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Santiago Grondona se perdió el Mundial por una lesión y está de vuelta en los Pumas en una zona hipercompetitiva
Tras superar su segunda lesión grave de rodilla, el tercera línea reapareció en el seleccionado argentino luego de un año; el sufrimiento, qué puede aportar al equipo nacional y lo que hizo su club con él
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Envuelto en lágrimas dejó la cancha, con la impotencia de saber que no había vuelta atrás. En el último amistoso previo al Mundial Francia 2023, Santiago Grondona sufrió una rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda, que le arruinó el sueño de disputar por primera vez la Copa del Mundo. “Se me vino el mundo abajo. Me quería morir porque me perdía el Mundial y sabía lo que llevaba la recuperación, con todo el esfuerzo y la dedicación que había puesto para volver a jugar a este nivel”, recordó en diálogo para LA NACION el tercera línea, que prácticamente un año después, a los 26, tuvo su ansiado regreso a la canchas, en la ajustada derrota (20-19) que el sábado padecieron los Pumas frente a los Wallabies en La Plata, por el Rugby Championship.
En un partido de preparación que terminó en una goleada sobre España, Grondona se lastimó la rodilla sin tomar contacto con un rival. Faltaban siete minutos para el cierre del encuentro en Madrid, anterior al regreso del plantel a Portugal para continuar la puesta a punto para el debut contra Inglaterra. Su llanto y el grito del dolor provocaron un impacto en sus compañeros. Nicolás Sánchez y Matías Alemanno se tomaron inmediatamente la cabeza; todos lo aplaudieron cuando dejó la cancha asistido por los médicos.
El semblante del equipo cambió y la tónica del partido fue otra. Ninguno tenía la mente en esos siete minutos restantes. “Me rompí y me quedé en el banco uno o dos minutos. Fui al vestuario, me acompañaron dos de los chicos y llamaron a mi hermano, que estaba viendo el partido, para que pasara al vestuario. Después llegaron todos y me acompañaron... Sentí mucho lo que estaba pasando, que ellos estaban viviéndolo como yo”, admitió el jugador formado en Champagnat.
Tardó un año y dos días en volver a jugar un partido oficial, luego de sumar un puñado de amistosos en su club, Bristol Bears, de Inglaterra. Y ahora se enfoca en el resto del Rugby Championship, torneo que continuará este sábado, con Argentina vs. Australia en Santa Fe (más Springboks vs. All Blacks en Sudáfrica).
–¿Cuánto deseabas esta oportunidad de regresar, que se dio en los Pumas vs. Wallabies?
–Fue una recuperación larga. Un año es un montón. Extrañaba esto, estar con los chicos. Iba a volver antes, pero habíamos acordado con Bristol que iba a ser así. Me faltaba fuerza en el isquiotibial y la rodilla para la ventana de julio [vs. Francia dos veces y Uruguay] y me dieron el pulgar abajo... Hice lo que tenía que hacer: una buena pretemporada en Bristol para estar 100% preparado.
–¿Qué sentiste en el momento de entrar en La Plata?
–Sinceramente, estaba más nervioso que la primera vez. Tenía algunos temores después de no jugar tanto tiempo. Volver a ponerse esa camiseta es increíble. Desde la primera vez que uno se la pone, quiere vestirla siempre. Fue muy lindo volver, sobre todo en un partido tan especial, el de la despedida de Agustín Creevy.
–¿Cómo describís lo que viviste contra España?
–Me di cuenta al segundo de que me había roto el cruzado de la rodilla. Sentí lo mismo que la primera vez [en el 2021 se rompió el ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha], que la rodilla se había ido a cualquier lado. Se me vino el mundo abajo. Me quería morir porque me perdía el Mundial y sabía que lo llevaba la recuperación, con todo el esfuerzo y la dedicación que había puesto para volver a jugar a este nivel. Se me iba el sueño de jugar un Mundial, que es mi objetivo como jugador de rugby. Mis amigos y mis familiares tenían todo listo para ir a Francia. Se me cruzó por la cabeza todo lo que iba a pasar y que no iba a poder vivir. Por eso fue tan doloroso.
–¿Cuáles fueron los pasos post lesión?
