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Gonzalo Quesada: la misión de llevar a Jaguares de nuevo al éxito, los cambios en marcha y su otra gran pasión
El cambio de calendario encuentra a Gonzalo Quesada pasando Año Nuevo en un campo en Entre Ríos. Una buena oportunidad para despejar la mente y recargar energías para la exigencia que se viene, pensaría cualquiera. "Me viene bien porque voy a tener mucho tiempo libre y me traje la notebook para analizar videos y terminar de afinar detalles de la pretemporada", refuta. El entrenador de Jaguares encara su segunda campaña en el Super Rugby con obstáculos como la partida de jugadores emblemáticos, la incorporación de muchos juveniles y el desafío de recomponer un plantel golpeado luego de la decepción de Japón 2019, sin desentenderse de las expectativas generadas luego del subcampeonato logrado en su año de debut.
Para alivianar estos contratiempos, adelantó el inicio de la preparación cinco semanas respecto a lo que ocurrió en los cuatro años anteriores, en parte porque el Super Rugby 2020 arranca 15 días antes que de costumbre y en parte para descomprimir la intensidad de la pretemporada, que luego del impasse por las Fiestas inició su segunda etapa, en Tandil.
"La pretemporada arrancó bien. No nos sobra nada de tiempo, pero esta es un poquito más normal", explica el ex apertura de los Pumas. "Era muy importante tener un poco más de tiempo porque hay muchos jugadores nuevos que no conocíamos. En cuanto a las actitudes fue muy bueno, nos encontramos con chicos con ganas y bien físicamente. Todavía con un margen de progresión rugbísitico lógico. Además, para no hacerla tan cargada. Hicimos bloques fuertes lunes, martes, jueves y viernes, y el miércoles a la mañana les organizamos masajes y yoga, pura recuperación física, energética y mental. Fue una idea buenísima. Estoy muy contento porque lo tenía en la cabeza hace rato. Sentir que al jugador, en medio de tanta carga, le renovamos la energía."
–La estadía en Tandil es algo nuevo para Jaguares. ¿Qué van a buscar ahí?
–Quería que los Jaguares se tomaran una semana para salir de la rutina de la pretemporada y estar juntos cinco días para laburar, además del rugby y el físico, en todo lo que me gusta a mí, que es el proyecto de equipo. Un poco la cultura de cómo vamos a funcionar, fijar objetivos más precisamente, armar grupos, laburar sobre nuestra palabra, nuestra identidad, el qué, el cómo.
–Siempre hablás de proyecto de equipo, cultura e identidad. ¿Planteaste algo distinto este año?
–Va a ser muy parecido porque funciona y genera el compromiso que queremos. En las formas de hacerlo y muchos de los detalles del proceso van a cambiar varias cosas. El resultado va a ser distinto. El año pasado fue importante la palabra locura. Y la palabra humildad apareció más que el año anterior.
–¿Cómo encontraste al plantel después del golpe del Mundial? ¿Tuvieron que trabajar en eso?
–No. No insistimos mucho ni nos quedamos en ese tema. Obviamente, al principio era un tema presente y salía cuando hacíamos las charlas individuales con los jugadores. Pero lo que nos propusimos con el Dogo [Andrés Bordoy] y Manasa [Juan Fernández Miranda] fue tratar de poner todo el foco en lo que viene para adelante y lo hicimos así. El desafío es muy grande y queremos estar a la altura.
–¿Por qué cuesta tanto la transición de Jaguares a Pumas?
–Uno de los puntos fuertes de este sistema es que los jugadores están muchos meses juntos. La verdad no sé por qué se da así. Puede ser que haya un poco de esta situación donde no es tan claro este cambio, pero creo que está claro el mensaje que la prioridad y lo más importante son los Pumas. El seleccionado nacional es lo más grande a lo que se puede aspirar. Eso está claro en todas las cabezas y en eso se está trabajando, al mismo tiempo que Jaguares tenga su identidad y genere compromiso. Creo que es compatible.
–El golpe del Mundial dejó en claro que no se terminó de encontrar la fórmula para que Jaguares sea beneficioso para los Pumas. Desde la dirigencia, ¿te plantearon algún cambio?
