Se conmovió Palermo: Cría Yatay se recibió y La Dolfina eligió ganar

Justo un martes, es decir, ante poco público, Palermo vibró con su primer sacudón fuerte. El Campeonato Argentino Abierto condecoró a Cría Yatay, un equipo que venía de la clasificación, como cuartofinalista, gracias a su inesperado triunfo sobre Washington, por 13 a 12. Luego, La Dolfina logró una de sus victorias de formulario, tan lucida como tranquila, ante el Alegría de los 37 goles de handicap -aunque fueron 35 en casi toda la segunda mitad, por una suplencia-, por 20 a 10, pero lo llamativo surgió de los palenques del campeón: tal es su disconformidad con el formato nuevo que había pensado en no intentar ganar ese partido.

La cuestión es que Cría Yatay asombró con su pase a los cuartos de final y este domingo se medirá con el tercero del grupo B; Washington decepcionó con su temprana eliminación, y La Dolfina sorprendió con su revelación, aunque en la cancha finalmente buscó el éxito -y vaya si lo consiguió- que lo hizo pasar directamente a una semifinal, la del sábado 3 de diciembre. Alegría, en tanto, jugará el otro cuarto de final, este sábado, con el escolta de la zona B.

El batacazo que llega a 2017

Advertido de la imposibilidad de darles alcance a La Dolfina y Ellerstina, para 2016 Cristián Laprida optó por armar un equipo competitivo, sí, pero que tuviera como prioridad divertirse en la cancha. Así se juntó con su hermano Ignacio (Iñaki) y su mejor amigo, Joaquín Pittaluga, para afrontar la clasificación. Dos meses después de dejar afuera al histórico Chapalufú por diferencia de goles, Cría Yatay no sólo logró su objetivo primario, sino que además dio un salto inesperado: con la victoria de ayer, accedió a los cuartos de final y se aseguró participar en el Argentino Abierto en 2017. "La onda que tiene el equipo fue clave. Disfrutamos las prácticas, el día por día. Fue fundamental", contó Magoo Laprida.

Por handicap y antecedentes recientes, el 13-12 de Cría Yatay a Washington puede ser considerado batacazo. Sin embargo, en los últimos cinco años siempre un equipo clasificado había salido victorioso de la cancha 2 (Washington en 2015, Chapaleufú en 2014, Magual en 2013, Las Monjitas en 2012 y Alegría en 2011).

Washington era el favorito, pero Cría Yatay lo superó en solidez, taqueo y, sobre todo, actitud. Peleó por cada bocha y en cada dividida llegaba primero. Ganó los throw-ins y anticipó las jugadas.

Iñaki, que había debutado en 2014 como Nº 3, se erigió en un back impasable y de gran timing; Pittaluga, acaso el mejor jugador que no había debutado como titular en Palermo, aportó goles (ocho, incluido uno espectacular de backhander) y talento. Magoo, además de su acostumbrado dinamismo, hizo valer su experiencia, sobre todo en los momentos decisivos. Guillermo Terrera, que reemplazó a Valerio Zubiaurre durante todo Palermo, fue un gladiador.

El partido fue palo y palo hasta el sexto chukker, cuando Cría Yatay se despegó (13-9 al séptimo). Washington se acercó al final gracias al empuje de Facundo Sola, autor de todos los tantos de su equipo. El talentoso cordobés no estuvo bien acompañado esta vez y se retiró raudamente de Palermo ni bien terminó el partido.

Magoo debió postergar la entrega de su camiseta, prometida a un seguidor para una vez que concluyera su actuación en el Abierto. "Pensamos en el partido, no en los cuartos ni en 2017. El proyecto superó todas las metas", resumió Pittaluga.

Vencer y quedar disgustado

A La Dolfina casi nunca le tocan rivales de 37 de handicap en las zonas. De Alegría se esperaba que lo apretara, que mostrara si daba la talla como para meterse a la discusión por los trofeos. Pero mientras estuvo entero, con la formación titular, le duró apenas dos chukkers la resistencia: caía por 10-3 a principios del quinto chukker cuando Guillermo Caset sintió un tirón y dejó su lugar a Alejandro Muzzio, que, por cierto, no jugó mal. Pero La Dolfina, si quiere ganar, arrasa, salvo excepciones como la de la final de Hurlingham.

Taqueo largo, juego posicional y caballos hacen la diferencia, entre otras virtudes. Y le resultaría difícil al campeón ocultar una intención de no ganar, si cuando quiere golea a un rival importante. Por eso no asombró en la cancha, sino después, cuando se supo que seriamente pensó en dejar pasar este compromiso, en no buscar el triunfo. "Lo hablamos. Era la posibilidad de pasar por un lado u otro", admitió de motu proprio David Stirling. Resulta que salir primero en la zona implicaba pasar directamente a una semifinal y quedar once días sin partidos. Y en Cañuelas entienden que eso es negativo para los caballos, que no es lo mismo hacer prácticas que jugar por los puntos.

"Perdés la líbido deportiva", graficó Adolfo Cambiaso sobre la larga pausa en el torneo para los semifinalistas directos. Desembocar en los cuartos de final implicaba no perder ritmo de juego, aunque también el peligro de caer en ese cruce -riesgo bajo para La Dolfina, pero riesgo al fin- y de lastimar algún caballo, o un jugador. Por eso dudó el defensor de la corona, aunque terminó eligiendo vencer. Y lo hizo. Aunque un poco a disgusto, por cierto. Raro para un equipo que golea en una definición de grupo del máximo certamen del mundo y pasa a una semifinal. Por eso alza su voz contra el formato.

Hoy, la definición de la zona B

Esta tarde se resolverá el grupo B del Argentino. A las 14 y en la cancha 2 se enfrentarán El Paraíso (35) y La Irenita (29); el triunfador será cuartofinalista. Y a las 16.30 y en la 1 se medirán Ellerstina (39) y La Aguada-Las Monjitas (35), por un pase directo a la segunda semifinal.

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