Este CASI juega bien, gana clásicos y genera esperanza en hinchas que llevan casi dos décadas esperando

Debía ratificar el buen inicio de la temporada, tan promisorio como inesperado. Necesitaba superar el más exigente de los exámenes, para que las exhibiciones realizadas ante Hindú y Alumni, en la misma cancha y hace escasas semanas, no se redujeran a una simple mini-racha. Llegaba el choque contra el SIC y al CASI sólo le cabía dar un golpe de autoridad sobre la mesa, estremecer y llamar la atención, para que todos empezaran a tomar en serio al modelo 2024 del Club Atlético de San Isidro. Y llegó el San Isidro Club, nomás, con sus blasones, su título de campeón, la condición de único invicto y, como los grandes cazadores, exhibiendo orgulloso las cabezas de todas sus víctimas de la temporada. Una colección que imponía respeto.

Pero no se amedrentó el CASI. Que también tiene linaje y medallas colgadas, aunque algo polvorientas. Entonces, hizo su partido, jugó su juego. Y al SIC se le volaron todos los papeles, el invicto y la colección de víctimas. La Academia, con una contundencia desacostumbrada hasta después del encuentro con Belgrano en Virrey del Pino, cuando el apresuramiento y la escasa lucidez la llevaron a perder por apenas dos puntos, se impuso de principio a fin. Sin discusiones. Jugando bien. Concentrada. Como un equipo maduro. Y por tratarse de un triunfo en un clásico, de un test medidor del carácter y el temple, salió fortalecido. Envalentonado, confiado, seguro, y con una ilusión gigante. Esperanzado, todo el pueblo blanquinegro, en que por fin éste sea el año del tan ansiado campeonato, que viene negándose desde hace ya casi 19 años.

Falta mucho todavía. El Top 12 acaba de empezar. Pero éste es el mejor comienzo del CASI en diez temporadas. ¿Y cómo se le dice a esa multitud que no para de agitar banderas, de revolear globos blancos y negros, de saltar y cantar hasta perder la voz, que tenga calma? ¿Qué sofrene el ánimo? Imposible. Muchos son chicos, otros hinchas son grandes y también hay veteranos. Gente que padeció el descenso, aguantó frustraciones y soportó con una mezcla de bronca y envidia los éxitos del vecino surgido de sus propias entrañas. Tragó todas las amargas, y ahora que vienen las dulces, ¿van a pedirle cautela?

Al diablo con la mesura. Se largan a cantar, a saltar, a bailar, a celebrar. Mirando hacia la cancha, donde están los gladiadores que les regalaron una tarde de rugby como para el recuerdo. Esos gladiadores que también la pasaron mal. Que son jugadores, pero antes son hinchas, y sienten la camiseta como los que llenan la tribuna, porque de allí surgieron hasta consagrarse en la cancha. Y también cantan, saltan, se emocionan y disfrutan de este presente. El CASI no sueña; está despierto. El gigante está de vuelta. Y una cosa es llamarlo y otra, muy distinta, es verlo venir.

En el rugby, las victorias –y las derrotas– son cuestión de equipo. No gana ni pierde uno solo. Sin embargo, abundan los casos de protagonistas que influyen más que otros en lograr el objetivo final. En este CASI-SIC, ese protagonista principal fue Juan Torres Obeid, autor de dos tries como para recordar largo rato. El primero, al inicio del juego. Tras recuperar una pelota en el medio y combinar entre varios, el hooker, siempre en apoyo, recibió un pase y se zambulló en el in-goal, justo entre los palos. Y el segundo, de antología. Apenas superada la media hora del encuentro, la voracidad de los delanteros del CASI se apoderó de la pelota en una salida misma del SIC. Abrió Luca Canzani hacia la derecha. Tras un largo salteo tomó el balón Torres Obeid. Y con cintura de tres cuartos y sagacidad de wing, escapó de un par de tackles, chocó al último defensor y acabó con la pelota aplastada entre su pecho y el piso. Doblete del hombre central de la tarde. El CASI se ponía 21-5 y la victoria comenzaba a cristalizarse. “Tratamos de divertirnos en la cancha”, dijo el número 2, como para explicar ese rapto de ingenio y osadía.

