Los Pumas celebran un triunfo histórico ante los All Blacks: dieron vuelta el resultado, les ganaron por 25-18 como visitantes y lideran el Rugby Championship

Y apareció la épica. La historia de los Pumas ya guarda un pedestal para esta victoria en Christchurch, sobre el equipo más emblemático del rugby: All Blacks. El seleccionado argentino consiguió su primera victoria en Nueva Zelanda, al cabo de 34 partidos de historial. Los hombres de negro, los del haka mundialmente famoso, capitularon al fin en su casa frente a la camiseta celeste y blanca. La tercera fecha del Rugby Championship 2022 emuló a aquella gesta del 14 de noviembre de 2020, cuando los Pumas se anotaron su primer triunfo contra los neozelandeses, pero aquella vez en Sydney, Australia, a donde la pandemia de coronavirus había llevado al gran certamen del hemisferio del sur.

En Christchurch, la ciudad que sufrió un terremoto devastador en 2011, la Argentina se impuso por 25-18 gracias a la extrema precisión de Emiliano Boffelli en los envíos a los palos, incluidos varios de larga distancia, y a un gran try de Juan Martín González Samso, una de las apariciones más impactantes en el seleccionado en los últimos tiempos. Dirigido por un australiano, Michael Cheika, el cuadro celeste y blanco resistió los embates de un adversario que tuvo posesión pero no profundidad y produjo disconformidad entre los hinchas. Los visitantes lo aprovecharon y consiguieron un logro que este sábado festejará en los 600 clubes de rugby distribuidos en el territorio nacional.

Los últimos segundos y el festejo de los Pumas

Desde que asumió Michael Cheika, los Pumas fueron avanzando con pequeños y firmes pasos. La victoria ante los All Blacks es un salto que devuelve al seleccionado argentino a los primeros planos y lo pone en carrera, con un año por delante, con otras expectativas de cara al Mundial.

Con la defensa como bandera, con intensidad máxima durante los 80 minutos como exige siempre Nueva Zelanda y con orden y disciplina y ejecutando el plan de juego, los Pumas ahogaron a los tricampeones del mundo y disimularon las deficiencias en las formaciones fijas. Después de tres fechas, los Pumas están al tope de las posiciones del Rugby Championship, con los mismos 9 puntos que Australia pero mejor diferencia de puntos.

Los All Blacks no llegaron en su mejor momento, con cinco derrotas en los últimos siete partidos, pero venían de una victoria revitalizante ante Sudáfrica en Johannesburgo y buscaban afirmarse a partir de ese envión. Pero su mentalidad claramente no está donde acostumbra el mejor equipo del mundo y los Pumas sabían que si lograban meterles dudas en la cabeza podían hacerlos dudar y lo utilizaron a su favor. Los murmullos que bajaban de las tribunas del Orangetheory Stadium delataban el estado de ánimo del equipo local.

Fue a partir de un esfuerzo encomiable en materia defensiva, un aspecto que había sido deficitario al inicio del ciclo y había mostrado una mejoría paulatina. Como en el triunfo de 2020 en Sydney, el tackle arriba reteniendo al rival para enlentecer el ruck fue determinante para quitarle dinámica a los All Blacks. El 96% de efectividad en el tackle (sólo ocho yerros en 203 intentos) es astronómico, pero no refleja la entrega contagiosa de los jugadores argentinos. En esa mayor actitud estuvo la diferencia del partido.

La constatación de esto se plasma en dos jugadas en que los All Blacks sí lograron ir para adelante imponiéndose en el contacto y logrando envión para avanzar fase a fase. En el primer tiempo, tras una acción de 17 fases debieron conformarse con volverse a su campo con tres puntos. En el segundo, con la posibilidad de empatar, una acción de 18 fases se diluyó por la recuperación de Matías Orlando tras una inacabable sucesión de tackles.

Los Pumas jugaron un partido tácticamente casi perfecto, ejecutando con presteza el juego con el pie y superando a los neozelandeses en el juego aéreo, un aspecto que una vez más fue determinante en el desenlace del partido. De una salida recuperada arriba por Emiliano Boffelli, precisamente, llegó el único try celeste y blanco, apoyado por Juan Martín González.

El try histórico de González

Además, los Pumas tuvieron la fortaleza mental para no irse del partido cuando estuvieron en desventaja (la máxima llegó a ser de 15-6).

El único aspecto deficitario fueron las formaciones fijas, un dato no menor ya que, junto con la defensa, constituye una de las bases sobre las que pretende afirmarse el equipo. El scrum cedió varios penales, incluso con lanzamientos propios (se perdieron dos y se cometieron varios penales), y el line-out, que venía siendo el mejor de la competencia, fue dubitativo durante todo el partido (dos pelotas perdidas). De allí vinieron los puntos de los All Blacks.

Argentina logró hilar por primera vez dos triunfos en el naciente ciclo de Michael Cheika, que ahora apila cuatro victorias y dos reveses.

