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Entrevista con Gabriel Travaglini, flamante presidente de la UAR: “Si el rugby fuera violento, los lunes las comisarías estarían llenas de presos”
El dirigente habla del futuro del rugby argentino, cómo se decidió la elección de Cheika para los Pumas, el caso Sudáfrica y su salida de la Sanzaar, y las “etiquetas” antojadizas contra su deporte
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Gabriel Travaglini está transitando su primera semana como presidente de la Unión Argentina de Rugby (UAR). Es la mañana del jueves y acaba de tener una larga reunión con la gerenta, Sol Iglesias. Mientras baja las escaleras rumbo a la sesión fotográfica comenta que en estos días sumó más de 300 seguidores en sus redes sociales y que el teléfono le estalla con mensajes de mucha gente a la que ni siquiera conoce. “Me desean suerte, y yo les contesto que muchas gracias, porque no sé qué más decirles”, sonríe. Travagalini viene de ser cuatro años vicepresidente, pero va sabiendo que su nueva función es muchísimo más trascendente que subir apenas un cargo. Vestido con una camisa a rayas suelta, jeans y zapatillas deportivas azules, el ex forward del Club Atlético San Isidro (CASI) y de los Pumas vuelve tras las fotos a su oficina del segundo piso, con vistas al Hipódromo de San Isidro, y durante casi dos horas responde a las preguntas de LA NACION, en lo que es su primera entrevista a un medio gráfico.
Travaglini contesta “no sé” un par de veces. “De lo que no sé, prefiero no hablar. Recién estoy acomodándome con la presidencia. Lo primero que comuniqué es que voy a consultar todo con la gente que trabaja acá. Yo vendo seguros, así que en la UAR hay gente más capacitada que yo en áreas específicas”, remarca.
La entrevista envolvió diversos temas: el futuro de los Pumas, la designación de Michael Cheika y el pronto anuncio de su staff, el panorama internacional para la Argentina, la competencia interna, la Superliga Americana, las finanzas, los vínculos comerciales, el proyecto Rugby 2030, la relación con World Rugby y la Sanzaar, la imagen del rugby en la sociedad, el bullying, la discriminación y los bautismos, el rol de la comunicación y el plan de negocios y de trabajo de aquí a 10 años.
“Yo soy muy estricto en las formas, el respeto, el trabajo en equipo, la comunicación sincera”, dice a modo de manifiesto. “Como varios de los miembros del nuevo Consejo venimos trabajando hace un tiempo, tengo que mantener una continuidad. Obviamente, corrigiendo los errores que se cometieron. Estamos trabajando en un plan de negocios por 10 años para que los que nos sigan mantengan esa línea, más allá de los cambios que pueda haber en el camino.”
–¿Cuáles son los errores que hay que corregir?
–Son errores del hacer. El único que no se equivoca es el que no hace nada. Estamos trabajando para mejorar la comunicación, vamos a abrir un poco más lo que es la parte de relaciones inmediata con las uniones, con el Consejo, con las mesas, para que estemos todos en la misma sintonía y no haya malas interpretaciones.
–¿Cómo quedó Argentina con World Rugby después de que Agustín Pichot perdió la elección? ¿Hay algún resquemor?
–No lo veo así. El global calendar que se está discutiendo fue una propuesta de Agustín. Recientemente mandamos mi nombramiento y Bill Beaumont me mandó un email recordando que jugamos tres veces en contra en la década del 80; no tendría sentido hacerlo si hubiera resquemor con nosotros.
–¿Cómo está parado el rugby argentino a nivel mundial?
–Seguimos siendo parte de Sanzaar. Hoy hay enojos entre Nueva Zelanda y Sudáfrica, pero las reuniones siguen siendo cordiales y todos seguimos pensando cómo plantear la competencia. El respeto sigue estando. Está el tema que Sudáfrica va a ir al Seis Naciones en 2026, pero no está cerrado y yo lo veo muy difícil, porque con siete equipos las fechas se van a alargar y van a chocar con las ligas. Si sacan a Italia, ¿quién es el último? Con los tanos tienen la garantía que nadie sale último.
–Si Sudáfrica se llega a ir de la Sanzaar, ¿cómo afectaría a Argentina?
–Hoy no tenemos ese problema. Hasta 2025 está cerrado. En este plan estratégico estamos analizando mirar para adelante. Estamos viendo distintas alternativas. Nos tocaría trabajar en América, pero el desarrollo de Estados Unidos y Canadá no es muy sustentable todavía. La SLAR está dando los pasitos que esperábamos, los otros equipos están mejorando. Tuvimos ofrecimientos de buena predisposición de que vayamos a jugar ahí, pero es impracticable porque mover cinco meses a los jugadores y al staff sin tener visibilidad de cartelería y ticketing porque no jugás de local, es impracticable. No podemos distraer ingresos de la UAR en esta instancia.