Gran try de Juan Bautista Torres Obeid

El CASI sale vigoroso e imponente del examen y vuelve a colocarse segundo en la tabla del certamen de URBA. Ahora detrás de Belgrano Athletic. ¿Y el SIC? ¿Salió herido? ¿Algo tocado? ¿Verá afectado su futuro inmediato? Y... perder contra el rival de toda la vida deja marcas. Pero no parece tratarse de una derrota como para dramatizar mucho. Es una fecha más del torneo, la octava de veintidós. El equipo de Boulogne dejó el invicto pero no los puestos de vanguardia: se mantiene a la expectativa, en el tercer lugar. Con un poderío individual envidiable, y eso que le faltan tres o cuatro figuras relevantes; con una idea clara, con un libreto bien aprendido y una filosofía que arrastra desde el fondo de su historia y que le ha dado muy buenos resultados.

El impresionante try de Santiago David para CASI

Los tiempos recientes, y no tanto, muestran que el SIC no es de sufrir bajones anímicos por derrotas inesperadas. Ha sabido levantarse de golpes duros. Sobran ejemplos. Suele reaccionar positivamente antes situaciones como la vivida este sábado. Le ha tocado perder contra el CASI en su casa, y a la semana ha ganado con firmeza y componiendo las averías. Es un equipo muy fuerte mentalmente. Dotado de oficio, experiencia, temperamento. Además, en el partido de este sábado, si bien fue superado, reaccionó en el segundo tiempo. Con más ímpetu que juego, con más entereza que tecnicismo. Apeló al empuje del maul, a la fortaleza de su pack, esta vez bastante controlado en el juego suelto pero incisivo en las formaciones, sobre todo a partir del maul. Y por esta vía cerró la cuenta, al otorgarle el árbitro Pablo Deluca (h.) un try-penal a los dos minutos del tiempo adicional del extraordinario espectáculo que brindaron el CASI y el SIC. Vencedor y vencido.

Compacto de la victoria de CASI en el superclásico

Síntesis de CASI 39 vs. SIC 29

• CASI: Juan Akemeier; Santiago David, Benjamín Belaga, Bruno Devoto y Felipe Probaos; Jerónimo Solveyra y Luca Canzani; Joaquín Sáenz de Miera, Luis Briatore e Ignacio Torrado; Leo Mazzini y Agustín Posleman; Ignacio Nieto Sánchez, Juan Bautista Torres Obeid y Facundo Scaiano.
• Cambios: ST, Joaquín Britto por Scaiano; 15, Eugenio Sartori por Posleman; 26, Benjamín Rocca Rivarola por Briatore, y 39, Félix Paolucci por Nieto Sánchez.
• Entrenadores: Oscar Murgier y Santiago Phelan.
• SIC: Jacinto Campbell; Nicanor Acosta, Carlos Pirán, Santos Rubio y Franco Moneta; Santiago Pavlovsky y Felipe Sascaro; Franco Delger, Tomás Meyrelles y Andrea Panzarini; Bautista Viero y Marcos Borghi; Benjamín Chiappe, Ricardo Macchiavello y Marcos Piccinini.
• Cambios: ST, Lucas Rocha por Macchiavello; 22, Juan Pedro Olcese por Chiappe; 28, Pedro Georgalos por Delger, y 38, Agustín Sascaro por Campbell.
• Entrenadores: Bruno Vitale, Patricio Nealon, Eduardo Victorica y Gonzalo Longo.
• Primer tiempo: 2 minutos, gol de Akemeier por try de Torres Obeid (CASI); 16, try de Moneta (SIC); 24, gol de Akemeier por try de Sáenz de Miera (CASI), y 36, gol de Akemeier por try de Torres Obeid (CASI). Resultado parcial: CASI 21 vs. SIC 5.
• Segundo tiempo: 10, try de Rocha (SIC); 19, penal de Akemeier (CASI); 21, penal de Akemeier (CASI); 25, gol de Pavlovsky por try de Moneta (SIC); 26, try de David (CASI); 34, try de Acosta (SIC); 37, gol de Akemeier por try de Mazzini (CASI), y 42, try-penal (SIC). Resultado parcial: CASI 18 vs. SIC 24.
• Cancha: Club Atlético de San Isidro.
• Árbitro: Pablo Deluca (h.).

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