La Plata arrasó en el ascenso y llegó al Top 12 de la URBA para quedarse: secretos de un campeón que busca reflotar los buenos tiempos

Un grande está de regreso, ahora quiere quedarse. Luego de cinco años de inconsistencia, La Plata volvió a la elite del rugby de Buenos Aires. En una campaña arrasadora, se consagró campeón de la Primera A con dos fechas por jugarse y el año próximo volverá a estar en el Top 12. Un sitial que, por historia y estructura, le pertenece. Esta vez procurará no sólo mantenerse, sino recuperar el protagonismo que ostentó hasta no hace mucho tiempo.

“El objetivo es volver a poner a La Plata donde tiene que estar y empezar a construir para que en los próximos cinco años podamos ser el club que queremos ser y el club que podemos ser”, resumió Tomás Suárez Folch, apertura y una de las figuras del campeón, en diálogo con LA NACION. “Es importante entender y tener presente lo que nos pasó para saber dónde no queremos volver y dónde queremos estar. Tenemos que trabajar y quererlo mucho. Este equipo tiene las dos cosas. No tengo dudas de que estamos a la altura”.

El sábado, La Plata terminó de rubricar una historia cuyo destino estaba sentenciado hacía rato. La victoria 34-13 ante Mariano Moreno lo hizo inalcanzable en la cima de la segunda división de la URBA y se aseguró la única plaza disponible para el ascenso a la máxima categoría, que en 2023 volverá a ser de 12 equipos luego de la reestructuración que forzó la pandemia. Fue la 21ª victoria en 24 partidos (más dos derrotas y un empate), en los que les sacó 18 puntos al subcampeón (Champagnat) y ¡40! a los terceros.

“Fue un año largo, con muchas fechas, mucha competencia. Necesitábamos ganar y jugar bien, ya que todos nos querían ganar a nosotros. Se hizo mucho foco en el juego y en mejorar en ataque, sobre todo”, resume Antonio ‘Tono’ Boccadoro, centro de 23 años. “Después de la final que perdimos el año pasado con Rosario, el objetivo primordial era ascender. Sabíamos qué teníamos que hacer para salir primeros, y así se hizo más fácil. No teníamos margen de error”.

En los años anteriores al descenso, La Plata estaba acostumbrado a ser protagonista. Su primera época gloriosa fue en la segunda mitad de los 90, campeón en 1995 y subcampeón en 1998. Un equipo con glorias como los hermanos Angaut, Germán Llanes, Cristián Mendy, Matías Zuccheri y Julián Manuele. La segunda fue entre 2007 y 2015, lapso en que ganó el Nacional de Clubes (2007) y en la URBA jugó dos finales y estuvo en los playoffs en otras cuatro ocasiones. Francisco Albarracín, Pedro Mercerat, los Roán, Nicolás Ramos, Dimas Suffern Quirno y Gonzalo Oviedo fueron algunos de los destacados de esa era dorada.

Sin embargo, cuando esa generación se retiró La Plata lo padeció, sumado a que el Top 14 pasó a ser Top 12 en 2017. Ese mismo año, vivió su primer descenso en 28 años. Regresó en 2018, pero volvió a bajar al año siguiente y luego sobrevinieron tres años consecutivos en Primera A. En 2020 no hubo certamen por el Covid y en 2021 hubo un solo ascenso por el cambio de formato que forzó la pandemia (perdió la final con Plaza). Esta vez conjugó calidad individual y madurez colectiva en un plantel joven para quedarse con el título de punta a punta.

“La campaña fue larga y monótona. Se hace exageradamente largo un campeonato de 26 fechas. Fuimos regulares, arrancamos fuerte y nos mantuvimos”, describe el entrenador Benjamín Tomagheli. “Las virtudes fueron las formaciones fijas. El line y maul nos dieron muchos tries. Los números de la defensa son muy buenos, un try en contra de promedio por partido. Después, la convicción con que los jugadores hicieron todo. La vocación al laburo y querer mejorarse y el espíritu de superación es espectacular.”

Entre las figuras pueden destacarse al propio Toto Suárez Folch, apertura de Jaguares XV y Argentina XV de sólo 20 años; el hooker Facundo Scarpinelli, tryman de todas las categorías de la URBA con 26 conquistas; el capitán Carlos ‘Cali’ Mendieta, baluarte de una tercera línea determinante, y el fullback/apertura Luciano Di Lucca.

“Este equipo se distingue por la relación que hay entre los jugadores. Las cosas se dicen, se hablan, y tratamos mucho de estar juntos. Disfrutamos mucho estando juntos. Estamos unidos”, valora Boccadoro. Suárez Folch también puso énfasis en la parte humana: “Lo que distingue a este grupo es la unión que hay. Todos con la cabeza en un mismo objetivo. La unión y las ganas que teníamos de jugar el Top 12”.

Con un plantel superior con alrededor de 110 jugadores, La Plata es uno de los gigantes del rugby de Buenos Aires. El Top 12 es un lugar que le sienta mejor. Ahora deberá refrendarlo dentro de la cancha. “Más allá de la alegría que fue espectacular, subir al Top 12 también trae de la mano otras cuestiones que son fundamentales para nuestro crecimiento como club”, dice Tomaghelli. “Nos va a permitir competir a un nivel más alto y que nuestros jugadores mejoren; que todas nuestras divisiones puedan competir, porque a veces no conseguíamos rival y hubo muchos jugadores que dejaron… impacta en todo el rugby del club, estratégicamente lo necesitábamos.”

Ahora, la misión de La Plata será evitar volver a caer en ese subibaja que lo atrapó en los últimos cinco años. Tiene estructura y calidad individual como para hacerlo. “Necesitamos mantenernos y crecer dentro del Top 12. Esta vez estamos más preparados pero hace más tiempo que no competimos arriba”, agrega Tomaghelli. “Hay que laburar, adaptarse al Top 12, pero la base es otra. La falta de competencia va a pegar al principio, pero creo que estamos bien preparados para el año que viene.”

El Top 12 le da la bienvenida a un grande. Un grande que quiere quedarse.

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