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Sudáfrica venció a Inglaterra con un penal sobre la hora en un duelo de máxima intensidad y está en la final del Mundial Francia 2023
El vigente campeón del mundo se impuso por 16-15 y enfrentará a All Blacks; Los Pumas e Inglaterra disputarán el duelo por el tercer puesto
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PARÍS (Francia).– Todavía arde el Stade de France de las chispas que se sacaron Inglaterra y Sudáfrica. Ni la insistente lluvia que cayó durante todo el partido pudo apaciguar tanto fragor. Al contrario, contribuyó a que la lucha fuera más vigorosa. Un duelo físico de máxima intensidad a la altura de una semifinal de un Mundial. Si ganó Sudáfrica fue porque dominó sólo un aspecto del juego: el scrum, que resultó vital. Y porque contó con la puntería del apertura Handré Pollard, autor de un penal a dos minutos del final que significó la victoria. Penal obtenido, precisamente, en un scrum.
El triunfo por 16-15 posiciona a Sudáfrica en la final de Francia 2023, en condiciones de defender el título. Se enfrentará por segunda vez a Nueva Zelanda, como en 1995 (cuando vencieron a los All Blacks), en un duelo que determinará quién es el máximo ganador de la historia, ya que ambos acumulan tres títulos. La definición será el sábado a las 21 (16 de la Argentina) también en el escenario máximo del rugby francés.
Inglaterra, en cambio, quedó condenado a jugar el partido por la medalla de bronce, 24 horas antes frente los Pumas, en el mismo escenario. Una revancha del partido que abrió el Grupo D en Marsella. Era el único equipo invicto hasta aquí y, pese a su juego mezquino (es el segundo partido en que no marcó tries, como en el estreno ante Argentina), se brindó al máximo y contribuyó a un gran espectáculo. Otro partido memorable, como cinco de los seis de las instancias eliminatorias de este Mundial, que cuando le falta lo mejor ya se sienta en el sillón del mejor de la historia.
Parece casualidad pero no lo es que Pollard, un jugador que ni siquiera estaba en el plantel inicial de los Springboks para este Mundial, haya sido el héroe. Se sumó con el certamen iniciado en reemplazo del lesionado Malcolm Marx. Cuando lo convocaron recién había regresado a jugar en su club, Leicester, después de una larga lesión. Cuando lo llamaron, pensó que era un broma de los amigos. En realidad se trataba del estudio y las estrategias del director de rugby Rassie Erasmus y el entrenador Jacques Nienaber. Pollard ingresó a los 30 minutos del primer tiempo en un cambio táctico, una de las tantas estratagemas fuera de libreto que aplican los sudafricanos y son parte de su exitosa fórmula.
En definitiva, fue el scrum lo que los impulsó hasta la final luego de un partido en el que se vieron sorprendidos por la intensidad con que salió a jugar Inglaterra. De hecho, los ingleses dominaron en todas las demás facetas de juego en las que Sudáfrica suele basar sus triunfos. En el juego aéreo prevaleció la capacidad de Elliot Daly y, en menor medida, Freddie Steward. Los ingleses detuvieron el maul, le envolvieron la pelota y no sólo no los dejaron avanzar sino que lograron un par de robos. En el contacto parecían rocas, forzaron penales y hasta ganaron un par de contrarrucks. En el line-out, los sudafricanos perdieron cuatro envíos propios.
Pero en el scrum prevaleció Sudáfrica, sobre todo a partir del ingreso del pilar izquierdo Ox Noche. Hubo cuatro consecutivos que definieron el partido. Uno para Inglaterra a cinco yardas del try que terminó ganando el rival con un penal a favor. Inglaterra ganaba 15-6 y estaba para definir el partido.
El segundo fue poco después, en mitad de cancha, pero perdieron el line-out subsiguiente. No cometieron el mismo error unos minutos más tarde: a los 28, penal en el scrum, line-out en ataque y try a pura potencia del segunda línea RG Snyman, más parecido a una estrella de heavy metal que de rugby. Sudáfrica se ponía a dos puntos con 12 minutos por jugar.
La jugada decisiva llegó por una pelota aérea que ejecutó mal Owen Farrell y él mismo, en el intento por recuperarla, cometió knock-on en mitad de cancha. Adivinen si hubo scrum. Adivinen si Sudáfrica consiguió un penal. Adivinen si Pollard acertó desde 50 metros. Sí a todo.
