Un inglés dirigiendo en Palermo

"Peter Wright", decía la información de la Asociación Argentina de Polo (AAP) sobre el árbitro para la definición del Abierto de Hurlingham. "¿Quién es? Va a incidir en la final del segundo torneo del mundo...", fue el inmediato pensamiento. Pues al poco tiempo la irrupción del ignoto hombre a rayas fue más allá: desconocido en el país, actuó como referí en Alegría vs. La Aguada-Las Monjitas y como árbitro en Ellerstina vs. Las Monjitas, por nada menos que el Argentino Abierto. "Nada menos... Mi primer partido en Palermo fue en la cancha 1 en el Abierto. Vaya paso para mí", comentó a la nacion este inglés de 43 años con su impecable acento británico, a pesar de hablar bien en español.

"Fui solicitado por Diego Ruiz Guiñazú [secretario de AAP]. Él fue a Reino Unido en julio, cuando Inglaterra disputó la Copa Coronación con la Argentina. Me preguntó si estaría disponible para venir, dirigir en el Abierto y trabajar con la Asociación. Y por ahora es un placer", contó Wright, que llegó al país hace alrededor de un mes y medio, tres años después de su última visita (por el Mundial de 14 goles, jugado en San Luis) y a unos veinte de su

última incursión por Buenos Aires. En esa época ya era juez, pero aún también jugador. "Empecé a dirigir profesionalmente hace unos diez años, pero a medias. Todavía jugaba profesionalmente. Lo de dirigir era más bien un suplemento a mis ingresos. Y a medida que avanzaba el tiempo, la gente quería que jugara menos y dirigiera más. Ahora soy referí de tiempo completo", apuntó quien tiene 4 de handicap, pero que aclaró que vino "para ser referí".

Si bien se le proveyó vivienda y vehículo para que hiciera esta experiencia en la nación líder en este deporte, Peter aceptó cobrar lo mismo que sus colegas argentinos, lo cual, para un británico, es poco, incluso en comparación con lo que puede percibir en un certamen de 14 goles en China. Pero aceptó gustoso: "No me importa la plata. Aunque no gane plata, me interesa ir", contestó a la oferta. Y acá anda, asombrado por la calidad general del polo nacional. "Aparte de los jugadores, el nivel de las canchas es extraordinario. No he visto todavía una cancha mala acá. Los caballos... Las organizaciones son gigantescas. El respaldo que tienen los equipos. Y, por supuesto, los polistas. Cuando se tiene cuatro profesionales, cuatro de los mejores del mundo enfrentándose con cuatro como ellos, la velocidad es... fenomenal", elogió quien en su tierra dirige polo de hasta 22 tantos.

otro. ¿Y eso le cuesta más como juez? No necesariamente. Así lo explicó: "No diría que es más difícil o más fácil. Es, simplemente, diferente. La mayoría del polo en el mundo está basada en patrones, y los profesionales, remunerados por esos patrones, deben jugar con un estilo distinto. Yo veo que acá, al dirigir, uno está en lo correcto o en lo equivocado; hay muy poco gris intermedio, muy poca duda: se está en lo cierto o en el error. Y yo, como referí, lo encuentro un poco más fácil. Quizá no en estos partidos del Abierto, en los que hay situaciones de presión bastante bravas y no hay un momento como para desconcentrarse. ¡Pero es bueno estar acá, en Palermo!".

Conocido de sus colegas argentinos por sus desempeños en Dubai, Sotogrande, Francia y campeonatos de la Federación Internacional, Wright es bien recibido en el ambiente, lejos de ser considerado un competidor por los jueces locales. "Tengo la suerte de conocer a todos", aclaró el inglés, que compartió con Federico Martelli el intenso Alegría 12 vs. Las Monjitas 11. Más allá de cierta controversia en la acción decisiva –de un modo u otro habría concluido con el gol de oro del equipo magenta–, Peter ya tiene un buen concepto por parte de la AAP. Y volverá, si puede, el año próximo. "Si soy convocado, sí, seguro. Me encantaría. No hay pináculo más alto en el referato que dirigir en la cancha 1 de Palermo". Pues en su primera pasada como juez profesional por aquí, ya lo alcanzó.

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