River devolvió gentilezas en Tristán Suárez

El mundo de las negociaciones es así. Uno recibe cosas y después llega el turno de devolver gentilezas. Y River hizo justamente eso ayer, en Ezeiza, donde la renovada cancha de Tristán Suárez recibió a pleno al equipo de Núñez para inaugurar las obras de remodelación del estadio, que incluyen una nueva tribuna, de cemento; palcos VIP, y un salón de fiestas.

Como se dijo, detrás de la fiesta que se vivió ayer en ese lugar, con el estadio colmado en sus 7500 ubicaciones y con los hinchas, de uno y otro conjunto, gozando de las jugadas de los ídolos que sólo en raras ocasiones pueden ver en vivo y en directo, hubo negociaciones.

El titular de Tristán Suárez es Alejandro Granados (h.). Su padre, que lleva el mismo nombre, es el intendente de Ezeiza y ambos están ligados políticamente al Partido Justicialista, más precisamente al ala menemista. Justamente, el ex presidente Carlos Menem solía comer en el restaurante El Mangrullo, propiedad de Alejandro (h.).

Pero no sólo es el presidente de la institución mencionada, sino que además es un hombre íntimamente vinculado con la política interna de River desde hace varios años. Es más, en 1993 iba a integrar, como candidato a vicepresidente 2º, una fórmula de cara a las elecciones en el club millonario, con Osvaldo Di Carlo como titular y Máximo Sabbag como vicepresidente 1º, pero tuvo que apartarse de la carrera porque los estatutos de la AFA le impedían ocupar la presidencia de Tristán Suárez y otro cargo electivo en River al mismo tiempo.

Sin embargo, nunca se desligó de su relación con la dirigencia del club y además, luego de las elecciones de fin de año en la entidad millonaria, piensa dedicarse más a fondo a la política del club.

Granados fue quien hizo las gestiones entre River y el gobierno de Carlos Menem para que al club de Núñez le cedieran 17 hectáreas de terrenos en Ezeiza por 99 años (en mayo de 1999 se colocó la piedra fundamental), donde se construirá un complejo para el fútbol profesional, que tendrá también un pequeño espacio destinado al sector social.

El tiempo pasó y ayer River retribuyó, de alguna manera, las gestiones de Granados. Es más, los dirigentes quisieron quedar bien llevando a Tristán Suárez a casi todas las figuras para que la gente pudiera deleitarse, al menos, un rato con ellos.

Se especuló, incluso, con la asistencia de Menem, pero enseguida la versión fue desestimada. Por distintas cuestiones, otras dos personalidades que sí estaban invitadas no asistieron: Carlos Ruckauf, gobernador de la provincia de Buenos Aires, no había asegurado su presencia por una cuestión de agenda.

Más allá de esto, se vivió una jornada de verdadero júbilo. Gracias a la nueva tribuna, bautizada José Rasic (el empresario que donó los materiales para la construcción del sector), el estadio ahora aumentó su capacidad en 1000 ubicaciones, hasta las apuntadas 7500). También fueron presentados los palcos VIP (individuales, que serán vendidos de por vida a un costo de $ 1200) y el salón de fiestas contiguo al estadio.

En la cancha, River ganó por 2 a 0, con goles de Cardetti y Pereyra. No importó demasiado. Tristán Suárez se había dado un gustazo: estrenar obras y jugar de local ante el líder del Clausura. Nada menos.

Procesados, pero libres

Los tres barrabravas de River detenidos el sábado último en Córdoba, antes del partido con Talleres, por tener drogas, entradas y dinero falso quedaron en libertad. Sin embargo, la doctora Cristina Garzón de Lezcano, a cargo del Juzgado Federal Nº 3, pocesó a dos de ellos: Julio César Vallejos (tenía un talonario de 150 entradas legítimas) por encubrimiento, y a Alejandro Vázquez por reventa.

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