–Tomé la decisión de operarme y recuperarme en Bristol. La primera vez que me rompí volví a Argentina, pero esta vez, si quería volver a jugar seriamente, tenía que hacer una buena recuperación y sabía que el club iba a apoyarme y a hacer lo mejor posible. Llegué a un club nuevo para mí y no hay nada peor que hacerlo con una rodilla rota, pero el club me apoyó y me ayudó mucho. Los jugadores y el staff, también. Podía ir al primer partido de los Pumas en el Mundial, en Marsella; tenía muchas sensaciones encontradas. Me moría por estar ahí. Yo había hablado con el cirujano para operarme en una fecha y poder ir a ver los partidos de los Pumas, pero hicieron algo mal en el trámite de la visa y no podía salir de Inglaterra... Fue todo peor: sufría los partidos de los Pumas porque estaban todos mis amigos y mis familiares en Francia y yo estaba solo en casa. Ésa fue la parte más dura de la rehabilitación.
–¿Qué lecciones te dejó todo esto?
–Aprendí a aprovechar lo que uno tiene y a valorar dónde estoy. Cuando está fuera, uno extraña y no sabe cuando va a volver a estar. Aprendí a conocerme más, a saber cuáles son mis prioridades. Aprendí a tener paciencia. Me dolía mucho, tuve algunos días muy malos y sabía que tenía que ser así. Hay que aprender que hay momentos en los que uno se siente bien y otros en los que se siente mal y convivir con esos momentos, que a la larga, se pasan. Todo pasa. De estas lesiones se sale con mucha dedicación y con esfuerzo, y de alguna manera forjan el carácter.
Santiago Grondona debutó con la camiseta de los Pumas en la primera victoria de la historia contra los All Blacks, en el Tri Nations de 2020. La primera lesión en una rodilla lo dejó fuera de casi todo el último año del ciclo de Mario Ledesma. El tercera línea tuvo mucha consideración en la era de Michael Cheika en una zona superpoblada de figuras: Pablo Matera es el capitán sin cinta; Marcos Kremer y Juan Martín González, con características distintas, son otros inamovibles desde que se estrenaron en el seleccionado. Este año se consolidó Joaquín Oviedo, octavo natural, mientras que Facundo Isa se tomó un descanso del rugby internacional durante la ventana de julio y el Rugby Championship, pero estará disponible a partir de noviembre. Rodrigo Bruni, actualmente en Bayonne, sigue siendo una buena opción. Grondona tiene muy buena reputación en el staff de entrenadores, sobre todo, por sus cualidades técnicas.
–¿Qué podés aportar en la tercera línea?
–La tercera línea es muy competitiva y está muy completa. Lo bueno es que puedo cubrir varios puestos, de 6, de 7 y de 8, y si me necesitan de segunda línea, puedo jugar ahí. En ese sentido soy polifuncional. Siento que puedo aportar seguridad. Quizás no me destaco tanto en el aspecto físico como otros, pero me siento un jugador seguro.
–¿En qué puesto te sentís más cómodo?
–De 6 me siento muy cómodo y de 8 también, pero no me modifica tanto la posición que ocupe. Yo siempre quiero jugar.
–¿Qué les faltó para superar a los Wallabies este sábado?
–Analizamos el partido y fueron detalles mínimos lo que marcó la diferencia, entre hacer un try y conceder un penal. Son márgenes muy chicos. Entregamos dos penales que patearon y con los que se llevaron el partido. Son detalles, y si los corregimos, este fin de semana deberíamos ganar.
–¿Qué necesitan ajustar para la revancha?
–Sabemos que el clima va a ser otro y eso favorece nuestro juego. En el partido pasado hubo mucha lluvia y viento; la pelota estaba imposible. Estamos con ganas de plasmar todo lo que trabajamos, que tuvimos que modificar el fin de semana porque vino la tormenta y jugamos a otra cosa. Este fin de semana va a ser más entretenido.
El Mundial Australia 2027, el gran anhelo de Grondona, aún está lejos, y antes hay otro objetivo: jugar con su hermano Benjamín, con el que comparte el club en Inglaterra. “Es una experiencia increíble. Benja ya debutó, y yo, todavía no. Está feliz, disfrutando y aprendiendo un montón. El club está muy contento por él. Muy pocos pueden vivir lo que está pasándome: jugar al rugby profesional con un hermano. Espero jugar muchos partidos en la Premiership con él y con Benja Elizalde”, desea el forward que recuperan los Pumas.
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