–¿Hay chances de poner un equipo en Europa?
–Europa siempre estuvo. Antes de Jaguares ya se habló de poner un equipo en Sevilla. Estamos en contacto con gente de Sevilla y de Bilbao. Estamos viendo cómo nos podemos incorporar, pero hoy por hoy no hay nada. España, que se clasificó al Mundial, está tratando de crecer.
–¿Cómo era la situación de Cheika al momento de irlo a buscar?
–No estaba contratado por la UAR. Le pedimos a la gerencia de Alto Rendimiento que nos busque todas las opciones disponibles dentro de un perfil determinado. Se habló con todos los entrenadores que estaban en Europa: Noriega, Reggiardo, Quesada, Contepomi, para ver qué disponibilidad tenían. Con Noriega no llegamos a juntarnos; Mauro estaba por ascender al Top 14 y prefirió quedarse; charlamos con Gonzalo y Felipe y les dijimos que íbamos a trabajar con Michael hasta fines de 2023. Apostamos a hacer un corte con esta falla que estamos teniendo que ninguno pudo hacer dos Mundiales. Le gustó el desafío y dentro de ese proyecto le pusimos en la mesa todo el equipo que teníamos y está armando su staff.
–¿Cuándo se va a conocer el staff?
–Entre el viernes o el sábado esperamos una respuesta de Michael.
–¿A Quesada le ofrecieron ser uno de los asistentes?
–Le ofrecimos, pero prefirió quedarse donde estaba. Él aspira a ser head coach.
–¿Cómo se va a manejar la logística del seleccionado?
–Cheika tiene base en Europa. Va a manejar desde ahí a nuestro grupo de gente, que va a estar acá, y mantendrá charlas con los jugadores que están allá. En las ventanas, todos incluido Michael, van a estar acá.
–¿Cómo van a manejar las convocatorias en función del desgaste de los jugadores y los descansos que exige World Rugby?
–Es una decisión de Cheika. World Rugby está trabajando para que los clubes no perjudiquen a los jugadores y podamos tener alguna disponibilidad para que el juego de las ventanas siga siendo atractivo. Nueva Zelanda tiene bajada a sus franquicias que los All Blacks jueguen sólo equis cantidad de partidos. La idea es bajarlo también a los clubes. Según la Regla 8, el descanso se lo tiene que dar el club.
–¿Qué equipo creés que va a presentar Argentina teniendo en cuenta que vuelve a jugar en el país después de tres años? ¿Cheika va a poder contar con todos los jugadores disponibles o va a haber que negociar?
–No lo sé porque no sé cuáles son los jugadores que quiere Cheika. La negociación esa siempre existió y va a seguir existiendo. La intención es que se organice una cultura apuntando al Mundial. Tenemos 15 meses para ir armando y haciendo pruebas. Vamos a tratar de poner el mejor equipo, pero tratando de ser objetivos con lo que viene después.
–¿Creés que va a ser una ventana de prueba de jugadores?
–Yo lo veo por ese lado, pero es subjetivo. Todavía no hablamos con Michael. Lo Consejos nunca participaron de la selección de jugadores, salvo algún caso de disciplina que se pueda llegar a vetar.
–¿Hubo casos de jugadores vetados en los últimos años?
–No, salvo el caso de los tweets.
–¿Cómo está la relación de la dirigencia con los jugadores?
–Yo participé del Mundial de Japón y de la última ventana y tuve una muy buena relación. Cuando se toman decisiones que te afectan personalmente, es difícil estar de acuerdo y se generan roces. Pero tenemos diálogo permanente. Yo tuve reuniones con grupos más grandes, más chicos, con Matera individualmente. Las charlas siempre fueron objetivas y no contra las personas sino contra las ideas.
–¿Pablo Matera ya está habilitado para ser capitán?
–Siempre el capitán lo elige el entrenador. Llegado el caso se debatirá en el Consejo.
–¿Los jugadores fueron consultados antes de elegir a Cheika?
–Nunca participan de la elección del entrenador. Podría ser si traíamos a alguien desconocido. Con Michael es distinto, ya que fue parte del equipo en los últimos dos años. Pancho [Rubio, gerente de Alto Rendimiento] sabe que no puede traer a un tipo que está de punta con los jugadores.
–¿Cómo es el proceso de toma de decisión en un tema importante, como ser la elección del entrenador?
–Nos apoyamos en Alto Rendimiento, que es el área que trabaja en eso y nos informan. Si me preguntás qué opino del juego de los Pumas, no opino. Yo jugaba a otra cosa. Sí puedo opinar de responsabilidad, respeto, solidaridad, porque es lo que me quedó del juego.
