Aquello fue impensado. Un equipo amateur de Buenos Aires que venció a una potencia del rugby mundial. Lo de Banco Nación, que hace 30 años le ganó un test match a Inglaterra, hoy sería imposible. "No sólo por las diferencias deportivas", explica Hugo Porta. "Hoy ya no existe esto de que los representativos de un país jueguen con un club. Eso era el honor que se le brindaba al equipo que había sido campeón en el año anterior cuando un país visitaba a otro en una gira".
Al hablar de aquella proeza de 1990, una referencia elemental para argumentar el triunfo es que Banco Nación tenía a Porta, un emblema del rugby argentino y de los Pumas, y eso marcaba diferencias. Pero había muchos jugadores de alta jerarquía. El equipo venía de ganar el título de la URBA y de una gira en la que también había sorprendido con un triunfo sobre North Auckland en la tierra de los All Blacks.
El del 14 de julio de 1990 tuvo lugar la primera actuación de un combinado deportivo de Gran Bretaña en la Argentina después de la Guerra de Malvinas. No fue una buena gira para los europeos, ya que luego iban a perder contra el seleccionado de Buenos Aires y contra Cuyo. Frente a los Pumas repartieron una victoria y una derrota. ¿Era acaso un mal equipo? Se puede responder con datos: Brian Moore, Michael Skinner, Richard Hill, Will Carling, Nigel Heslop y David Pears, seis jugadores de aquel conjunto, fueron un año después campeones del Cinco Naciones y subcampeones del mundo. "Fue el primer partido y perdieron confianza ante nosotros. No era un mal equipo: era la selección de Inglaterra", refuerza el medio-scrum Fabio Aguja Gómez, que participó en el primer Mundial, realizado en 1987 en Nueva Zelanda y Australia.
Aunque la IRB (actual World Rugby) no aceptó a los jugadores asalariados hasta el año 1995, el profesionalismo ya ganaba terreno. Algunos ingleses cobraban por representar a firmas deportivas, aunque no tenían sueldos. "No sé si había algún jugador rentado en ese seleccionado de Inglaterra. Lo que puedo decir es que la pasión y la plata no se llevan bien. Y generalmente cuando uno pone pasión triunfa sobre el dinero. Jugamos para el bien del conjunto y con una gran autenticidad. Podríamos haber elegido plantear el partido para perder por poco, pero habría sido mezquino. No era lo que nosotros hacíamos y no habríamos aprovechado la oportunidad que se nos abrió", sostiene Porta.
Aguja Gómez recuerda la charla previa al partido: "Sabíamos que con las cartas sobre la mesa había pocas chances. El Indio Fernández [uno de los entrenadores] nos preguntó cómo queríamos jugar, y Porta fue el primero que habló: «Vamos a jugar a lo nuestro. Vamos a abrirles la pelota desde todos lados», nos dijo. Y eso fue suficiente. El try del Botín [Claudio] Gentile arrancó en cinco yardas con un penal que Hugo jugó rápido".
Porta fue el primero que habló: «Vamos a jugar a lo nuestro. Vamos a abrirle la pelota desde todos lados», nos dijo. Y eso fue suficiente.
¿Cómo fue el desarrollo? "Muy parejo", recuerda el segunda línea Rodolfo Rolo Etchegoyen. "Estuvimos al frente todo el partido, pero ellos apretaron en el segundo tiempo. Nosotros jugamos a lo Banco: mover la pelota siempre. Jugábamos de memoria. Me acuerdo de que salíamos jugando de adentro del in-goal... Lo hicimos dos veces. ¡Contra Inglaterra! Ellos trataron de imponer presión, pero cuando vieron que nosotros no cambiábamos se sorprendieron. No podían creer que siguiéramos jugando de igual a igual. Después de eso, ellos nunca más jugaron con un club".
Porta hizo 21 puntos, mediante dos drops y cinco penales. Los tries de Gentile y Aguja Gómez (cuando las conquistas otorgaban cuatro puntos) completaron el marcador: 29-21. El goleador de aquel equipo completa: "El mensaje que dejó ese equipo de Banco es que si tenés un proyecto y respetás tus principios, podés triunfar. Fue el gran aporte que hizo al rugby un club que no pertenecía al grupo de los tradicionales de este deporte. Estábamos muy preparados. Si teníamos alguna limitación técnica, se la solucionaba con la continuidad física y la velocidad".
