Encontrá resultados de fútbol en vivo, los próximos partidos, las tablas de posiciones, y todas las estadísticas de los principales torneos del mundo.
Polito Pieres, más que buena onda: el lado sensible, las dudas y la gloria en La Natividad, el 10 de handicap y... su amigo Carlos Tevez
Entrevista con el campeón de Palermo que tuvo un año único, con grandes logros y el anhelo de su vida cumplido; el nexo con sus primos de Ellerstina, el trato con la gente, los tiempos duros.
- 11 minutos de lectura'
Al momento de la entrevista, ya pasaron 72 horas de la consagración de La Natividad en Palermo y Pablo Pieres sigue algo disfónico. El festejo se hizo interminable, y no era como para menos: tras cinco intentos en la final del Abierto de Palermo (uno en Alegría y cuatro en Ellerstina), siempre con derrotas ante La Dolfina, el sexto fue el vencido para quien hace dos años concluyó su etapa junto a sus primos y sintió un enorme vacío.
“Es duro, porque cuando entro a un equipo lo tomo como mío, es mi vida, y para mí Ellerstina era mi vida, era todo”, manifiesta para LA NACION Polito Pieres en Pilar, donde viven sus padres. En la temporada estuvo viviendo en Cañuelas, a donde se mudó para terminar de formar espíritu en La Natividad, el que lo arropó nuevamente en 2020 (habían coincidido en 2012) y no sólo volvió a creer que aún los sueños podían hacerse realidad: los hizo realidad.
El capitán no solamente fue campeón del Argentino Abierto el sábado, sino que además el domingo supo de su vuelta al 10 de handicap y este martes recibió el premio Olimpia de Plata como mejor polista del año, en un 2021 formidable que incluyó el Abierto de Hurlingham y la Copa de la Reina. Una temporadaza de Polito, la mejor de su vida.
–¿Qué implica para vos haber ganado finalmente el Abierto de Palermo?
–Es todo lo que siempre soñé, lo que siempre busqué. Desde chiquito, cuando empezás a jugar al polo, soñás con Palermo, y como hincha de Ellerstina disfruté todos los Palermo que ganaron los chicos. Haberlo ganado implica mucho para mi familia, para toda la gente que me quiere y que me banca. Por eso éste va a ser un mes muy especial.
–¿En qué te apoyaste para nunca dejar de perseguir ese sueño?
–La clave fue la gente sana que trabaja para mí, gente que me quiere, desde los petiseros hasta entrenadores, pilotos, el manager. Me rodeé por gente buena y eso hizo que los momentos malos terminaran no siendo tan malos y pudiera seguir.
La gloria no le nubla la vista, por eso siempre antepone el agradecimiento a quienes lo rodean y ayudan. Entiende que llegar a la cima no se reduce a él y los tres compañeros –Barto y Jeta Castagnola y Nachi Du Plessis– que levantaron el trofeo. Remarca que hay muchísima gente trabajando a la par para cumplir los anhelos. “Siempre mi familia la luchó de abajo. Me enseñaron a agradecer, a ayudar a la gente que trabaja para uno y que le da su vida, su tiempo. Hay que tratarla bien, hacer que esté contenta. Que pueda tener su casita, su auto, su moto”, explica quien puso todo de sí en el proyecto La Natividad, invirtiendo gran parte de su capital en caballos y mudándose de Pilar a una vivienda en los boxes de la base de operaciones del nuevo campeón del Abierto.
–¿Cómo fue la decisión de irte a vivir allá?
–El año pasado alquilé unas caballerizas impresionantes acá, en Pilar, pero sentía que estaba muy solo y no la pasé bien. Y un día fui a La Natividad, vi que estaban taqueando los chicos y sentí que tenía que irme allá. Le pusimos garra. Mi gente, que es toda de Pilar, me bancó, y creo que fue la mejor decisión que tomamos. Porque logramos que el equipo tuviera alegría todos los días, que fuera sano, que todos fuéramos buena gente. Por ahí, cuando se pierde un partido y están todos separados puede llegar a haber mala onda, o charlas raras. Y como estábamos todos juntos, después de los partidos que perdimos estuvimos ahí al otro día, con buena onda. Y eso ayudó muchísimo.
–¿Qué cambió del paso fallido en 2020 para ganar los dos títulos que consiguieron?
