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¿Qué fue de los autógrafos de los deportistas? El hábito que hoy casi no existe y cómo lo viven los atletas y los cazadores de firmas
La tenista Eugénie Bouchard se acostumbró a atraer a una multitud de solicitantes de autógrafos. En los torneos, firmaba habitualmente para casi todos los que se lo pedían en las explanadas de los estadios o fuera de su hotel. Bouchard, finalista de Wimbledon en 2014 y quinta del mundo en su mejor momento, es una de las deportistas más populares de Canadá. Pero últimamente ha recibido mucha menos atención. Sólo ha competido en cuatro torneos del circuito desde el comienzo de la pandemia de coronavirus, a veces sin aficionados en las gradas. Bouchard, de 26 años, dijo que podía contar con una mano cuántas veces se le habían acercado en público para pedirle un autógrafo en un día cualquiera en Las Vegas, donde se entrena desde hace casi un año. "Muy, muy pocas", dijo en un correo electrónico. "Ahora es como una ocasión especial, y me hace mucha ilusión firmar".
La pandemia ha alterado casi todos los aspectos de la cultura deportiva, incluida la asistencia de los aficionados a los partidos. Incluso cuando hay multitudes con capacidad reducida, los topes entre los espectadores y los jugadores han impedido en gran medida las interacciones, incluida una de las responsabilidades tradicionales de los atletas profesionales: dar autógrafos.
"Firmar y hacerse fotos es una de las ventajas del trabajo", afirma Bouchard. "Recuerdo ser ese niño que se moría por un autógrafo de un jugador".
En muchos estadios de todo el mundo, enormes lonas cubren ahora las zonas por encima de los túneles donde los atletas entran y salen de las áreas de juego y donde los entusiastas aficionados con bolígrafos y recuerdos deportivos suelen disputar su posición alrededor de las barandas.
En la NHL, los jugadores no pueden socializar con sus compañeros de equipo en los desplazamientos, y mucho menos interactuar con los aficionados. Claude Giroux, el capitán de los Philadelphia Flyers, dijo que no recordaba la última vez que había autografiado un objeto.
"Ojalá no me pongan en esa situación, pero tendría que negarme respetuosamente sólo porque es peligroso", dijo Giroux, de 33 años, en una entrevista telefónica, calculando que antes de la pandemia daba unos 20 autógrafos después de los partidos. "No conoces a la persona. Quieres estar seguro. Me encantaría firmar algunos, pero no creo que sea la jugada correcta por ahora".
En Inglaterra, la Premier League ha establecido políticas igualmente estrictas en sus estadios de fútbol. En diciembre se empezó a permitir el acceso de los aficionados a las gradas, pero no se permite el contacto entre ellos y los jugadores. "Ya se notaba el impacto en el terreno de juego y fuera de él", dijo Sadio Mané, extremo de Liverpool, en un correo electrónico. Pero la ruptura de su anterior rutina no ha reportado beneficios como la mejora de la concentración antes de los partidos. Mané, de 28 años, dijo que extrañaba interactuar con los hinchas.
"Es muy bonito ayudar a los jóvenes aficionados, poder conectar su pasión con la educación", dijo. "Estar cerca de ellos, con suerte, volverá a ser posible este año. Siempre estaré allí y listo para dar autógrafos a nuestros hinchas después de la pandemia".
Esta semana, las Grandes Ligas de Béisbol ponen en marcha sus entrenamientos de primavera, que incluyen cerca de un mes de partidos de puesta a punto en pequeños parques de béisbol de Florida y Arizona. Es una época divertida, dijo el jardinero de los Diamondbacks de Arizona David Peralta, por la cercanía con los aficionados.
El año pasado, sólo los partidos de las últimas rondas de los playoffs tuvieron aficionados en las gradas. Los partidos de entrenamiento de primavera tendrán una asistencia limitada, pero los planes para la temporada regular no se han concretado.
"Me sentí un poco deprimido la temporada pasada, porque uno juega para dar un buen espectáculo a los aficionados", dijo Peralta, de 33 años. "Y luego, cuando miras a tu alrededor, no tienes nada. Nadie a quien lanzarle una pelota, ningún niño al que puedas hacer sonreír con un autógrafo".
El gran cazador de firmas: un chico de 13 años
Max Wheeler es uno de esos niños. Wheeler, un aficionado al béisbol de 13 años de Madison (Wisconsin), ha reunido más de 500 firmas en los últimos siete años, siendo la de Hank Aaron la más preciada. Wheeler era un clásico en el estadio de los Milwaukee Brewers antes de la pandemia, adquiriendo estratégicamente autógrafos.
"Hago carteles de neón dos noches antes del partido, y llegamos tres horas antes del primer lanzamiento para asegurarnos de ser los primeros en la fila", dijo Wheeler, que dirige un canal de YouTube en el que presenta sus mejores recuerdos firmados y da consejos a los buscadores de autógrafos. "Me gusta conocer a los tipos que veo en la televisión, así que es bastante genial".
En los eventos anteriores a la pandemia, los poseedores de entradas podían hacer visitas entre bastidores, ver los toros de cerca e interactuar con los jinetes. Matt Triplett, de 29 años, un jinete conocido por ser el favorito de los aficionados, firmaba autógrafos incluso después de intensas cabalgadas, con su sombrero de vaquero raspado y su brazo envuelto en una bolsa de hielo. En la actualidad, los autógrafos no están permitidos en el circuito de los jinetes de toros, pero eso no siempre ha impedido a Triplett atender las peticiones de los aficionados.
"Los ves caminando por el pasillo, les firmás uno rápido y aún así hacés que funcione", dijo Triplett, que actualmente está fuera de la competición por una lesión de cadera, por teléfono. "Seguís queriendo que vengan, pero querés practicar el distanciamiento social".
La liga Professional Bull Riders fue una de las primeras organizaciones deportivas no sólo en reanudar la competición en 2020, sino también en recuperar a los aficionados. Sin embargo, la asociación nunca permitió que las multitudes superaran el 50% de su capacidad, dijo un portavoz.
La normalidad en los eventos deportivos está volviendo lentamente. Algunos equipos de la NBA, entre ellos los Atlanta Hawks, incluso han recuperado los asientos en la cancha. Al final de un partido en Atlanta el mes pasado, Kevin Durant y Kyrie Irving, de los Brooklyn Nets, se quitaron sus camisetas y las autografiaron antes de entregárselas al rapero 2 Chainz.
Wheeler espera que él también pueda volver a ver en persona a sus héroes deportivos. Desde el comienzo de la pandemia, ha seguido recibiendo autógrafos por correo. Pero siendo un verdadero conocedor de autógrafos, Wheeler dijo que nada es mejor que ver a un jugador de béisbol de cerca y ser testigo de la firma en tiempo real.
"Los echo mucho de menos", dijo. "Aunque la asistencia a los partidos de béisbol no se produzca ahora, sé que algún día se reanudará".
The New York Times
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