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¿Quién gana la final más esperada? La Dolfina vs. La Natividad, fortalezas, curiosidades y el impacto a futuro de un partido rebosante de cracks
Ambos equipos de Cañuelas jugarán, el sábado próximo, la tercera definición consecutiva en La Catedral. ¿Qué pasa con los caballos ante el brote de encefalomielitis equina?
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Capítulo I. Sábado 12 de diciembre de 2021. La Natividad, en su tercera temporada en el alto handicap, concreta el sueño máximo con mayor celeridad a la que se presagiaba, con Jeta y Barto Castagnola exhibiendo una madurez polísticamente mayor a la que establecían sus 18 y 20 años. Vence 15-13 en la final del Abierto de Palermo a un La Dolfina que hizo más de lo que todos creían: seguía teniendo a Adolfo Cambiaso y a Pelón Stirling, ya había perdido a Pablo Mac Donough y a Juan Martín Nero (pasaron a Murus Sanctus) y en el camino a Diego Cavanagh, por lesión. Aún así, dio pelea hasta los últimos minutos.
Capítulo II. Viernes 2 de diciembre de 2022. La Dolfina, otra vez con Nero de back y con Poroto Cambiaso de 3, llega mejor a la definición, con mayores respuestas como equipo que La Natividad, que atravesó vaivenes y dependió más de las individualidades. La Dolfina gana categóricamente 13-9. De punta a punta. Una clase de defensa y con un Nero sobrenatural. “Nos destrozaron”, es la frase más repetida en el búnker de La Natividad. Es el 18° título de Palermo para Cambiaso, pero muy especial: el primero con su hijo. ¿El futuro? A las 40 horas, Adolfito, que había sembrado interrogantes sobre cómo seguiría la historia, confirma: “Seguimos otro año”. A 90 horas de la final, La Natividad anuncia el bombazo: Dream Team para 2023. Los “Lolitos” se desprenden de Polito Pieres y de Nachi Du Plessis y se unen a Mac Donough y a Facundo Pieres. ¿La misión? Voltear a La Dolfina.
Capítulo III. Sábado 2 de diciembre de 2023. La final que todo el ambiente polístico visualizó desde aquel martes 6 de diciembre del 2022 cuando La Natividad confirmó su nuevo equipo, aun con el reparo de incluir a dos número 1 y dos número 3 en la alineación. ¿Cómo será el desenlace del torneo más importante del mundo? ¿Qué marcará y qué influencia tendrá en el 2024? ¿Quién llega mejor? El nuevo clásico, el que puso, desde 2021, a Cañuelas en el centro de la escena, aunque Cañuelas en sí haya tomado vuelo propio desde el momento en que Cambiaso empezó a ganar y ganar.
La Natividad navegaba en dudas e inconsistencias. Lo corrigió con el cambio de posiciones, que era el plan B que se caía de maduro y acaso debió ser siempre el plan A. El equipo fue apareciendo. Lo mismo que las pequeñas sociedades de la cancha.
Han tenido, ambos equipos, sus momentos. Arrancó mejor la Triple Corona La Dolfina, imponiéndose con autoridad en Hurlingham. La sensación del “vamos a ganar la Triple Corona” que brotaba de sus seguidores no era exagerada a esa altura. Sobre todo porque La Natividad navegaba en dudas e inconsistencias de juego: sus dos incorporaciones lucieron muy apagadas en la eliminación frente a La Hache (19-16). Lo corrigió con el cambio de posiciones, que era el plan B que se caía de maduro y acaso debió ser siempre el plan A. Aún cuando el sistema rotativo natural del equipo permite ver a los integrantes en distintos roles, los Castagnola hicieron su “cesión” de posiciones tradicionales en beneficio del objetivo. Y el equipo fue apareciendo. Lo mismo que las pequeñas sociedades de la cancha.
La Natividad creció en defensa, que era uno de los problemas que evidenciaba. ¿Puede salir campeón un equipo que no defiende bien? Difïcil. Y por más que siempre sea más lindo atacar y convertir goles, el equilibrio es clave. Triunfó en Tortugas, derrotó en un partido psicológicamente clave a La Dolfina (15-11) en la definición de zona, y se le abrió otra perspectiva en el corto plazo.
La Dolfina entró en cortocircuito. Perdió taqueo, el juego que le gusta desplegar se embarulló, abusó del traslado corto y lento, y perdió frescura. Volvió a sentirse firme y con pretensiones concretas de bicampeonato tras derrotar a La Hache. Del mismo modo que tuvo un beneficio inesperado: la ingenuidad del rival para cometer infracciones impropias de partidos de esta envergadura
En paralelo, La Dolfina entró en cortocircuito. Siempre supo qué tenía que hacer: lo conoce de memoria y lo hace mejor que ninguno. Pero perdió taqueo, el juego que le gusta desplegar se embarulló, abusó del traslado corto y lento, y perdió frescura. Aún así, ganó rotundamente en los números los dos primeros partidos de Palermo (19-3 a La Hache Cría & Polo y 22-7 a La Esquina). Sin embargo, no se sentía satisfecho. Sabía que algo “no estaba”. Visualizó cosas buenas en el 13-4 a Cría La Dolfina y encontró la variable más cercana a lo ideal en la definición de zona contra La Hache (16-12). Volvió a sentirse firme y con pretensiones concretas de bicampeonato. Del mismo modo que tuvo un beneficio inesperado: la ingenuidad de La Hache para cometer infracciones impropias de partidos de esta envergadura, más allá de fallos que pueden haber resultado al menos discutibles. Nero bancó el partido en muchos tramos y reapareció el Cambiaso imperial, a la hora señalada. Como suele suceder. “Sigue siendo el mejor”, afirman los entendidos.