El partido que abrió la puerta del error
A los 38 años, Porta estaba cerca del retiro y ya se había despedido de los Pumas. La selección vivía un proceso de cambio. Tras aquella gira inglesa, Rodolfo O’Reilly le dejó el lugar de entrenador a Luis Gradin. En noviembre, se le devolvió la visita a Inglaterra y en un equipo que tuvo muchos debutantes (Lisandro Arbizu, Pedro Sporleder, Federico Méndez y Gonzalo Camardón, entre otros), hacía falta un líder para acompañar a los jóvenes en un desafío tan importante. "Ese partido de Banco con Inglaterra me llevó a cometer el error de aceptar la convocatoria. Inglaterra nos ganó por 51 a 0 en Twickenham, con 56.000 personas en las tribunas. Tuve el placer de ser el capitán que jugó en Inglaterra después de Malvinas, pero... segundas partes nunca fueron buenas. Después de dejar el nivel internacional por algunos años, lo sentís. No es fácil".
La referencia de Hugo Porta es demasiado grande. En el momento de la convocatoria, nadie podía dudar de su vigencia y ese partido había sido una prueba, independientemente del resultado. Los periodistas británicos en Vélez se preguntaban por qué no estaba en el equipo nacional. "Porta es el mejor jugador argentino, pero es aun mejor como persona que como jugador", dice Etchegoyen para simbolizar la hermandad de aquel grupo. Y no duda: "Aquel partido fue lo más grande que me pasó en el rugby. Estaba toda nuestra gente en Liniers. Después volvimos al club para el tercer tiempo. Vinieron los ingleses, que se portaron muy bien, con un clima de camaradería increíble. Y demostraron ser unos caballeros fuera de la cancha, pero también en ella, porque el partido fue limpio. Si eso hubiera pasado con un seleccionado de Francia, lo más probable es que nos hubieran querido c... a trompadas. No es fácil siendo un seleccionado de un país aceptar que te supera un club".
En un momento de aquel tercer tiempo, William Carling, el capitán británico, pidió la palabra ante los jugadores de Banco Nación. Los felicitó, pero aclaró: "Tengan por seguro que esto, que nos gane un club, no va a volver a pasarle nunca más a una selección inglesa".
Porta, que vivió decenas de encuentros memorables, sabe que ese partido tuvo algo único: "Es fuertísimo. Porque implicó jugar con el rival que inventó este juego. Ganamos y fue con la familia. El club es la extensión de la casa de uno. Y más en esa época, por como se vivía las cosas del club. El valor que uno le da a obtener un logro así es inmenso".
El 14 de julio quedó designado como el día del rugby en Banco Nación. El club celebra y homenajea a sus grandes campeones. Una fecha histórica en una época cúlmine para un juego que traía aires de cambio. Como se dijo, el profesionalismo comenzaba a ganar terreno. "Ése fue el primer gran equipo argentino que se desarmó por ese motivo", narra Etchegoyen. "Es así", refuerza Aguja Gómez. "Fabián [Turnes] se había ido el año anterior. Ese año nos fuimos Pablo Di Nisio, Pablo Franchi, el Gordo [Alfredo] Marrón, Francisco Rubio y yo. Todos a Italia, que tenía la primera liga profesional y a los mejores jugadores menos a los de Francia, que sin ser profesionales ya empezaban a cobrar algo también, con trabajos u otras cosas. Guillermo Benedetto y Hugo dejaron de jugar. Así se terminó. Es duro, porque al año siguiente el equipo descendió y nosotros sabemos que tuvo que ver con eso".
Cuando se le pide a Porta que recuerde el momento más fuerte de aquel día, piensa en su compañero. "Lo más extraordinario fue el llanto de Aguja cuando todavía estábamos jugando. Me miró y me dijo «¡vamos a ganarle a Inglaterra!», y yo le pedí que se calmara, porque no había terminado el partido". El seleccionado visitante, después, hizo un try más, pero con eso se terminó el encuentro. Recién entonces Porta se permitió unas lágrimas, cuando sus compañeros lo llevaron en andas hasta una tribuna, con su gente. Su familia. Un recuerdo para siempre.
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