–No. Estamos muy alineados en cuanto a la visión de lo que queremos para este grupo profesional de Jaguares y Pumas. No tengo una bajada de línea. Por ahí la tendré más adelante. No hay muchos cambios que se puedan hacer. Una parte pasa mucho por lo que seguimos haciendo, que es cuidar a los jugadores. Me parece que quedó claro que cuando hacés debutar a un montón de chicos nuevos, estás priorizando algo mucho más grande que el resultado a corto plazo. Creo que por eso no tengo bajada de línea. Porque más de lo que se rotó... Ninguno de los equipos que terminó en las finales hizo tantos cambios todo el año en cantidad de jugadores y minutos. Me lo digan o no, voy a seguir por ese camino. Después es cuestión de ver cómo seguimos agrandando la base. La nueva liga [Superliga Americana de Rugby] va por ese lado. Y hay que ver qué pasa con los jugadores de Europa. Es muy personal, pero para mí los jugadores que brillen, les vaya muy bien y realmente marquen diferencia, está bueno que sigan siendo llamados. Para que cuando se junten los de Europa con los Jaguares no sientan que es el mismo equipo.
–La pretemporada arrancó el 25 de noviembre y el último partido de los Pumas será el 21 de noviembre. ¿Es sostenible una temporada tan larga?
–En Francia pasa lo mismo. Un jugador internacional francés arranca la pretemporada a fin de junio y juega su último test a fin de junio del otro año. Alguien que juega en la Premiership inglesa o el Top 14 francés juega un año entero. Los Jaguares vienen de seis semanas libres, después cuatro semanas de laburo, ahora nueve días de descanso, otro mes entero de preparación para bancarse un poco más que media temporada en Europa. Después viene toda la etapa del seleccionado. Para mí no es la mejor fórmula. El calendario está muy cargado; no está bueno que ninguno juegue un año entero.
–¿Vas a rotar como en la temporada pasada?
–Lo que va a ser igual es una primera etapa donde les vamos a dar oportunidades a todos los que las merezcan por lo que muestran. Vamos a privilegiar a los que estén mejor sin quemar o saturar a ningún jugador, ni frustrar a jugadores que merezcan oportunidades.
–En cuanto al rugby sí hay cambios. Estás instrumentando un nuevo sistema de juego…
–El año pasado cambiamos muy poco porque la prioridad era que los jugadores mantuvieran un sistema con referencias claras para llegar bien al Rugby Championship y al Mundial. El proyecto y la filosofía de juego no cambian. Sí la forma de estructurar el ataque, que evolucionó. Hay roles distintos y formas de jugarlo distintas, con un poco más de lectura y de libertad también. Nos pareció importante generar un entusiasmo nuevo en los jugadores, generar esa concentración extra de que haya algo nuevo.
–¿Qué cambia en cuanto a las funciones?
–En los forwards cambiamos los grupos. Estaban organizados de una manera en la cancha y los repartimos de otra. Dentro de los backs, el 10 y el 12 ocupan el mismo rol y se van relevando para lanzar y organizar.
–¿De dónde tomás estas cosas?
–Obviamente hay un poco de todo. Mucho viene de lo que vas leyendo y sintiendo de tu sistema anterior, que puede volverse menos eficaz. En el nuevo sistema hay mucho de evolución natural de lo que pensamos teníamos que hacer y después hay un poquito de inspiración de otros seleccionados.
–¿Puede ser que el rugby esté avanzando hacia un cambio de paradigma, donde ya no importa tanto el puesto sino el rol de cada jugador?
–Totalmente. Te diría que los números tienen significado, pero en nuestra estructura les pusimos nombres, donde los forwards se mueven por grupos que tienen nombres con respecto a su rol, y también los backs. Se van moviendo las estructuras para que haya muchas amenazas cerca y a lo largo en la cara de la defensa contraria. Todavía no llegamos a la situación que un back hace lo mismo que un forward y un forward hace lo mismo que un back. Es lo próximo y ya casi que estamos.
–¿Cuánto juega la espontaneidad en tu sistema?
–Está buena la pregunta, porque no me gustan las palabras "sistema" o "estructura". Confunden a veces, lógicamente. Lo único que da el sistema es la posibilidad de que juntos generemos una foto difícil de defender para la defensa. Hay mucha libertad, lo que pasa es que está la libertad mal entendida que es "che, sobramos allá y me mando pero no tengo ningún apoyo" o "me corto por acá porque creo que es el lugar pero hay una pared, me tacklean y no hay nadie para limpiar". Hay que tener referencias comunes, pero el 90% de lo bien que sale nuestro juego pasa por la espontaneidad, la lectura, la toma de decisiones y las destrezas de los jugadores. Recitar un sistema no funciona.