Cómo llegan a la definición
¿Quién llega mejor a la final? Es la pregunta que se hacen todos. La percepción es que La Dolfina, a diferencia de ahora, arribó a la final de 2022 ya ensamblado, convincente, seguro, con Poroto Cambiaso como uno más del grupo y por eso pasó lo que pasó: se impuso con autoridad. ¿Esa percepción le resta chances? Sería temerario arrojar esa sentencia sobre la mesa. A La Dolfina le gustan estos partidos, se potencia, sabe cómo jugarlos. Es el 31° Abierto de Palermo de Cambiaso, récord que comparte con Pepe y el Ruso Heguy. Sólo no llegó 5 veces al último día (4 en rigor, porque uno de los años no jugó) y desde que creó La Dolfina (año 2000), apenas faltó a la final en 2004. ¡Una locura! “Cualquier equipo en el que esté Cambiaso siempre es candidato”, nos dijo alguna vez Mac Donough, rival, compañero y otra vez adversario. ¿Más números? Nero acumula 12 títulos en la Catedral y Stirling 10. ¡Son 40 títulos entre los 3!
El concepto “ah, pero son los viejitos” nos arrojan otra ecuación: entre los tres suman 132 años. Poroto Cambiaso, con sus 18, reacomoda el promedio de equipo: de 44 a 37,5 años. Pero esos 48-42-42 de Cambiaso-Stirling-Nero pesarían negativamente si lucieran desgastados en la cancha. Y al verlos no da esa sensación. Sí puede suceder que, llegada la parte definitoria de un partido (7°, 8° chukker), la mayor juventud del oponente (30 años de promedio) genere una diferencia si el partido resultara más físico que corrido. Aunque sin soslayar el detalle más importante: los que corren, en el polo, son los de abajo. Y ahí, La Dolfina hace rato que está más que bien.
A La Natividad, la semifinal con La Ensenada (17-14) le vino muy bien. Un partido exigente hasta el final. Tres veces pareció quebrarlo y con un Jero del Carril soberbio el perdedor se reacomodó. La Ensenada, como equipo, dio buenas respuestas y jugó un gran Abierto. La Natividad sacó ventajas de sus individualidades, sí, pero mucho más de sus caballos. Pasaron al rival muchas veces en jugadas de equipo, de polo práctico, y llegaron al gol, síntoma de que ha crecido en ese rubro. Es innegable: Mac Donough y Facu Pieres, además de polo, le han dado otra solidez a nivel caballada. ¿Qué es el polo? 70/80 por ciento caballos. No hay puntos flacos ahí.
¿Diferencias? Lo más sustancial, en estas últimas semanas, ha sido de taqueo. La pelota de La Natividad vuela más, recorre mayor distancia de aire, sobre todo cuando parte de los Castagnola y toman a sus compañeros atacando por el centro de la cancha. Es la teoría. Enfrente estará La Dolfina. Que de ingenuo no tiene nada.
¿Diferencias? Lo más sustancial, en estas últimas semanas, ha sido de taqueo. La pelota de La Natividad vuela más, recorre mayor distancia de aire, sobre todo cuando parte de los Castagnola y toman a sus compañeros atacando por el centro de la cancha. Los caballos marcan el camino y la eficacia de traslado hacen el resto. En tres toques están dentro del arco. Son 275 metros los que recorren en 6, 7 segundos. Claro, eso es la teoría y lo que se ha visto hasta ahora. Enfrente estará La Dolfina. Que de ingenuo no tiene nada. ¿Puede perder? Claro, es deporte. Pero hasta el último día será La Dolfina.
Capítulo III (bis), anexo 1. En el medio de esta semana, las preocupaciones, lógicas, por el brote de encefalomielitis equina que se disparó hace unos días en distintas provincias. El tema fue muy comentado el domingo por la noche en Palermo, luego de la victoria de La Natividad. Hubo reuniones con autoridades sanitarias y un comunicado de la Asociación Argentina de Polo al respecto, con suspensiones de competencias en las que iba a haber movimientos de caballos desde distintos sectores del país hacia Buenos Aires. Al tratarse de dos equipos que deben disputar una final, al no haber movimientos desde y hacia las provincias, todo indica que la final del sábado próximo se desarrollará de acuerdo con lo previsto. Monitoreando de cerca la situación. “Todo lo que empezó, terminará tal lo estipulado”, fue el mensaje desde la dirigencia.
COMUNICADO OFICIAL AAP. pic.twitter.com/qO6BBy9RMq
— Asoc. Arg. de Polo (@asocdepolo) November 27, 2023
¿Y el mañana? “La semana más linda del año”, decía Bautista Heguy, crack de Indios Chapaleufú, hace 30 años. La misma frase que utilizó Barto Castagnola. Todos expectantes: jugadores, organizaciones, familiares, hinchas, espectadores. Y otros equipos. Aun cuando el sentido común indique que La Ensenada y La Hache debieran apostar por la continuidad de sus proyectos, lo que pase post-final terminará por ordenar el tablero, como suele suceder. Qué hará Cambiaso, si lo larga a Poroto, si Poroto se junta con sus primos Castagnola y se lleva a Nero, si La Natividad se rompe incluso siendo campeón (sería rarísimo y muy curioso realmente). Todo en el aire por ahora. Se habla más afuera que adentro de los equipos. Es que, en Cañuelas y General Rodríguez, se habla de otra cosa...
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