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¿Qué es de la vida de... Ian Thorpe?
El Torpedo, tal como lo bautizaron en su Australia natal, tuvo una corta carrera como nadador profesional, pero con el éxito como sana costumbre; tras su retiro en 2006, el australiano decidió volver a la alta competencia.
Desde muy pequeño supo estar en la cresta de la ola. La vida le transcurrió con la misma intensidad del mar azul de su Australia natal, que le iba a presentar al gran amor de su vida: el agua. Pocos años de carrera como nadador profesional le alcanzaron a Ian Thorpe para convertirse en uno de los grandes referentes en la historia de esa disciplina. Luego de su sorpresivo retiro en 2006, el Torpedo, como lo bautizaron en su país, decidió volver a su primer amor: la natación.
Resultaría contradictorio, y hasta llamativo, pensar que Thorpe de chico fue alérgico al cloro. Pero evidentemente su destino era estar dentro del agua. Con apenas 13 años de edad, formó parte de la selección de su país y compitió nada menos que en los Juegos Olímpicos de Atlanta. Tres temporadas más tarde, en Perth, Australia, se convirtió en el campeón mundial más joven de la historia en los 400 metros libres.
A esta altura, el mundo ya se rendía ante los pies de este niño prodigio que no sólo deleitaba con cada una de sus brazadas sino también arrasaba en cada campeonato que se presentaba con la misma fuerza que las olas de Sydney, su ciudad natal.
Posteriormente, el Torpedo necesitó tan sólo de dos Juego Olímpicos para convertirse en el atleta olímpico más ganador en la historia de Australia. En 2000, en la ciudad que lo vio nacer, se adueñó de tres medallas de oro y otras dos de plata. Mientras que cuatro años más tarde, en Atenas, sumó a su palmarés dos preseas doradas, una de plata y otra de bronce.
Pero eso no fue todo. Además de las nueve medallas olímpicas, supo cosechar once títulos mundiales y trece récords en competiciones individuales. Un verdadero depredador de rivales…
El año 2001 marcó un antes y un después en la vida de Thorpe. El 11 de septiembre de ese año no sólo quedó marcado para el mundo entero sino también para el propio Ian. Es que el australiano ese mismo día estuvo en las Torres Gemelas, pero al darse cuenta de que se había olvidado su cámara de fotos regresó al hotel por ella. Increíblemente, cuando llegó al hotel se enteró de la tragedia y esa simple cámara que apenas servía para sacar fotos, terminó convirtiéndose en su gran salvadora.
Después de semejante vivencia, el Torpedo, impactado por lo sucedido, comenzó a darle valor a ciertas cosas que tal vez antes estaban relegadas en un segundo plano. Los Juegos de Atenas fueron su última gran cita, y a partir de allí, inesperadamente, la carrera de este intachable atleta comenzó a decaer. Hasta que en 2006, producto de las lesiones y la falta de motivación, con tan sólo 24 años, puso punto final a una carrera llena de éxitos y satisfacciones. A su vez, los rumores sobre una supuesta inclinación homosexual llevaron al australiano a enredarse en una disputa con la prensa mundial que, sin dudas, lo desvió de su foco principal que era la competencia de alto rendimiento. "Ya no se trataba de entrenar y competir. Se había convertido en hacer entrevistas, no tener vida privada, algo que ya no tenía nada que ver con el deporte... No quería que mi vida fuese así", sostuvo Ian en una entrevista concedida a la revista L´Equipe.
Luego de su retiro, Thorpe fue imagen de numerosas campañas publicitarias, pero también decidió hacer uso de todo lo que le había dado la natación para ayudar a los más necesitados; así fue como creó su propia fundación para niños enfermos. Incluso patrocina un orfanato en China y forma parte de una ONG que trabaja para mejorar las condiciones de vida de los aborígenes de Australia.
Otra de las fundaciones en la que Ian colabora es Lifeline, que se dedica a la ayuda de adolescentes suicidas.
"En cinco años he nadado cuatro veces", reconoció Thorpe un par de meses a atrás. ¿Cómo puede ser que un joven que desde su nacimiento está en contacto con el agua se haya desligado completamente de su gran pasión? El mismo lo explica: "O estoy implicado al 100 por cien en algo o no lo estoy en absoluto. Y durante mi retiro nadar no me importaba".
Si bien continúa más firme que nunca con sus numerosas actividades solidarias, el australiano, a sus 29 años, parece haber encontrado nuevamente la motivación para volver a la gran competencia. "Nunca pensé que podría volver de una manera competitiva otra vez, pero estoy sorprendido de haber sido capaz. He pasado cuatro años lejos de las piscinas que me han venido muy bien", aseguró el Torpedo en aquella conferencia de prensa, en el mes de enero, en la que oficializaba su regreso a la actividad. Su meta está puesta en los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Pero, en esta oportunidad, las disciplinas a las que apunta son los 100 y 200 metros libres, ya que "pensar en los 400 metros me queda un poco lejos".
Thorpe se cansó de permanecer en la costa viendo cómo pasan los años. Esas turbias aguas, que en un momento lo tuvieron como rey absoluto, hoy extrañan a ese verdadero depredador australiano que, sin dudas, intimidará a más de uno en su gran vuelta a la competencia.
Twitter: @lgoyret
Mail: lgoyret@lanacion.com.ar
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