En una actuación colectiva casi excelsa, hubo tres jugadores que tuvieron un rendimiento sobresaliente. Marcos Kremer fue imponente en el contacto, mandando para atrás al rival en cada uno de los ¡26! tackles que asestó. La punta de lanza sobre la cual los Pumas construyeron el triunfo. Julián Montoya fue una bestia a la hora de recuperar pelotas en el ruck y también tackleando en la primera línea de defensa (21 tackles). Y Emiliano Boffelli, inmaculado con el pie, acertando sus siete intentos a los palos, y abusando de su capacidad en el juego aéreo. Una recuperación suya derivó en el try de González.

Lo mejor vino después...

Los Pumas se fueron al descanso 15-12 abajo luego de un primer tiempo en el que igualaron a los All Blacks en intensidad y por momentos lograron imponerse en el contacto. Sin embargo, la inconsistencia de las formaciones fijas propició los dos tries del local. El primero, luego de ganar un penal en el scrum (los dos scrums que arrojó terminaron en infracción argentina) y el posterior line-out y maul, que entró muy fácil al in-goal (apoyado por Taukei’aho). El segundo, tras un line-out perdido que los All Blacks capitalizaron llevando rápido la pelota a la punta ante una defensa que, preparada para atacar, había quedado mal posicionada (el wing Caleb Clarke fue quien facturó en el único error defensivo del partido).

Pero los Pumas, más allá de estas deficiencias neurálgicas, lograron mantenerse en partido. Primero por la efectividad de Boffelli en los envíos a los palos, que acertó los cuatro penales que intentó en las cuatro incursiones ofensivas, incluido uno de mitad de cancha. Segundo, porque las pocas veces que Nueva Zelanda sí logró tomar envión e ir para adelante con continuidad, los argentinos no perdieron el orden ni la disciplina. Sólo cinco penales en el primer parcial, contra 8 del local (12 contra 14 en todo el partido).

Nueva Zelanda golpeó primero en el segundo tiempo y con un penal de Mo’unga (falló dos patadas, más una de Jordie Barrett), pero de esa salida llegó el try argentino: pelota a disputar de Santiago Carreras (de gran actuación en el juego táctico con el pie), cacheteo en las alturas de Boffelli y carrera de 22 metros del tryman del certamen Juan Martín González, que ya le había apoyado dos a Australia en partidos consecutivos (19-18 tras la conversión).

A partir de allí se vio lo mejor de los argentinos, imponiéndose en el contacto, jugando con inteligencia, sabiendo cuándo mover la pelota y cuándo patear, poniendo bajo presión constante a los de negro. Dos penales más de Boffelli estiraron la ventaja a tiro de try convertido (25-18).

Todavía quedaron 15 minutos en los que se intercambiaron la posesión, pero cada vez que Nueva Zelanda quiso atacar, cada vez más frontal y con menos ideas, se encontró con una pared celeste y blanca. Los Pumas dieron un gran salto en Christchurch. El próximo sábado volverán a enfrentarse, también en Nueva Zelanda. Será una excelente oportunidad para que los Pumas revaliden el impacto que acaban de conseguir.

Lo mejor del épico triunfo de los Pumas

La síntesis del partido

Nueva Zelanda: Jordie Barrett; W ill Jordan, Rieko Ioane, David Havili y Caleb Clarke; Richie Mo’unga; Aaron Smith y Ardie Savea; Sam Cane (capitán) y Shannon Frizell; Scott Barrett y Sam Whitelock; Tyrel Lomax, Samisoni Taukei’aho y Ethan de Groot:

Entrenador: Ian Foster.

Ingresaron: Codie Taylor, George Bower, Fletcher Newell, Tupou Vaa’i, Akira Ioane, Finlay Christie, Stephen Perofeta y Quinn Tupaea.

Argentina: Juan Cruz Mallia; Emiliano Boffelli, Matías Moroni, Matías Orlando y Lucio Cinti; Santiago Carreras y Gonzalo Bertranou; Pablo Matera, Marcos Kremer y Juan Martin González; Tomas Lavanini y Matías Alemanno; Joel Sclavi, Julián Montoya (capitán) y Thomas Gallo.

Entrenador: Michael Cheika.

Ingresaron: Santiago Socino, Mayco Vivas, Eduardo Bello, Guido Petti, Santiago Grondona, Tomas Cubelli, Tomas Albornoz y Santiago Cordero.

Tantos en el primer tiempo: 7′ penal Boffelli (A), 10′ try Taukei’aho (NZ), 17′ penal Boffelli (A), 28′ penal Mo’unga (NZ), 31′ try Clarke convertido por Mo’unga (NZ), 36′ penal Boffelli (A) y 40′ penal Boffelli (A). Resultado parcial: Nueva Zelanda 15- Argentina 12.

Tantos en el segundo tiempo: 6`penal Mo’unga (NZ), 7 try González convertido por Boffelli (A), 17`penal Boffelli (A), 25′ penal Boffelli (A) . Resultado final: Nueva Zelanda 18- Argentina 25.

Amonestado en el segundo tiempo: 30′ Frizell (NZ)

Árbitro: Nika Amashukeli (Georgia).

Asistentes: Nic Berry (Australia) y Damon Murphy (Australia).

Estadio: Orangetheory Stadium (Christchurch).

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