Tiempo de balance mundial: los Pumas más destacados, la revelación y las decepciones

PARÍS (Enviado especial).– En la noche del sábado, como es tradición en cada Mundial, los Pumas tuvieron su cena de despedida. Seguramente un momento de palabras sentidas para ponerle fin a dos meses de convivencia que terminaron con el equipo en el lugar que se merece: entre los cuatro mejores de Francia 2023. Este lunes los jugadores que actúan en Europa regresarán a sus clubes y el resto volará a la Argentina. En el transcurso del mes próximo, Michael Cheika viajará a la Argentina para hacer un balance del certamen, el corolario de su gestión.

Un Mundial que, más allá del objetivo cumplido de jugar los siete partidos, dejó muchas cosas para analizar por el lado de los Pumas. El rendimiento fue dispar, colectiva e individualmente. Con figuras salientes, revelaciones, confirmaciones y rendimientos por debajo de lo que prometían.

La figura

Marcos Kremer fue el mejor jugador argentino y uno de los mejores de Francia 2023. Con su tackles furibundos, el Vikingo intimidó a los rivales, transformó situaciones de riesgo en acciones de ataque y contagió a sus compañeros en momentos en que no salían las cosas. Totalizó 92 tackles en siete partidos (13,14 por partido), superando el récord que ostentaba el galés Toby Faletau (83 en Nueva Zelanda 2011). Además, fue importante a la hora de poner al equipo adelante con la pelota en las manos. Una suspensión en el último partido del Top 14 le impidió jugar el Rugby Championship, lo que a la larga fue beneficioso porque le permitió llegar a pleno físicamente. Un prodigio físico que con 26 años ya tiene dos Mundiales encima y todavía mucho por darle a los Pumas, como jugador y como líder.

Los lugartenientes

Dentro de un rendimiento desparejo en general, los Pumas contaron con un puñado de jugadores que sostuvieron al equipo y le permitieron sobreponerse de los momentos de desconcierto. Emiliano Boffelli, figura ante Samoa y siempre entregando todo. Juan Cruz Mallía, muy seguro en el fondo y cada vez más líder. Guido Petti Pagadizábal, que además de ser una fiera en el line-out, sobre todo rival, el equipo temblaba cuando las salidas no caían en su área de influencia. Hubo algunos chispazos de Facundo Isa, clave en el partido de cuartos ante Gales y Tomás Cubelli en lo poco que le tocó jugar.

La aparición

La excepción al enunciado anterior, que evidencia que a los Pumas lo sostuvieron los jugadores más experimentados, fue Mateo Carreras. El wing tucumano de 23 años, que no había sido tenido en cuenta al inicio del ciclo Cheika, revalidó en el escenario mayor todo lo que venía insinuando. El staff confió en él pese a que tuvo un debut complicado y respondió. Tres tries ante Japón y factor de desequilibrio en los demás partidos, también se destacó por su voracidad a la hora de tacklear. En un segundo escalón en este rubro aparece Thomas Gallo, otro tucumano y de la misma camada (1999). Una topadora. Cada vez que tomó contacto con la pelota, se las ingenió para ganar metros a pura potencia. Con un mejor scrum, puede ser un pilar de elite.

La jugada

El tackle de Matías Moroni a Louis Rees-Zammit, a cuatro minutos del final del partido de cuartos ante Gales, les valió a los Pumas meterse entre los cuatro mejores por tercera vez en su historia. Una jugada que quedará grabada en la memoria colectiva del rugby argentino. Relegado a un rol de jugador de impacto desde el banco de suplentes, cumplió en darle una chispa extra al equipo cada vez que entró. Nunca de manera tan significativa como en esa salvada que emocionó a todos los argentinos.

El partido

Esa jugada fue el momento cúlmine del mejor partido de los Pumas en Francia 2023. Una victoria que sintetiza los puntos altos que tuvo el equipo en un contexto de inestabilidad: capacidad de reponerse a la adversidad tras un mal inicio, actitud y convencimiento de ir por la victoria, ráfagas de buen rugby. Más importante, la emoción que transmitieron los Pumas desde adentro de la cancha, tanto a la multitud que los acompañó hasta Marsella como a los que lo siguieron por televisión, trascendió incluso las fronteras del rugby. El tipo de partidos que hacen crecer a este deporte.

La leyenda

No fue tenido en cuenta para el primer partido, lo que rápidamente quedó en evidencia que fue un error. En el segundo, Nicolás Sánchez anotó el penal que aseguró la victoria y lo festejó como si hubiera valido una medalla. Desde el nuevo rol que le asignaron como cerrador de partidos, se las ingenió para ser protagonista. Ante Chile, fue titular y quedó como el argentino con más puntos en Mundiales, superando a Gonzalo Quesada, y se convirtió en el segundo argentino en llegar a 100 caps. Ante Gales anotó 10 puntos en los últimos cinco minutos (un try de intercepción, gol y penal) para asegurar el triunfo.

Erró un solo envío a los palos en todo el Mundial: el que habría significado el empate ante Inglaterra en el partido por la medalla de bronce (¿por qué se apuró?). No empaña su ilustre carrera con la celeste y blanca. Medición especial para Agustín Creevy, que llegó a los 22 caps mundialistas, igualando a Richie McCaw y Jason Leonard, sólo detrás de Sam Whitelock.

La decepciones

Por distintas razones, hubo una serie de jugadores jóvenes que no estuvieron a la altura de las circunstancias. Santiago Carreras, por ejemplo, nunca terminó de acomodarse en el puesto de apertura. Una decisión polémica de la dupla Cheika-Contepomi. Juan Martín González se acomodó un poco mejor cuando pasó de ala y aportó dinámica, velocidad y buen juego de manos, pero estuvo muy errático en defensa. Lucio Cinti se mantuvo como titular hasta el final pese a que estuvo errático en los despejes y el juego aéreo, dos de las virtudes que lo pusieron entre los 15. Tres jugadores de enorme calidad que son el futuro de este equipo y tendrán revancha en Australia 2027.

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