–Para los chicos estuvo bueno que pasara lo del año pasado, ya que siempre de las derrotas se aprende más. Pero para mí, que era el más viejo, no fue bueno, porque había invertido mucho en caballos, había hecho una apuesta muy grande, la más grande de mi carrera, y que no me fuera tan bien me generó dudas y pensar si había hecho lo correcto al gastar tanta plata. Pero Lolo [el padre de los Castagnola] es un loco. Yo le digo que es un loco visionario, que la vio, me tuvo fe, me dio confianza, me agrandó, y eso me dio ganas de seguir. Se sabía que los chicos iban a ganar Palermo algún día, pero que hayamos ganado Nachi [Du Plessis] y yo es una cosa de locos y todavía no puedo creerlo. Es la visión que tuvo Lolo. Yo siempre le agradezco y voy a estar agradecido de por vida con él, porque tuvo esa visión y se cumplió.
–Que Lolo sea un visionario, que analiza y vaticina cosas que terminan pasando, ¿genera un contagio para ir por los objetivos?
–La verdad que contagia mucho y es un fanático, un motivador al cien por cien, positivo y todos lo queremos mucho. Y como vos decís, siempre que dice algo, sucede o pasa muy cerquita. Entonces todos confiamos mucho en él y en cómo los crió a los chicos, porque son los dos chicos más profesionales que vi en mi vida. A esa edad, la garra que le ponen, lo que entrenan, te contagia. Y creo que Lolo vio que Nachi y yo le podíamos aportar nuestra experiencia, vio eso y salió algo lindo.
–En una ceremonia divertida, que se vio en las redes, Lolo te entregó la cinta. ¿Qué implica para vos la capitanía en este equipo?
–Mucho, porque yo venía de perder cuatro finales en Ellerstina, y fue como si volviera a nacer. Sentí que Lolo me bancaba y los chicos también. Sentí que querían jugar conmigo. Ellos habían sido la revelación en 2019 y podían jugar con quien quisieran; nunca en mi vida voy a olvidar que me eligieron. Me dieron vida de nuevo, me dieron ganas de hacer la locura que hice con los caballos. Para mí fue una motivación impresionante que me eligieran después de que perdiera cuatro finales del Abierto.
Tras la derrota por 16-12 en la final de Palermo 2019, la cuarta de Polito en Ellerstina y la quinta en total (la otra fue la de Alegría en 2013), los caminos de los primos se separaron. Polito dejó la formación a la que se había sumado en 2015 con mucha ilusión de gloria. “La decisión fue mía. Había hablado con Facu antes de la temporada de que si no ganábamos Palermo iba a irme por las buenas, porque más allá del equipo, ellos son mi familia, mis primos, y los quiero mucho. Vi que en muchos equipos a veces se termina mal, que después no se hablan. Y lo único que no quería era que terminara mal. Entonces tomé esa decisión”, explicó el nacido en Connecticut, Estados Unidos, hace 35 años.
–¿Cuánto tardó en pasar el dolor de irte de Ellerstina?
–Fue duro, porque cuando entro a un equipo lo tomo como mío, es mi vida. Y para mí Ellerstina era mi vida, era todo. Me fui y me quedé sin nada. Por más que me fui con la mejor con los chicos, me quedé sin nada, chau. Fue como si se borrara. Eso es duro. Pero fue una decisión muy sana, la mejor, porque ellos empezaron a jugar mejor con Hilario [Ulloa].
–Te fuiste y a los dos años conseguiste lo que Ellerstina persigue desde 2013...
–Es loco el deporte, porque el año pasado nos fue mal y me replanteé muchas cosas. Es más: en septiembre de este año estaba con dudas. Yo no soy mucho de abrirme, pero a gente de mi círculo íntimo le consulté: “Che, ¿habré tomado la decisión correcta? ¿Qué hice...?”. Y ahora tenemos la copa de Palermo. El deporte es muy loco y muy duro. Es tan lindo ganar y tan feo perder... Pero todos lo que lo jugamos sabemos que es así de lindo por lo difícil que es en los malos momentos. Por eso hay que disfrutarlo con la gente que siempre apoyó en las malas.
–Habrás recibido miles de llamados y mensajes, entre ellos, de tus primos y ex compañeros...
–A Nico [Pieres] lo llamamos en la entrega de premios. Él es muy emocional y se le caían las lágrimas porque lo sentía de corazón. Gonzalito fue más tarde a mi casa y a Facu lo vi después, en la fiesta. Ellos están supercontentos por mí, como lo habría estado yo por ellos si hubieran ganado. Todos los de Ellerstina me llamaron y me mandaron mensajes antes y después de la final, así que estoy superagradecido con ellos.
Luego de consagrarse en el Abierto de Hurlingham, el primer gran impacto de La Natividad, el debut en Palermo se dio con una inesperada y resonante derrota ante Chapaleufú. Un palazo a tiempo. “Nos dolió, obvio, porque era el primer partido en Palermo, en la cancha 1. Dolió mucho, pero los que estuvieron ese día en los palenques a puertas cerradas saben la garra que pusimos y cómo nos bancamos entre nosotros ese día. Eso nos afianzó como equipo, por la onda que pusimos a 10 minutos de perder y a pesar de que estábamos recalientes. Creo que eso fue clave”, cuenta sobre ese momento de bisagra en el que enfocarse en el objetivo fue tan fundamental como en la mismísima final.