–¿Cómo ves el juego de hoy?
–Siempre ha ido cambiando. Los espacios se achicaron, porque los jugadores son más rápidos, más fuertes. Pero habiendo visto a Francia en el Seis Naciones, demostraron que sin espacios se puede jugar bien igual. Lo que me parece nefasto es el try de maul. Por ley de física es imposible de parar.
–¿Los cambios fueron para bien?
–Si no estás preparado, te puede tocar lesiones en cualquier momento. Yo martes y jueves me entrenaba en el CASI, lunes y miércoles jugaba al squash, sábado jugaba y domingo salía a correr con dos mancuernas. Hoy el foco de World Rugby está puesto en el welfare e incluso están trabajando con un psicólogo para trabajar el tema de las fortalezas mentales.
–Algo que acá nunca usaron...
-Yo de 2017 a 1019 estudié consultoría psicológica y hago mucho énfasis en eso. Hay que poner el foco en qué van a hacer los jugadores cuando dejen el rugby. Tuve muchas discusiones con presidentes de uniones que me decían que se les iban todos los jugadores porque no había competencia. Los jugadores se van porque el país está muy mal, porque les gusta jugar al rugby y quieren irse a hacer una experiencia. En 2019 se fueron 280 pibes. El año pasado se fueron 220. Pasa siempre, y no por la competencia. Lo mismo con las convocatorias. Los clubes protestan porque les sacan jugadores. Nadie te saca. Se le ofrece al jugador y él dice sí o no. En el 84 le dije que no a la gira de Pochola Silva porque me iba con el CASI y en el laburo me dijeron que eligiera una. Después no me llamó más por tres años. Son las reglas del juego. Para tener 30 tipos en el primer nivel, necesitamos 100 chicos en las Academias. No todos van a llegar, pero le pueden transmitir ese conocimiento a sus clubes cuando vuelvan.
–No está el Súper Rugby, que ocupaba un espacio importante. ¿No sería productivo volver a una competencia fuerte? Si no el Argentino, un interpladares, algo que no se agote en la SLAR.
–Cuando yo jugaba el Argentino era buenísimo, pero en septiembre terminaba todo. Aparte jugábamos sábado, miércoles, sábado. La palabra welfare (bienestar) no existía. Hoy eso sería imposible. Los torneos empiezan en marzo y hay actividad hasta diciembre.
–¿Por qué no reordenar la competencia?
–Todos los años con el área de Desarrollo y Competencia agarramos el tablero y tenemos que ponerle más días al año. No hay espacio. Económicamente no es viable armar un torneo como plantean. La SLAR da para que tengamos dos franquicias, como era la idea original. Si Dios quiere el año que viene vamos a tener dos, y si el día de mañana podemos tener cuatro o cinco, bienvenido, pero tiene que estar sustentado por la competencia.
–El año que viene la SLAR debería volver a jugarse con partidos de ida y vuelta, local y visitante. ¿Es viable un torneo así?
–Este año no se hizo porque tuvimos un desencuentro con el anterior franquiciado y se manejó con los fondos que te da Sudamérica Rugby. El presupuesto era más redituable hacerlo en Chile y Paraguay que acá por los costos, pero el objetivo es que cada franquicia sea autónoma y se maneje con un inversionista. Si podemos tener cinco franquicias sería ideal.
–¿Siguen con la idea de ese esquema mixto?
–Sí, estamos trabajando para el año que viene. La idea es tener franquicias que puedan hacer una especie de Súper Rugby, con 10 o 12 equipos.
–¿Cómo está la UAR financieramente después de la salida de sponsors por el asesinato de Báez Sosa y los tweets?
–Gracias a los manejos que se vienen haciendo hace 10 años está sólida. Según WR estamos entre las tres uniones mejor administradas del mundo. La salida del Super Rugby nos sacó un ingreso muy grande y lamentablemente tuvimos que achicar la estructura de la UAR porque había mucha gente abocada a eso. Lo de los sponsors no fue tan lineal. A todos les pasó lo mismo, todas las empresas se achicaron.
–¿El recorte afectó sólo a la gente abocada al Súper Rugby?
–La UAR tenía 70 empleados y pasamos a tener 34. La pandemia nos impidió hacer visitas a uniones y capacitaciones, que empezamos a hacer por zoom, y empezó a sobrar gente. Tocó todas las áreas.
–Desde 2008 la UAR no publica los balances. En la de 2020, la última que está publicada, no aparecen los estados contables. ¿Tenés voluntad de hacer públicos esos números?
–Nunca se habló de no comunicarlo. La UAR va a seguir haciendo lo que hizo siempre. Todas las uniones reciben el balance, que lo aprueban, y está a disposición de los clubes. Si se hace público o no lo decidirá el Consejo.
