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Glorioso SIC: la noche que un club argentino de rugby dio el golpe frente a uno de los mejores del mundo
La década de 1980 tuvo largos momentos de esplendor para el rugby argentino en lo que constituye su pirámide clubes-uniones-seleccionado. Se trató de un período que registró un notable crecimiento en el juego, la aparición de decenas de jugadores legendarios y de rutilantes triunfos aquí y en el exterior. Fueron años en los cuales la Argentina empezó a pisar fuerte en el concierto internacional luego de todo lo que se fue sembrando y logrando a partir de 1965. Entre los hitos, hay uno que quizá no tuvo la vidriera que mereció: la victoria por 16-10 del San Isidro Club ante Cardiff Rugby Club, el martes 4 de marzo de 1980, en el Arms Park de la capital galesa. Un triunfo ante uno de los mejores equipos del mundo de ese momento, uno de los más antiguos (fundado en 1876) y con una foja de servicios que incluye victorias frente a los All Blacks, Springboks y Wallabies. Marcelo Loffreda, el goleador de esa noche, retrata el poder del impacto: “Recuerdo bien que después del partido la gente no podía creer que un club argentino le hubiera ganado a Cardiff”.
“Conseguir jugar contra ese equipo ya era una hazaña y un honor”, contó Emilio Perasso, entrenador en ese momento del SIC junto a Carlos Veco Villegas. Cardiff, donde jugó Gareth Edwards (el mejor rugbier de todos los tiempos) y el club que más jugadores aportó al seleccionado de su país y galeses a los Lions, tenía en ese momento a cuatro Lions y a John Scott, capitán de Inglaterra que venía de ganar el torneo 5 Naciones. Era un equipo muy poderoso en una era donde Gales acababa de hacer historia con su genial equipo de los 70. Cardiff, por ejemplo, jugó 6 partidos contra los Wallabies y los ganó todos. En 1953 venció a los All Blacks por 8-3.
Mario Walther, capitán del SIC en esa gira por Gales, Inglaterra, Irlanda y Sudáfrica, también habla de ese partido: “En el SIC celebramos varias fechas de partidos o de giras, pero nunca de este triunfo con Cardiff. Deberíamos incluirlo. Lo recuerdo como un test-match. Para nosotros era importantísimo ese partido y en mi caso estuve todo el día nervioso hasta la hora de entrar en la cancha. La diferencia la hicieron nuestros forwards, sobre todo con el scrum”. El hooker de Cardiff ese día, Allan Phillips, dio fe de esto último: “Al segundo scrum me di cuenta de que si levantaba un pie, íbamos a perder todas las pelotas, que nos iban a arrollar. Cuando mis wing forwards se convencieron de que tenían que empujar más, ya era tarde”.
Esa gira, que arrojó también un triunfo 13-3 ante el Northampton inglés que celebraba sus 100 años, coronó una década gloriosa para el SIC, ganando los títulos locales de 1970, 1971, 1972, 1973, 1977, 1978, 1979 y 1980. También fue un canto al scrum de la mano de Villegas, al que los galeses llamaron para escucharlo hablar de esa formación y del juego del rugby en más de una ocasión. En aquellos viajes, los clubes solían invitar a jugadores de otros equipos. El SIC lo hizo con el segunda línea Sandro Iachetti, de Hindú y de los Pumas. El plantel estuvo conformado por 35 jugadores y del duro invierno europeo se trasladaron al verano sudafricano.