–Cada vez hay más competencias profesionales. ¿Qué va a pasar con el rugby de clubes? Hay entidades que empiezan a mostrar dudas...
–Es lógico que esto pase. Siempre van a haber clubes que van a reaccionar, desde una visión respetable, donde haya situaciones de rugby profesional. Para mí es muy importante el rol de los clubes en nuestro rugby. La fuerza de nuestros clubes es única en el mundo y es lo más lindo que tenemos. Ya existía Jaguares como equipo profesional. Ahora aparece esta nueva liga donde nadie obliga a nadie en nada. Si querés ser jugador profesional, tenés esa posibilidad. Los clubes van a seguir siendo importantísimos en nuestro rugby.
–Hace unos meses circuló la versión de que Racing 92 de París te quería contratar y lo negaste…
–Lo que yo salí a desmentir en su momento es que había habido un contacto entre el club y la UAR y que la UAR había bloqueado mi salida. Esa parte era falsa. Es verdad que hubo contactos conmigo y que tenía que tomar una decisión, pero no me gustó que saliera eso.
–La situación económica empeoró desde entonces. ¿Eso cambia tu posición?
–Sinceramente, hubo dos clubes parisinos donde entrené que hace unas semanas se acercaron con propuestas para volver a entrenar allá, con proyectos a mediano plazo y tipos de contratos muy interesantes financieramente. Quiero estar acá, tengo contrato hasta fin de 2021 y quiero respetarlo. Mismo la UAR, cuando se enteraron, me hicieron ver que entenderían que yo eligiera irme al ser situaciones no comparables, con una mujer europea que está peleándola acá y con mi vida allá. Pero hoy elegí quedarme, estoy acá, comprometido y contento. No sé qué va a pasar a futuro. Si sigo o me vuelvo no lo tengo decidido y nunca lo supe. Dos meses antes de firmar con Jaguares no sabía que iba a venir.
Cómo mantener un equipo competitivo más allá de las bajas
Uno de los mayores desafíos que tendrá Gonzalo Quesada para el Super Rugby 2020 es el de mantener un equipo competitivo, aun habiendo perdido a jugadores importantes que emigraron, tanto por peso propio (Matera, Lavanini, Moyano, Landajo, Leguizamón, González Iglesias) como por el puesto que ocupaban (Pieretto y García Botta). En su lugar aparecen jugadores en su mayoría juveniles, provenientes de Pumitas y Argentina XV, con gran potencial, pero cuya respuesta en el próximo nivel no deja de ser un interrogante.
–A diferencia de tu etapa como entrenador en Europa, en Jaguares te pasa que se te fueron varias figuras y no podés reemplazarlas por otras de igual jerarquía…
–En Racing o Stade Francais vos dejabas ir al que sentías que había cumplido una etapa y en su puesto te llegaban los curriculums de jugadores de seleccionados de todo el mundo. Te dejaba más tranquilo en cuanto a los resultados a corto plazo porque llegan con una base muy buena. Lo que pasa en Jaguares es un poquito más a mediano plazo. Se te van nombres que tienen mucha experiencia y a los que les llevó muchos años de competencia llegar a este nivel y llegan chicos que van a descubrir este nivel y necesitan mucho laburo. Es un desafío distinto, pero tu laburo lo sentís aún más interesante.
–¿Hay alguno de los nuevos que veas listo para dar el salto?
–No me gusta dar nombres, pero la mayoría de los nuevos está física y técnicamente más cerca de lo que imaginábamos. Todos los chicos nuevos están para jugar. No hay ninguno que digas "este año no llega". Pensábamos que el 90% de estos chicos que venían de la M20 iban a tener un primer contacto con el equipo, hacer la pretemporada, así ya los conocemos y hacer un ida y vuelta con Ceibos [el equipo argentino de la Superliga Americana]. No hay decisiones tomadas. No hay ninguno que digo "chau, este pibe es titular". Tienen mucho margen de progresión, pero creo que están muy cerca del nivel.
–Sorprendió la decisión de enviar al mundialista Lucas Mensa a Ceibos…
–Somos 42, y es todo el plantel de Jaguares para esta temporada. Nadie está desafectado. Sólo necesitamos darle tiempo de entrenamiento a todos. Algunos lo harán con Ceibos. Tenemos mucha comunicación con ese nuevo equipo y la idea es que otros jugadores que queremos ver en la cancha se vayan sumando a ese plantel. Todos siguen siendo parte de Jaguares y pueden volver. Lo mismo con los jugadores que tengan alto rendimiento en Ceibos. Seguimos siendo muchos, por lo que después de Tandil seguramente otros jugadores se sumen a Ceibos para tener mejor calidad de entrenamientos y buena cantidad de jugadores en ambos planteles.
