Sebastián Merlos: "Ser parte de La Dolfina por un ratito es un lujo"

La Dolfina tiene al mejor jugador del mundo, los mejores jugadores en cada puesto, los mejores caballos, el mejor funcionamiento colectivo. También tiene al mejor suplente. Por tercera vez en cuatro años Sebastián Merlos decidió no jugar la Triple Corona, por tercera vez La Dolfina lo eligió de suplente. Ayer, como en la final del Abierto de 2013, le tocó reemplazar a Juan Martín Nero. Más allá de que él mismo haya sido crítico con su performance, lo cierto es que La Dolfina no sintió la ausencia del mejor back del mundo en la victoria 16-9 ante La Aguada, por la segunda fecha del 123° Abierto de Hurlingham.

"Siento que no hice nada, pero por otro lado tampoco tengo que hacer mucho. Tengo que hacer la mía, tratar de cerrar lo más rápido posible, enganchar un taco, pegar un backhander, sacar más o menos bien y del resto que se encarguen estos tres monstruos", dijo Merlos, con modestia.

Nero sufrió una conmoción cerebral producto de una caída el domingo pasado en el debut ante Cría Yatay y no pudo jugar, pero regresará el martes en la definición de la Zona A ante El Paraíso. Lo reemplazó Merlos, como en la final de 2013 ante Alegría, cuando La Dolfina recién daba los primeros pasos de una racha que incluye tres Triples Coronas, 10 títulos y un invicto que ya alcanzó los 38 partidos.

"Es un lujo, es un regalo del cielo. Por un ratito ser parte del que creo que va a ser el mejor equipo de la historia. Poder darles una mano en comprar un poco de tiempo hasta que se mejore Juanma y aportar algo de mí me da mucha satisfacción", agregó el Loco, que con 44 años todavía tiene mucho para dar. "Cada vez que me toca entrar es porque algo pasó. Ojalá que no pase más nada. Juanma se pegó un golpe durísimo que podría haber sido más grave. Espero que de ahora en más pueda jugar él."

-Más allá de este partido, ¿extrañás jugar la Triple Corona?

-Es una sensación mezclada. Ya la jugué muchos años, tuve la suerte de ganar el Campeonato Argentino Abierto, tuve la suerte de tener 10 goles, y creo que ahora estoy en un momento en el que, si bien me sigo sintiendo como para poder jugar en este nivel, también tengo a mis hijos, a los que les quiero dar una mano. Quiero jugar con ellos y ocuparme un poco más de su polo. Pero si el hecho de no jugar significa estar como rueda de auxilio en La Dolfina, en caso de que me necesiten, la verdad es que está bueno.

¿Cómo analizás tu actuación?

-Me mandé mil c..., pero en ningún momento hubo un reproche, ni una mirada. No hubo más que aliento. "Dale Loco, no pasa nada", me decían. Si hasta me hice un gol en contra y no me dijeron nada....

¿Habías hecho un gol en contra alguna vez?

-Un montón. Una vez en Palermo, en la cancha 2, pegué un cogote que rebotó en la mano del caballo, salió el palo para atrás y metí un golazo. Estaba jugando con Marcos Heguy, se mataba de risa.

Paraste dos temporadas, regresaste el año pasado con Las Monjitas, ahora volviste a dar un paso al costado, al margen de este partido. ¿Es un alejamiento definitivo?

-Vivo el día a día. Me había tomado dos años semi sabáticos. Decidí volver y en el primer partido del Jockey me fracturé una rodilla y quedé afuera hasta Palermo. Este año decidí jugar un poco con Segundo, mi hijo mayor. Me llamaron los chicos para ser suplente, y acá estamos. El destino.

-Fue un partido duro, pero pudieron resolverlo con holgura, ¿no es así?

-La idea desde antes de arrancar el partido fue intentar abrirlo y no caer en el polo cerrado. La Dolfina juega muy bien al polo cuando la bocha corre y la idea siempre fue esa: hacer jugadas rápidas, con palos largos para aprovechar a Adolfito [Cambiaso] y a Pelón [David Striling]. De a ratos pudimos hacerlo y de a ratos caímos en el juego de ellos.

¿Cómo ves la temporada desde afuera?

-Sin ánimo de ofender a nadie y sabiendo que todo el mundo hace un esfuerzo gigante para poder estar en la Triple Corona, veo un equipo muy, muy bueno y siete más.ß

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