La meteórica escalada de Daom potencia al rugby del sur

Hace cuatro años, Daom jugaba en el Grupo IV de la URBA. Hace dos semanas empezó su trajinar por la dura Reubicación del Grupo I buscando subir a la élite del rugby de Buenos Aires, algo que ya logró en 1971 y 1996.

Matías Eaton, tercera línea de 25 años, es el capitán del equipo. Trabaja en soporte técnico, estudia ingeniería electrónica y colabora con la M-16. Deportista amateur, bien amateur. Su historia es similar a la de la mayoría de los jugadores de este club, que dista mucho de los tradicionales de Zona Norte. Situado en el Bajo Flores, está constituido por gente de clase media. El espíritu de los jugadores a la hora de salir a la cancha es el mismo.

Eaton subió al plantel superior con 15 chicos más de su camada en 2010, cuando en algunos entrenamientos eran sólo 20 jugadores, entre ellos su entrenador desde 2011, Maximiliano Casey. Así son las cosas en el ascenso del URBA Top 14 Copa DirecTV presentada por QBE: jugadores que se convierten rápidamente en entrenadores y jóvenes que deben hacerse líderes de la noche a la mañana.

Así son las cosas en Daom, siglas que refieren a Dirección Autárquica de Obras Municipales, club polideportivo fundado en 1927, que tiene una impecable cancha de béisbol e incorporó el rugby poco después de cumplir 20 años. En sus divisiones infantiles y juveniles alberga chicos de Villa Soldati, Lugano, Flores, Floresta, Caballito y Pompeya. Zonas que no destacan por una gran tradición ovalada.

La meteórica escalada del Tricolor del Bajo Flores lo depositó en la Reubicación del Grupo I, donde ayer perdió su segundo partido ante San Patricio (22-13). ¿Cómo avanzaron tanto en cuatro años? "Incorporamos gente, hicimos cursos y estuvimos en contacto con URBA. Le pedíamos asistencia a clubes de primera, que hoy nos echan en cara que nos ayudaron", responde Casey. "El rugby es así. Y eso es agregarle valor al plantel. Yo siempre creí que agregándole valor, dedicación y amor a lo que uno hace, las cosas se pueden lograr. Hasta lo más increíble".

En tal sentido, fue vital el trabajo físico y psicológico con sus jugadores, más allá de la habitual preparación técnica y táctica. "Hay que ser súperdeportistas", sostiene el entrenador. "En 2011, teníamos que mejorar al plantel en la parte física. Después, al mismo tiempo, le metimos el tema técnico. Y al final, con la parte psicológica, se terminó de cerrar el círculo. Los resultados que logramos tienen que ver con eso. El jugador siente que está contenido desde lo técnico, lo físico y lo psicológico. Y esas tres patas te ayudan para que el proceso sea cada vez mejor".

El encargado de trabajar la parte mental del equipo fue Félix Salotto, coach ontológico que llegó a Daom el año pasado, cuando estaban en Grupo III. Su trabajo consiste en ayudar a individuos, equipos y organizaciones a que logren los objetivos que se proponen. "Iba a hacer un taller y les interesó mucho, así que planeamos el año con objetivos y un sueño: llegar a Segunda. Y entrenamos sus mentes para lograr el máximo compromiso y concentración. Una vez que logramos el ansiado ascenso, comenzamos a trabajar el liderazgo dentro del equipo llevando el nivel de concentración al máximo en intensidad y en extensión, para que no haya lagunas que permitan desatenciones durante la competencia".

El capitán cuenta uno de los ejercicios: "Le decíamos al otro todo lo malo que tenía. Así hoy se borraron todos los comentarios internos y las cosas se dicen en la cara, nada por detrás". Este complemento dio como resultado el salto de calidad que llevó a los mismos jugadores que lidiaban en el piso de la URBA a buscar el ascenso a la máxima categoría.

Daom es uno de esos equipos que se acostumbró a jugar los difíciles partidos de eliminación directa que tenían los torneos del ascenso hasta el año pasado. "Las Reubicaciones eran desangrantes y los playoffs eran una locura. Quizás hacías todo bien en el año y perdías un partido y bajabas sin saber qué había fallado. Esa estructura es muy complicada de afrontar con planteles cortos", recuerda el entrenador.

Pero esa situación fue cambiando y dio lugar a un salto de calidad. "Las divisiones juveniles e infantiles están creciendo. El Mundial de este año ayuda, tenemos a casi todos los jugadores del Plantel Superior ayudando en juveniles o infantiles y todos los entrenadores del club son ex jugadores y muchos jugaron en Primera en el 95 y en el 71", dice Casey. Hoy el plantel superior promedia los 60 jugadores en cada entrenamiento. Al costado de la cancha, haciendo frente a la lluvia, ex jugadores recuerdan viejas épocas en derredor de una heladerita con fernet y los más chicos alientan como si fuera fútbol.

Casey estuvo presente en la última experiencia de Daom en la élite de la URBA. Sus hijos juegan en las infantiles y quiere que ellos también puedan ser parte del equipo del Bajo Flores en la máxima categoría. Un sueño que comparte con Eaton y sus compañeros adentro de la cancha...y con todos los que empujan desde afuera.

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