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Mundial de rugby. Inglaterra dio el golpe ante los All Blacks y llegó a la final
Intenso de punta a punta y con Inglaterra siempre arriba para dar el gran impacto del Mundial de rugby Japón 2019: venciendo nada menos que a los All Blacks, los bicampeones mundiales. En Yokohama, Inglaterra se impuso por 19-7 y avanzó a la definición del sábado próximo, en la que se medirá con el ganador de Sudáfrica vs. Gales, que juegan este domingo.
Los All Blacks sumaban 18 victorias en Copa del Mundo desde que cayeron en los cuartos de final de la edición de 2007 contra Francia. Los ingleses, único equipo del hemisferio norte que ha logrado ser campeón del mundo (en 2003) acceden por cuarta vez a una final del Mundial. En 1991 y 2007 salieron derrotados.
Inglaterra sacó ventajas desde el comienzo para poder manejar el desarrollo. Así fue el primer tiempo de la semifinal más esperada del Mundial de Rugby Japón 2019. Con un try a los 2 minutos del centro Manu Tuilagi, convertido por Owen Farrell y un penal de George Ford, el equipo dirigido por Eddie Jones está dando el gran golpe en el torneo al imponerse a Nueva Zelanda, a los bicampeones mundiales, por 10-0.
Y en el arranque del segundo tiempo, a punto estuvo de acentuarse esa diferencia, ya que a los 5 minutos, el medio scrum inglés Ben Youngs volvió a quebrar la defensa de los All Blacks, para apoyar el segundo try del impactante seleccionado inglés. Sin embargo, mediante el TMO, se verificó un knock-on previo y el try casi debajo de los palos se anuló. Hubiese marcado un 17-0 para Inglaterra.
Great scenes as @EnglandRugby players embrace eachother after beating New Zealand in the Semi-final at #RWC2019#ENGvNZL#WebbEllisCuppic.twitter.com/wqTjXnFJ4X&— Rugby World Cup (@rugbyworldcup) October 26, 2019
Con todo, Inglaterra siguió ampliando su diferencia ante los All Blacks, con un nuevo penal de George Ford a los 10 minutos, para llevar el score a 13-10.
Claro que los All Blacks son los All Blacks. Y a los 17 minutos, capitalizaron el primer error de Inglaterra y el ala Ardie Savea concretó un try que metió en partido al bicampeón. Con la conversión de Richie Mo'unga, el partido quedó 13-7 para Inglaterra, aunque con mayor incertidumbre en cuanto a su desenlace.
Los mejores momentos del partido
Sobre los 20, Inglaterra volvió a tener una chance de apoyar, pero los All Blacks se defendieron con acierto cerca su ingoal. La acción terminó en penal, un costo menos doloroso, y George Ford anotó el penal para poner el 16-7. Un momento de respiro ante el impacto del try recibido.
Ya a los 29 minutos, Inglaterra empezó a sentirse cerca de la final y de dar el gran golpe, con un nuevo penal de George Ford, para elevar las cifras a 19-7. Y concretó la gran ilusión: quebrar a los mejores del planeta. Inolvidable.
Desde la antesala del Mundial 2011, los All Blacks jugaron 113 partidos. Ganaron 99, empataron 4 y perdieron 10
Un Inglaterra que llegó de la frustración de quedarse afuera del Mundial 2015 en la primera rueda, justo en la competencia en la que era local. Un golpe durísimo del que supo reponerse para estar en la final, nada menos, del Mundial siguiente. De la mano del revolucionario y polémico Eddie Jones. Lanzado para buscar su segundo título en un Mundial. Con el aval de haber dejado en el camino, en cuartos de final y en semifinales, a los Wallabies y a los All Blacks. Una actuación global impactante.
Las formaciones
Inglaterra: Elliot Daly; Anthony Watson, Manu Tuilagi, Owen Farrell y Jonny May; George Ford y Ben Youngs; Billy Vunipola, Sam Underhill y Tom Curry, Courtney Lawes y Maro Itoje; Kyle Sinckler, Jamie George y Mako Vunipola.
Entrenador: Eddie Jones.
Suplentes: Luke Cowandickie, Joe Marler,Dan Cole, George Kruis, Marck Wilson, Willi Heinz, Henry Slade y Jonathan Joseph.
Nueva Zelanda: Beauden Barrett; Sevu Reece, Jack Goodhue, Anton Lienert-Brown y George Bridge; Richie Mo’unga y Aaron Smith; Kieran Read, Ardie Savea y Scott Barrett; Sam Whitelock y Brodie Retallick; Nepo Laulala, Codie Taylor, y Joe Moody.
Entrenador: Steve Hansen.
Suplentes: Dan Coles, Ofa Tuungafasi, Angus Ta’Vao, Patrick Tuipuloto, Sam Cane, TJ Perenara, Sonny Williams y Jordie Barrett.
Primer tiempo: 2', gol de Owen Farrell por try de Tuilagi (I), y 40', penal de Ford (I).
Segundo tiempo: 10', penal de Ford (I); 17', gol de Mo'Unga por try de Savea (NZ); 23 y 29', penales de Ford (I).
