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Mundial de rugby: Irlanda le ganó a Sudáfrica en un partido conmovedor, que no será fácil de superar
El N° 1 de del ranking superó a los Springboks en un espectáculo vibrante
- 6 minutos de lectura'
PARÍS, Francia.– Van a tener que jugar muy bien si alguno quiere superar a éste como el mejor partido del Mundial de Francia 2023. En comunión con la electrizante atmósfera del Stade de France, Sudáfrica e Irlanda jugaron un encuentro conmovedor. De una intensidad, un ritmo y una entrega al tope de las posibilidades humanas, acompañadas en igual dosis de atrevimiento y ductilidad.
El campeón del mundo y el N° 1 del ranking jugaron uno de los partidos más esperados que deparaba la fase inicial del calendario mundialista y no defraudaron. Al contrario, superaron incluso las altas expectativas que había depositadas en ellos. El hecho de que no sea un partido de eliminación directa contribuyó al espectáculo. El triunfo de Irlanda por 13-8 es, de todo lo que ocurrió esta noche, lo más anecdótico.
No había, en el fondo, demasiado que perder, más que el partido. Al perdedor le espera, si Escocia no mete la cola en el último partido del Grupo B, el local, Francia. Al ganador, los All Blacks. La diferencia no es sustancial. En consecuencia, no hubo especulación, como si los dos equipos sólo se preocuparan por satisfacer al público.
En atractivo, el partido superó con creces al que ofrecieron franceses y neozelandeses en este mismo escenario en el cotejo inaugural. Acaso por esa carga, que siempre añade una cuota importante de nervios y adrenalina, aquella fue una batalla mucho más táctica, con preeminencia de uso del pie y que se llevó el anfitrión merced a la superioridad de su pack de forwards. Esta vez no hubo lugar para la especulación.
Lo más destacado de Irlanda 13 - Sudáfrica 8
Ganó Irlanda porque fue más contundente y clínico en los últimos metros. Si algo le faltó para ser un partido perfecto fueron tries. Lo escueto del marcador indica que la mayor flaqueza de ambos estuvo en los últimos metros. Sudáfrica, especialmente, desperdició cinco o seis incursiones por los últimos centímetros del territorio rival. Así terminó el partido, justamente, con los sudafricanos (de blanco) intentando infructuosamente romper el in-goal con un maul.
El final coincidió con el mayor estruendo de la noche. El estadio, cubierto de un verde que a la vista no permitía distinguir qué público era mayoría, estallaba cada vez que Irlanda pescaba un pelota en el ruck o conseguían un tackle furioso. El sentido del oído y no el de la vista fue lo que dio cuenta de que los irlandeses eran amplia mayoría (además de la lógica que marca la cercanía geografía entre los visitantes y el país anfitrión).
Cuando el partido estaba para cualquiera, cuando Sudáfrica sufría porque tres penales en 20 minutos y no lograba capitalizar el golpe del try de Cheslin Kolbe a los 12 del segundo tiempo, Irlanda empezó a dominar el punto de contacto y a partir de allí, no sólo recuperó pelotas clave, sino que se hizo del dominio psicológico del partido.
Un ejemplo: el try de Kolbe fue producto de un scrum robado por Sudáfrica: el empuje les valió un penal que cambiaron por un scrum propio y el wing definió en una punta. Sin embargo, en los minutos finales fue Irlanda el que pasó a dominar esa formación. La cabeza puede más que la técnica o la fuerza.
No le sirvió a Sudáfrica, en ese sentido, sorprender con un banco de suplentes con seis forwards. Con sólo cuatro cambios en el pack, Irlanda no sólo lo bancó, sino que sobre el final lo superó.
Un apartado merecen los fallidos kicks a los palos de los pateadores sudafricanos. Apenas un acierto en cinco intentos (20%). Manny Libbok extendió su mala racha y Faf de Klerk no pudo contribuir pateando dos penales de larga distancia, que ni siquiera pasaron cerca, y en momentos de dominación que no lograron trasladar al marcador. La reciente adición de Handré Pollard, que estaba lesionado pero se sumó ante la baja del hooker Malcolm Marx, puede ser una solución y el plus que hacen falta en partidos apretados.
Mack Hansen apoyó el primer try del partido en el momento más electrizante, a los 33 del primer tiempo, cuando los dos equipos se lanzaban a jugar de todos lados. El wing nacido en Australia capitalizó un buen pasaje del Trébol, que en los primeros minutos se había limitado a defender y le costaba quebrar la defensa. Pero nunca dejó de intentar ni de buscar variantes, nunca dejó de proponer juego y terminó dominando el primer tiempo. Más pensante que Sudáfrica, pero brindándose de igual forma por el espectáculo.
El apertura Jonny Sexton salió dolorido, pero entero. Por su forma frontal de jugar, está acostumbrado a recibir el rigor del rival. Ayer volvió a hacerlo y fue elegido el mejor del partido. Buena actuación también de Bundee Aki, protagonista de la mejor acción individual, y de un monumental Tadhg Beirne, al margen de recuperar la última pelota del partido.
El público irlandés festejó bailando y cantando en las tribunas y halagando a los jugadores. Se quedaron con una batalla épica. Los sudafricanos salieron con la cabeza bien arriba. Se brindaron a pleno por el espectáculo. Esta noche en el Stade de France ganó el rugby.
La síntesis
- Sudáfrica: Damian Willemse; Kurt-Lee Arendse, Jesse Kriel, Damian de Allende y Cheslin Kolbe; Manie Libbok y Faf de Klerk; Pieter-Steph du Toit, Jasper Wiese y Siya Kolisi (c); Franco Mostert y Eben Etzebeth; Frans Malherbe, Bungie Mbonambi y Steven Kitshoff. Entrenador: Jacques Nienaber.
- Cambios: ST 8m, Jean Kleyn por Etzebeth, Ox Nche por Kitshoff, RG Snyman por Mostert y Kwagga Smith por Wiese; 11, Marco van Staden por Kolisi; 22, Trevor Nyakane por Malherbe; 24, Deon Fourie por Mbonambi; 35, Cobus Reinach por De Klerk
- Irlanda: Hugo Keenan, Mack Hansen, Garry Ringrose, Bundee Aki y James Lowe; Johnny Sexton y Jamison Gibson-Park; Josh van der Flier, Caelan Doris y Peter O’Mahoney; James Ryan y Tadhg Beirne; Tadhg Furlong, Ronan Kelleher y Andrew Porter. Entrenador: Andy Farrell.
- Cambios: PT 22m, Robbie Henshaw por Ringrose (temporario). ST 13m, Dan Sheehan por Kelleher e Iain Henderson por Ryan; 24, Henshaw por Ringrose, Finlay Bealham por Furlong y Ryan Baird por Peter O’Mahoney; 26, Conor Murray por Gibson Park; 33, Jack Crowley por Sexton; 35, Dave Kilcoyne por Porter.
- PT: 5m, penal de Libbok (S); 34, gol de Sexton por try de Hansen (I).
- ST: 12m, gol de Libbok por try de Kolbe (S); 18, penal de Sexton (I); 36, penal de Crowley (I).
- Cancha: Stade de France, París.
- Árbitro: Ben O’Keeffe (Nueva Zelanda).
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