“Vamos Polisha hoy. Qué lindo partido, en el mejor lugar, contra el mejor. Hoy jugá con el corazón y tu alegría. Confiá en tus compañeros, tu equipo, tu gente. Muy concentrado los 8 chukkers. No hay excusas y si le llegás a meter un gol en a Monkey Voina para ganar sos un loco. Vamos La Nati, para Poliya viejo”, se escribió Polito en un papel el sábado a las 15.39, muy poco antes de salir a jugar ante Adolfito Cambiaso y compañía. Y lo guardó en un bolsillo. Tres horas más tarde estaba consumada la victoria que les dio el primer título en La Catedral y cortó con la serie de ocho consagraciones de La Dolfina.
–¿Siempre te escribiste antes de los partidos importantes o es una nueva forma de mentalizarte?
–Hay días en que escribo y días en que no. Finales en que he escrito y otras en que no. Cuando lo siento, lo escribo, o a veces le escribo a algún compañero. Lo hice porque pensé que si lo escribía y lo metía en el bolsillo podía llegar a pasar. En algún libro lo leí: cuando te mentalizás en algo y lo querés mucho, lo escribís y por ahí sucede. Te repito, en algunos partidos escribo y en otros no, depende de cómo lo sienta.
–En 2021 ganaste también una Copa de Oro de Palm Beach por La Indiana, la Copa de la Reina en Inglaterra por UAE y la Copa de Plata en España por Ayala. Tu mejor año, lejos...
–Sin dudas, es mi mejor año. Este 2021 fue una cosa de locos.
–¿Y qué pasará con La Natividad?
–Vamos a seguir.
–Hubo cambios en los handicaps de varios jugadores. Llegaron a 10 Barto, Jeta y vos, y bajaron a 9 Hilario Ulloa y Guillermo Caset. ¿Qué opinión tenés?
–Yo venía diciéndole a Lolo que el 10 de handicap tenía que venir con la copa de Palermo. Sin la copa, yo no me sentía un 10 de handicap. Dos veces ya tuve 10 y fue lindo para mi familia y mi gente, pero es un número y mucha bola no le doy. Las dos veces que me bajaron estaba triste porque sentía que no había jugado bien, pero no por el número, por perder el 10 en sí. De los malos momentos sé recuperarme y por eso no me ha molestado tanto. Hoy estoy contento por la copa, no por los 10 goles. Y sí estoy disfrutando mucho los 10 goles de Barto y Jeta, porque sé cómo son ellos, que los buscaron y lo merecen. Y Du Plessis también los merecía, porque en todos los partidos importantes jugó 10 goles. Por ahí no se los pusieron por su caballada, un tema que le cuesta y en el que lo hemos ayudado mucho. Pero es un tipo de otro planeta y estoy agradecido de que este año haya sido mi compañero y de tenerlo como amigo.
–Hablando de 10 y de amigos, ¿te felicitó un tal “Carlos Tevez de Fuerte Apache”?
–Ayer me escribió muy cariñoso Carlos, me mandó como seis mensajes. Decía que estaba supercontento por mí, me mandó una foto de que había visto el partido. Y quedamos en vernos esta semana y tomarnos un fernecito juntos.
–Para vos ha sido una semana espectacular si se tiene en cuenta también el título de Boca en la Copa Argentina...
–La verdad es que sí: ha sido una hermosura de semana.
Seguí leyendo
Otras noticias de Entrevista Deportes LN
“Ya no me preocupo”. El hijo del ministro porteño que ataja en Israel entre las sirenas de la guerra y un fútbol sin barras bravas
"Sigo siendo un niño". Juanfer, todo corazón: el abrazo con "papá" Gallardo, su DNI argentino y el relato de la enfermedad de su mujer
"No pienso fallar". Estuvo postrado, trabaja de recolector de residuos, quiso abandonar y ahora va por el título mundial de boxeo
- 1
Franco Colapinto y las pequeñas señales que clarifican el futuro en la Fórmula 1: “Voy a ser piloto de reserva”
- 2
Lionel Messi mostró el lugar sagrado que tiene en su casa y sorprendió a sus fanáticos
- 3
Olexsandr Usyk vs. Tyson Fury (II): entre los 190 millones de dólares y una menor expectativa para una gran pelea
- 4
Jeta Castagnola: el crack que no puede verse en los videos, su lado sensible y lo que será jugar con “el mejor polista de la historia”