Estadio: Yokohama.
Árbitro: Nigel Owens (Gales).
Este domingo, desde las 6, hora argentina, Sudáfrica y Gales disputarán la segunda semifinal.
El choque más esperado
Era el duelo más esperado desde que los All Blacks se consagraron en Twickenham cuatro años atrás, en el Mundial que los ingleses miraron de afuera en su propia casa, eliminados en la etapa de grupos. Inglaterra venía pergeñando la venganza con Eddie Jones como arquitecto y un plan para llegar de la mejor manera a esta instancia. Campeón del Seis Naciones en 2016 y 2017, el ciclo del australiano decayó un poco en 2018 solo para tomar impulso y llegar a Japón en su esplendor. El duelo con los All Blacks lo encontró antes que lo deseado, pero, como dice el lugar común, para ser campeón hay que ganarles a todos, y ese es el objetivo final.
Los bicampeones mundiales continuaron con su andar arrasador en los tres primeros años del ciclo, pero comenzaron a ceder levemente en noviembre y su favoritismo no era tan evidente como en los últimos dos Mundiales. Eso no hizo más que incrementar su hambre y se prepararon como si nunca hubiesen ganado nada. Resultado: hasta aquí habían sido el equipo más completo.
Fue el primer juego mundialista entre ambos desde 1999. Inglaterra nunca había vencido a los All Blacks en los tres antecedentes, incluida una semifinal: el 45-29 de 1995, con cuatro tries de Jonah Lomu. En el único enfrentamiento hasta el de hoy entre sí en estos cuatro años, en noviembre, en Twickenham, terminó con polémica: Nueva Zelanda ganó 16-15 pero al local le anularon un try sobre el final a instancias del TMO.
Las semifinales de Inglaterra 2015 marcaron un hito cuando por primera vez cuatro equipos del hemisferio sur acapararon los cuatro casilleros de privilegio (Nueva Zelanda, Australia, Sudáfrica y la Argentina). Japón 2019 reestableció el statu quo. Como en siete de los nueve Mundiales, dos seleccionados de cada mitad del globo se repartieron ese sitial.
No se trata de una rivalidad meramente geográfica. El enfrentamiento entre el norte y el sur representa también un choque de estilos. Más estructurado y orientado a la defensa el primero, más audaz y centrado en el ataque el otro. Dos formas de jugar claramente identificables. Ni mejor una, ni más efectiva la otra. Diferentes.
Es, además, la transpolación a la cancha de diferencias políticas que subyacen en los escritorios en un momento crucial. Antiguamente los países del norte, y más específicamente las Islas Británicas, tuvieron el monopolio del gobierno del rugby, y hasta de las reglas del juego. El sur se hizo un lugar a fuerza de éxitos deportivos y el poder de las Home Nations se fue diluyendo; todavía conservan un rol central, como se vio en la disputa por la creación de la trunca Liga Mundial. Esta supremacía deportiva se mantiene hoy y se refleja en la cantidad de títulos mundiales: siete para el sur, uno para el norte (Inglaterra en 2003).
La superioridad también se revela en el origen de los entrenadores: los cuatro son del sur. Inglaterra por primera vez recurrió a un extranjero y atraviesa un gran momento de la mano del australiano Eddie Jones. Gales quiere exprimir lo último que le puede dar el neozelandés Warren Gatland, que anunció su despedida luego de 12 años en los que dejó como legado cuatro títulos del Seis Naciones y dos semifinales mundialistas.
Por último, el duelo entre Inglaterra y Nueva Zelanda representa el choque entre el mejor del norte y el mejor del sur de este ciclo mundialista de cuatro años, mientras que el de Gales y Sudáfrica enfrenta a los mejores por región de 2019.
Gales vs. Sudáfrica
El campeón del Seis Naciones ante el campeón del Rugby Championship. Los dos llegan al duelo del domingo (a las 6 de la Argentina) con la fe por las nubes. Promete ser el partido más cerrado y orientado a los forwards de los dos.
Gales sufrió para llegar a esta instancia pero demostró, una vez más, el temple para sobreponerse situaciones adversas y jugar hasta el minuto 80. Sudáfrica es el único de los cuatro que no está invicto, ya que cayó en el debut ante All Blacks. Desde entonces fue creciendo y ante Japón mostró su mejor versión, arrollando con los forwards y capitalizando los espacios con sus backs. Aparece en principio como el más completo de los dos, aunque domingo no tendrán al desequilibrante wing Cheslin Kolbe, lesionado.
Será el tercer choque consecutivo entre ambos en Mundiales. Los anteriores los ganó Sudáfrica, aunque por escaso margen y con definiciones sobre el final. En la clasificación de 2011 fue 17-16 con un try de Francois Hougaard a 15 minutos del final. En los cuartos de 2015 fue 23-19 gracias a la conquista de Fourie du Preez a 6 del cierre. Aunque Gales puede aferrarse de otra estadística: desde entonces ganó los cuatro partidos que jugaron entre sí y cinco de los últimos seis, cuando solo había ganado uno de los primeros 29.
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