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Pudo con la desgracia, ahora va por el Dakar
Philippe Croizon perdió brazos y piernas; se rehízo y se prepara para participar en la gran prueba
BELÉN, Catamarca.– Mientras agonizaba en el hospital, el hombre que había peleado contra la muerte no tuvo reparos en pedirle perdón a la Parca: "He luchado contra ti durante el accidente, está bien. Pero ahora ven a buscarme. No puedes dejarme así, sin los brazos ni las piernas". A Philippe Croizon una fatalidad doméstica le cambió la vida para siempre: el 5 de marzo de 1994 sobrevivió a una brutal descarga eléctrica de 20.000 voltios que se prolongó varios minutos cuando intentaba arreglar la antena de televisión de su casa, en Francia. Los médicos le salvaron la vida, pero debieron amputarle las cuatro extremidades a causa de las quemaduras.
Tras una larga internación, aceptó su situación y, según explica hoy, decidió, simplemente, vivir. Este francés tiene un desarrollado sentido del humor. Se considera mitad deportista y mitad aventurero: en 2010 cruzó nadando el Canal de la Mancha, en 2012 unió los cinco continentes también a nado y ahora se prepara para correr en el Dakar del próximo año. "Mira, dos años antes de la travesía del Canal de la Mancha, que es la prueba más larga del mundo, yo ni siquiera sabía nadar...", grafica en una entrevista con LA NACION.
El Dakar 2017 lo tendrá como protagonista destacado. Croizon, de 47 años, cuenta sus sensaciones en el comienzo de una temporada especial: "Como cada vez que emprendo un desafío, primero me lanzo a la aventura y luego reflexiono. Naturalmente, tengo miedo, pero una vez que estoy en la travesía tengo que encontrar soluciones en el camino".
–¿Cree que completar el Dakar será más difícil que cruzar a nado el canal?
–No lo sé. Podré contestar una vez que haya cruzado la meta, que es mi gran objetivo. Voy a trabajar muy duramente para cumplirlo. Éste no será el desafío de un solo hombre, sino el de todo un equipo.
–¿Por qué decidió correr en el Dakar?
–Siempre fui un apasionado por los deportes mecánicos y, por supuesto, por la aventura. El deporte ha sido una herramienta de reconstrucción importante que me permitió ser más abierto hacia los otros y aceptar mi nuevo esquema corporal. Una vez que me planteo algo siempre intento lograrlo.
–¿Cómo prepara su automóvil?
–Es un gran buggy que está equipado con un joystick: voy a conducir sin tocar un volante ni pedales. Desde noviembre trabajo en el auto con mi equipo y en Estados Unidos encontramos buenas soluciones para la caja de cambios automática; mi sistema de conducción será adaptado en febrero. En marzo comenzaré con las pruebas.
–Serán muchas horas dentro del auto...
–Sí. Diez o quince por día. Mi equipo médico trabajó para diseñar el mejor asiento posible, que fue acondicionado para poder hidratarme y también orinar.
–¿Le teme a algo en especial?
–No, ya tuve un encuentro con la muerte en 1994 y desde ese día vivo tiempo extra. Paso mis días sin hacerme muchas preguntas.
Croizon sigue esta realización del Dakar con "ojos vidriosos", con la convicción de que dentro de doce meses él será parte de la competencia. Para este gran desafío, tendrá a 12 personas trabajando con él durante el Dakar y estima un presupuesto de 500.000 euros.
–¿Lo molesta que le pregunten por su condición física?
–Para nada, dado que yo ya he aceptado mi nuevo esquema corporal. Es verdad que hay cosas que no puedo hacer más. Sin embargo, gracias a mi nueva condición física hice cosas increíbles. Puedo decir que soy una persona discapacitada, pero no me levanto todas las mañanas diciendo "¡m..., soy un discapacitado!".
–¿Qué es el deporte para usted?
–Es lo que me salvó, pero no sólo a mí. Los estadios en las pruebas paralímpicas están llenos de atletas que superaron situaciones increíbles. El deporte es una herramienta esencial de resistencia, tiene las propiedades que necesita un individuo para resistir físicamente las pruebas de la vida. El deporte genera un vínculo social porque permite romper el estrés postraumático.
Un día negro para Emiliano Spataro
BELÉN, Catamarca (De un enviado especial).- Emiliano Spataro, de buen inicio en el Dakar, vivió en las dunas de Belén su peor día: rompió un semieje de su Duster y quedó 16º, a casi tres horas y media del líder, Carlos Sainz. "Tardamos una hora y media para arreglar el problema. Nos pasaron muchos autos y camiones y el piso quedó imposible, por los huellones y por el calor", contó. Orly Terranova quedó como el mejor argentino en autos, 14º, una hora delante de Spataro. Ayer, un accidente vial que involucró al francés Lionel Baud en la ruta 9 se cobró una vida (ver la sección Seguridad). La 10» etapa, Belén-La Rioja, será hoy sobre las dunas de Fiambalá.
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