River se reencontró con el gol ante Colón y obtuvo el triunfo que lo pone en puesto de clasificación en la Copa de la Liga

River completó una semana en la que disipó algunas preocupaciones y recuperó el registro ganador para vestirse de candidato en cada competencia que le sale al paso. Resuelta el miércoles en la Copa Argentina la clasificación que lo cruzará con Boca en una fecha indeterminada, este domingo enderezó su marcha en la Copa de la Liga. En el 3-2 a Colón resumió la consecución de varios objetivos: volvió al gol, se metió en puesto de clasificación para la etapa final y le quitó el invicto al puntero de su zona.

Los juveniles promovidos de las inferiores de River se hacen cargo de los goles que venían faltando. Renuevan la nomenclatura de la eficacia. Si Federico Girotti, con dos tantos, había sido la llave de la clasificación en la Copa Argentina ante Atlético Tucumán, ahora fue Lucas Beltrán el que abrió la lata por la Copa de la Liga. Con 20 años, el cordobés fue beneficiario de la circulación rápida y profunda que River le imprime a la pelota. Salida desde el fondo, pase de Palavecino a De la Cruz y asistencia para que Beltrán, descuidado por Delgado, definiera con un remate alto y cruzado ante la salida de Burián. Fue el primer tanto del delantero en 14 partidos oficiales.

River ponía fin a la racha de 257 minutos sin goles en la Copa de la Liga, desde que Borré convirtió el sexto frente a Godoy Cruz en Mendoza. Luego vino la oscuridad contra Racing y Arsenal. Justamente Colón no era el adversario más frágil para reencontrarse con la eficacia. Los dispositivos de Eduardo Domínguez suelen ser ordenados y compactos. Una prueba son los apenas dos goles que había recibido en las ocho fechas anteriores.

El golazo de Beltrán

Pese a las numerosas bajas, Colón no resignó su fisonomía de equipo sólido y bien estructurado. No solo llegó al Monumental sin su individualidad más talentosa (Pulga Rodríguez), sino que debió emparchar todas las líneas, sin los defensores Bianchi y Piovi, el volante Lértora y los delanteros Leguizamón y Morelo.

Por sectores internos, a River se le dificultó desnivelar con Palavecino y De la Cruz. Como tantas otras veces, su receta más peligrosa estuvo con las proyecciones y centros desde los costados de Montiel y Angileri, para los cuales Colón destinó a Meza y Escobar como custodios. Borré definió de primera desviado una asistencia de Angileri y un cabezazo de Beltrán rozó el travesaño tras el envió de Montiel.

Empató Bernardi

Si bien la iniciativa le correspondía a River, el partido era parejo. Colón se abroquelaba bien e inquietaba con las rápidas salidas de Bernardi y Farías. Demostró que es un rival incómodo y del que no conviene descuidarse en el gol del empate, sobre el final de la primera etapa. Beltrán y Montiel fueron presionados en una salida y la pelota le quedó a Farías, con campo despejado para dársela a un Bernardi que le marcó el pase al atacar el área.

Angileri, de tiro libre

Un tanto disconforme por el rendimiento en el primer tiempo, Gallardo pareció utilizar el descanso para activar a un equipo que estaba siendo previsible. River salió con otra determinación; antes de los cinco minutos ya había estado cerca del segundo con De la Cruz y Angileri. Colón, que había estado tan aplicado, se empezó a condenar con el codazo de Castro a Martínez. Expulsión y partido que a River le quedaba definitivamente de cara. Al control de la pelota le sumó agresividad.

Montiel y su “no look” para ejecutar el penal

Decisivos con sus subidas, los dos laterales de River también dejaron su sello con la pelota parada. Angileri convirtió un libre con un zurdazo potente y combado; la dedicatoria fue al cielo, para su padre fallecido hace unas semanas. Al rato, tras un mano del juvenil Moschión, Montiel se ratificó como el nuevo especialista en la ejecución de penales.

Con los ingresos de Carrascal y Girotti, River tuvo un tramo del partido en el que pudo golear. Le faltó afinar la puntería y quebrar la resistencia de Burián. Mientras se entretenía desperdiciando situaciones, Colón le dio un toque de atención con el descuento de cabeza de Aliendro, asistido en un tiro libre por Cristian Ferrerira, el juvenil que llegó a Colón como parte del pase de Vigo.

Equipo duro, Colón se animó con los últimos arrestos para ir por un empate que hubiera sido heroico. River pudo golear, pero terminó un poco más ajustado, como en la Copa Argentina ante Atlético Tucumán. Igual, el balance de la semana le da positivo.

Descontó Aliendro y puso suspenso

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