Esa noche, el SIC formó con Fernando Argerich; Walther, Martín Pérez Cobo, Loffreda y Fernando Sainz Trápaga; Rafael Madero y Alfredo Soares Gache; Ricardo de Vedia, Roberto Lucke y Tomás Petersen; Iachetti y Miguel Glastra; Fernando Insúa, Javier Pérez Cobo y Carlos Sainz Trápaga. Loffreda apoyó un try y anotó 3 penales, mientras que Madero aportó un drop. El XV era un verdadero equipazo, ya que salvo Fernando Sainz Trápaga (el más joven de esa gira con 18 años) y Martín Pérez Cobo, los trece restantes llegaron a jugar en el seleccionado argentino. Perasso y Villegas, en tanto, venían de dirigir a los Pumas en 1974 y 1976-77. Insúa, sobreviviente ese día del primer tetracampeonato junto a Walther y Lucke, recuerda el largo tercer tiempo con una cena en un restaurante italiano cercano al Arms Park, mientas que Walther cuenta riéndose cómo entre Madero y Petersen lo ayudaron a sacar de la cancha al wing de su punta “ya que a veces no podía tacklearlo por mi edad”.
Esa cancha de Arms Park no fue en la que los Pumas perdieron sobre el final con Gales en 1976. A comienzos de los 70, la Unión de Gales construyó en ese terreno un estadio, el Nacional, al que siempre se lo conoció como Arms Park. Hoy es el Principality, hecho a nuevo en 1999 y bautizado Millennium. La cancha del Cardiff, que sigue existiendo, pasó a habitar donde estaba antiguamente la de cricket. Ahí, uno de los lugares más emblemáticos del rugby en el mundo, es donde ganó el SIC.
En las tribunas ese 4 de marzo de 1980 estaba la delegación del rival eterno del SIC, ya que el CASI también cumplía una gira por Europa y había coincidido en Gales en ese momento. Al año siguiente, el CASI rompió la racha de cuatro títulos consecutivos de la Zanja, logrando el campeonato invicto. Lo repetiría en 1982.
El comienzo de una era notable
Aquel triunfo del SIC fue de alguna manera el inicio de una etapa gloriosa para el rugby argentino. Los Pumas vencieron en la primera mitad de esa década a Australia, Sudáfrica (como Sudamérica XV), Francia y empataron con los All Blacks. Tal fue el fervor que provocó aquel equipo liderado por Hugo Porta que el estadio de Ferro quedó chico y hubo que mudarse a Vélez. Por su parte, la heroica Naranja tucumana irrumpió con fuerza en 1985 para romper la hegemonía porteña en el campeonato Argentino. Fue, simbólicamente, la rebelión del Interior, que se expandió por todo el país. Tucumán le dio un sello distintivo al mapa argentino y lo dominó con cuatro títulos más en el período 1987-1990, a lo que le agregó una victoria en 1982 contra los poderosos neozelandeses de Counties Manukau y un empate en 18 con Francia en 1988.
A nivel clubes, el dominio excluyente de los dos equipos de San Isidro (se repartieron los títulos exclusivamente entre 1971 y 1985) fue roto en 1986 (aunque compartido con el SIC) por el extraordinario Banco Nación, un equipo que dejó huella y al que se recuerdo aún con admiración treinta años después. El Banco de Porta, Turnes, Gómez y compañía ganó de nuevo el título en 1989, pero también brilló a nivel internacional superando a Inglaterra y a Canadá. Y al final de la década asomó otro club que también modificó el escenario: Alumni, con cuatro campeonatos consecutivos.
El triunfo del SIC en Cardiff se dio en un tiempo muy distinto al de hoy. El rugby era amateur –aunque con dinero bajo la mesa en las potencias–, el try valía 4 tantos, no había perspectivas de Mundiales ni de Juegos Olímpicos, se jugaba con las viejas reglas y los clubes eran primordiales en todo el mundo. Obviamente, tiempos sin internet ni cable. A la Argentina llegaba poco y nada de lo que sucedía afuera con el rugby. De este partido de 1980 no hay ningún rastro en Google ni en YouTube. Quedan, eso sí, testimonios de los protagonistas, y los programas y artículos que atesoran quienes fueron a esa gira, más unos pocos recortes en los archivos. Polaroids de un hito de un club y del rugby argentino.
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