PARÍS, Francia.– Buena parte del Stade de France va a estar pintada de celeste y blanco el viernes. En el Louvre o en la Torre Eiffel, paseando por los Jardines de Luxemburgo o viajando en metro, es imposible no cruzarse con un argentino por estos días. París no deja de asombrar a cada paso. Identificar a compatriotas, ya sea por el tono de voz elevado como queriendo hacerse notar, por la vestimenta o hasta la forma de caminar, dejó de ser una sorpresa. No necesitan estar vestidos de celeste y blanco. Ahora bien, si quieren vestir los colores de la bandera en la semifinal del sábado ante Nueva Zelanda, mejor que hayan salido de Ezeiza preparados: desde hace dos semanas las camisetas de los Pumas se agotaron de la tienda oficial.