placer."

Para este Mundial, los preparadores físicos se toparon con una tarea ardua y que no conocía antecedente en nuestro país: acondicionar en poco tiempo al equipo para el Rugby Championship y, a la vez, apuntar al Mundial. Con la complicación de que el plantel estaba compuesto en parte por jugadores que acababan de terminar una extenuante temporada en Europa y otros, los contratados por la UAR, que venían preparándose para este momento de inicios de año.

"Tuvimos tiempo para planificarlo", explica Santos. "Es la primera vez que hay un Rugby Championship y un Mundial en el mismo año y con poco tiempo entre uno y otro. Lo difícil fue empezar a jugar directamente contra los All Blacks. Pero sabíamos que estábamos en un período de preparación. Sabíamos qué jugadores tenían que jugar y qué jugadores tenían que descansar. Y los entrenadores también lo sabían. Nadie se quería apurarse en nada. Nadie quería estar mejor de lo que tenía que estar en ese momento. Todos están en la misma sintonía."

El "Inglés", como le dicen los jugadores, va más allá: "Tuvimos la misma preparación que el resto de los países del Championship. Llegamos igual. El Mundial es un gran desafío, pero los jugadores llegan preparados. Jugaron muy bien contra Sudáfrica y tienen confianza."

Y a pesar de que son los encargados de llevar adelante la parte menos placentera del rugby, no encuentran resistencia en los jugadores. "Son muy respetuosos con el entrenador que se pare delante del grupo. Más allá que les guste o no lo que tienen que hacer, saben que les sirven para el juego y que les hacen bien", dice Santos.

"A veces les decimos cosas que no les gustan", admite Keir, en tono de broma. "Por ejemplo: no pueden hacer más bíceps o más tricpes. Tienen que descansar". Alcanzar a las potencias, también es un desafío en la parte física.

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