El polo, la otra pasión
En 2018 lo sorprendieron las cámaras de ESPN presenciando un partido del Abierto de Hurlingham. En agosto pasado, un comunicado del club francés Saint Tropez lo tenía como protagonista adentro de la cancha. Durante la Triple Corona, estuvo acompañando al equipo de Las Monjitas en los palenques. La relación entre Gonzalo Quesada y el polo es mucho más profunda. El polo es su otra pasión.
"Cuando era muy chico, mi viejo jugaba en Las Bétulas, un club en Open Door, y en Puerta Abierta, de Marcos Uranga, un gran ex jugador de Newman. Yo jugaba al rugby, y cada tanto acompañaba a mi viejo a taquear al campo en Santa Regina, donde había armado una cancha casera. Pero poquísimo. En Semana Santa, en vacaciones de invierno y listo", recuerda el entrenador de Jaguares. "A los 18 años debuté en la primera de Hindú y entre el seleccionado juvenil, el seleccionado de Buenos Aires, el club y después los seleccionados mayores y mi ida afuera, hasta los 33 que dejé el rugby, casi que no me subí a un caballo. Cuando dejé de jugar tenía amigos como Christian Nordheimer, Nito Uranga y el Topo Braun, que iban a hacer temporada en París, y durante el verano me invitaban a taquear. Después pasé a taquear un poco más, a jugar en cancha de invierno una o dos veces por mes. Casi todos los veranos me colaba en prácticas y los últimos dos años me colé en un par de torneitos de bajo hándicap. Siempre de invitado. Nunca tuve caballos, nunca tuve estructura.
–¿Cómo llegaste a ser parte de Las Monjitas?
–Soy bastante amigote del Ruso [Eduardo] Heguy y lo conocí a Facundo Sola en Sotogrande, donde me iba de vacaciones a propósito para ver polo, porque me encanta. El año pasado estaban analizando un video de un partido en Hurlingham y me vieron en la tribuna y me dijeron "venite a los palenques". El proyecto al principio era acompañarlo al Ruso en todo lo que no es estrategia pura de polo. Un par de semanas durante la Xtreme Polo League, que yo andaba con mucho tiempo, hicimos charlas, actividades, un par de laburitos de equipo y salieron cosas muy piolas. Cuando arrancó la Triple Corona [los Abiertos de Tortugas, Hurlingham y Palermo] ya empezaba la preparación de la temporada de Jaguares, así que tenía menos tiempo. Iba a tomar mate y charlar con ellos una vez por semana, la noche previa a los partidos que concentran iba a cenar y en los partidos estaba en el palenque. Pero era pura presencia, sin ningún tipo de rol, de onda total.
–¿Ahora estás jugando?
–Cuando terminó la temporada de Jaguares tuve más tiempo y me metí en prácticas y en algún torneito de bajo handicap. Tengo amigos que me llevan a jugar prácticas al Jockey de San Isidro, a Puerta Abierta. Hace dos semanas jugamos un Hindú vs. CUBA al polo en la cancha 1 de Hurlingham. Esta semana me fui a inaugurar la cancha nueva de Lincoln y jugué en el mismo equipo con Hilario Ulloa. En cuanto puedo me cuelo en alguna práctica. El primer equipo que me invitó fue La Aguada, con los Novillo Astrada. Jugué prácticas con ellos en época de Triple Corona. Jugué en la H en lo de Hilario, jugué en Murus Sanctus en lo de Facu Sola. Los Pieres me invitaron a taquear y a un asado en Ellerstina, y Adolfito Cambiaso nos invitó a todos los Jaguares a La Dolfina, pero todavía no pudimos ir.
–¿Tenés algún proyecto personal con el polo a futuro?
–En un momento hasta pensé en organizarme y comprarme caballos, pero es muy poco compatible con el poco tiempo que tengo. Me encantaría jugar más. En París tenía una estructura a 45 minutos donde se alquilan caballos de muy buen nivel e iba los domingos, era como una terapia. Para la edad que tengo y la poca experiencia, me defiendo bastante bien. Tengo handicap en Francia, gané algunos torneitos de bajo handicap. Lo tengo medio escondido, pero me encanta.
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