–¿Cuál fue la inversión para el Centro Neurálgico de Rugby, en Moreno?
–Todavía no se cerró porque el barrio San Diego tiene que refrendarlo en asamblea. Se hizo la propuesta, tenemos los fondos y tenemos el proyecto. Está prácticamente listo.
–¿Cuál es tu opinión respecto al contrato que tienen con la televisión? Entendemos que la UAR cede sus derechos de imagen a ESPN. ¿Es provechoso para la UAR que la misma empresa que tiene los derechos televisivos maneje la imagen de la UAR?
–No tengo claro ese punto. Tendría que revisarlo. Yo trabajé mucho con derechos deportivos. Cuando trabajaba en Philip Morris negociaba por los naming rights de la Fórmula 1, cuando estuve en ISL trabajaba con la AFA también. Dentro de los derechos televisivos no está la imagen en sí, pero sí un montón de atributos que te dan la garantía de que la televisión te pague.
–Pero la AFA vende los derechos televisivos por una parte y mantiene los derechos de imagen...
–La verdad que no lo sé. Para eso está la parte comercial. Nunca leí los contratos ni me compete. Yo vendo seguros.
–Pero ahora sos el presidente. ¿Revisarías esos contratos?
–Los analizaría y le pediría a la parte comercial qué es lo que está pasando. Todo lo que se pueda hacer para mejorar se va a hacer. Siempre el objetivo es hacer lo mejor para la UAR y no favorecer a nadie.
–También hay un conflicto de intereses porque Agustín Pichot tiene una empresa que es proveedora de ESPN, sobre todo en el rugby.
–Por lo que sé Agustín tiene una productora que le da servicios a ESPN. Eso no le veo que tenga implicancia en los derechos de la UAR con ESPN. La UAR habla con distintos interlocutores de Disney para negociar el paquete de derechos.
–Cuando se firmó Agustín estaba en la UAR. ¿Hay idea de revisar esos contratos?
–Cada vez que viene la revisión se analizan y se negocia de la mejor forma posible. Tratamos de tener los mejores recursos sin favorecer ni perjudicar a nadie.
–¿Creés que todavía hay una percepción elitista del rugby en la sociedad?
–Es cierto que el rugby lo empezaron a jugar los ingleses y los que estaban cerca. Hoy todo se amplió. En la URBA hay 92 clubes. En Córdoba hay 60. El elitismo dejó de estar. En el conurbano hay clubes donde antes no se jugaba rugby y otros que nacieron para jugar al rugby. El 45% de los 70.000 jugadores que había el año pasado son de desarrollo. Clubes sin tradición o en el medio de la Patagonia. Ahí está la mejor muestra de que el rugby no es elitista. Esa etiqueta la vamos a tener siempre, pero bueno...
–Creemos que en la presidencia de Rodríguez se hizo un buen trabajo en abrir el rugby a la comunidad. Hoy la UAR tiene vínculos con el INADI, la DAIA... Por otro lado, también es verdad que hubo muchos rugbiers involucrados en hechos de violencia.
–Cuando fue lo de Fernando Báez Sosa, tuvimos una reunión con [el ministro de Seguridad Sergio] Berni a los pocos días. Fuimos a poner la cara y Marcelo [Rodríguez] empezó a hablar. Berni lo paró y le dijo: ‘Esto es un problema de la sociedad’. Si el rugby fuera violento, los lunes las comisarías estarían llenas de presos. La violencia en el rugby es ambigua, porque en el juego no está. Es un deporte de fuerza, pero la violencia está contenida. El problema es cuando no tienen la contención de la cancha o del club y van al boliche. Por eso desarrollamos el plan Rugby 2030.
–¿Van a intensificar ese programa?
–Rugby 2030 sigue con sus 24 programas. Desde marzo no está más Raúl Calvo [el consultor español que contrató la UAR], que dejó todo armado y quedó en manos del área de Desarrollo y Competencia. Vamos a profundizar esto, pero sin olvidar que el rugby te enseña y colabora con los padres, pero la educación la tenemos que dar adentro de casa.
–Uno de los problemas que se detectaron es que todavía hay mucha discriminación, mucho bullying.
–Soy enemigo público de los bautismos en el rugby. Lo he hablado con los responsables de las giras. En los 10 años que estuve en los Pumas nunca vi un bautismo. En el CASI tratamos de terminar con los bautismos. El último que quedaba era la pelada, que es una invasión a la intimidad.
–En los Pumas sigue...
–Estoy trabajando con eso. Vamos a ver si lo podemos erradicar.
–Que el presidente de la UAR esté en contra de eso es un mensaje...
-Respeto, honestidad, solidaridad, trabajo en equipo. Tenemos que hacer participar a todos, no tenemos que discriminar, tenemos que ir por ese lado.
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