¡HANDRÉ POLLARD EN UN MOMENTO CALIENTE PONE AL FRENTE A LOS SPRINGBOKS! 🇿🇦💥💥
— ScrumRugby (@ScrumESPN) October 21, 2023
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Los franceses, mayoría entre los 78.098 espectadores, se dedicaron todo el partido a hostigar al árbitro neocelandés Ben O’Keeffe, a quien responsabilizan de la eliminación de su equipo en cuartos, precisamente ante los sudafricanos, a los que también silbaron. Al final terminaron festejando el penal de Pollard y la eliminación de sus archienemigos.
Inglaterra entró a jugar más decidido, con más claridad de lo que tenía que hacer adentro de la cancha y llevando mejor a la práctica sus intenciones. Pero fue la intensidad máxima que imprimieron desde el inicio en cada punto de encuentro donde lograron incomodar a Sudáfrica y hacerlo equivocar.
Un arranque feroz le permitió a Inglaterra adelantarse 6-0 (dos penales de Farrell) en 10 minutos gracias a la tremenda presión que le imprimió a los Springboks. Los sudafricanos se vieron sorprendidos y tardaron en hacer pie en el partido, cometiendo errores inusuales como malos lanzamientos en el line-out, fallas en la recepción de pelotas aéreas y, sobre todo, penales innecesarios producto de exceso de adrenalina.
De a poco Sudáfrica se metió en el partido e igualó en intensidad, haciendo de la batalla todavía más ardua. Pero nunca se erigió en dominador. Los errores continuaron, ahora más repartidos de los dos lados, y Libbok primero y Pollard cuando entró subieron a los Springboks al marcador.
La dupla Erasmus-Nienaber intentó algunas innovaciones que parecían no funcionarle: el wing Kurt Lee-Arendse entrando por el medio del line-out asistido por el saltador, Pollard ingresando a los 30 minutos del primer tiempo, el medio scrum Faf de Klerk al minuto del segundo. Lo que sí le funcionó fue el scrum.
Al descanso Inglaterra se fue en ventaja 12-6, que estiró tres puntos más cuando Farrell metió un drop extraordinario a los 12 del segundo tiempo. Cuatro minutos antes había ingresado Nche y el partido empezó a cambiar. A partir del scrum, Sudáfrica se hizo fuerte y lo dio vuelta.
Sudáfrica está en su cuarta final y llega con el aliciente de haber ganado todas las que jugó: en 1995, también ante Nueva Zelanda, en 2007, también en Francia y ante Inglaterra, y en 2019, cuando venció otra vez a Inglaterra, que quería revancha. Estuvo cerca, pero prevaleció el scrum sudafricano. Así de simple. Así de efectivo. El clásico ante Nueva Zelanda será otra cosa.
Lo mejor del partido
La síntesis del partido
Sudáfrica: Damian Willemse; Kurt Lee-Arendse, Jesse Kriel, Damian de Allende y Cheslin Kolbe; Manie Libbok y Cobus Reinach; Pieter-Steph du Toit, Duane Vermeulen y Siya Kolisi (c); Franco Mostert y Eben Etzebeth; Frans Malherbe, Bongi Mbonambi y Steven Kitshoff.
Entrenador: Jacques Nienaber.
Cambios: PT 30m, Handré Pollard por Libbok. ST 2m, Faf de Klerk por Reinach; 3, Willie le Roux por Willemse; 5, RG Snyman por Etzebeth; 8, Ox Noche por Kitshoff; 10, Deon Fourie por Vermeulen y Kwagga Smith por Kolisi; 15, Vincent Koch por Malherbe.
Inglaterra: Freddie Steward; Jonny May, Joe Marchant, Manu Tuilagi y Elliot Daly; Owen Farrell y Alex Mitchell; Tom Curry, Ben Earl y Courtney Lawes; Maro Itoje y George Martin; Dan Coles, Jamie George y Joe Marler.
Entrenador: Steve Borthwick.
Cambios: PT 32m, Billy Vunipola por Curry (temporario). ST 12m, Ellis Genge por Marler, Danny Care por Mitchell y Ollie Cheesum por Martin; 15, Kyle Sinckler por Coles; 18, Vunipola por Curry; 33, Ollie Lawrence por Tuilagi.
Puntos
PT: 2, 9 y 23, penales de Farrell (I); 20, penal de Libbok (S); 34, penal de Pollard (S).
ST: 12m, drop de Farrell (I); 29, gol de Pollard por try de Snyman (S); 37, penal de Pollard (S).
Cancha: Stade de France, París.
Árbitro: Ben O’Keeffe (Sudáfrica).
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