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La Hache brilló en el Jockey Club y su líder se mostró orgullosos de sus jóvenes compañeros: “Son el futuro del polo”
En la final, el equipo de Hilario Ulloa derrotó por 13-9 a Scone, de los Cambiaso. En la semifinal ya había eliminado al conjunto de los Castagnola y Facundo Pieres
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La derrota ante Scone, en la etapa de grupos, caló hondo en la intimidad de La Hache. Sus miembros entendieron que habían perdido por defectos propios y no tanto por virtudes ajenas. Y eso les dio bronca. “Arrancamos muy bien, jugando una gran primera parte, y en la segunda nos caímos, jugamos mal”, reconoció Hilario Ulloa, días después. Por esa razón, los cuatro jinetes aspiraban a una revancha frente al equipo de los Cambiaso, padre e hijo.
En la semifinal, Ulloa y compañía, se cargaron a Dubai-La Natividad, el duro cuarteto de los Castagnola y Facundo Pieres, al cabo de un partido con un vuelco inesperado y un final espeluznante. Así accedieron al match definitorio contra el verdugo de la zona. Y finalmente, al mediodía de ayer, en la cancha 1, del club de San Isidro, se tomaron la ansiada revancha. “Esta vez mejoramos algunas cosas. Estuvimos más ordenados y más seguros en el manejo de la pelota, no nos desprendimos tan rápido de ella”, comentó el líder del nuevo campeón del Abierto del Jockey Club, Copa Thai Polo, ahora sí satisfecho y contento con la producción realizada. La organización con base en General Rodríguez, derrotó a Scone por 13-9 y le cortó la posibilidad de ser tricampeón en el Abierto que precede a la Triple Corona.
La Hache alcanzó el equilibrio justo: un experimentado jugador rodeado de tres jóvenes de notables cualidades técnicas y fuerte personalidad. “Es un placer armar equipo con ellos, juegan un huevo. Son el futuro del polo”, señaló Hilario, eufórico, en relación a los hermanos Tomás (24 años) y Benjamín Panelo (23), y Paco de Narváez (16). “Lo que juega ese guacho”, agregó campechanamente. Ese equilibrio, en una estructura sin fisuras, donde todos participan de las acciones, ofensivas y defensivas, inclinó la balanza a su favor. Con altibajos, es verdad, con algunas lagunas, también, pero sin desesperarse nunca, sin perder el rumbo, respetando un libreto y una idea a rajatabla.
Scone, extrañamente impreciso, sobre todo en las salidas, no consiguió seguirle el ritmo a La Hache. Por razones de jerarquía individual, el campeón del Jockey 2022 y 2023, dio una ventaja en ese sentido. El patrón australiano, David Paradice, de 66 años, sólo interviene, con esfuerzo y encomiable esmero, en la faz defensiva, cuando se impone obstruir, limpiar el camino. El físico y la aptitud técnica del exitoso empresario australiano lo relega al momento de elaborar juego. No participa en el circuito creativo. Sabiendo todo ello, Adolfito se colocó el equipo al hombro y dio pelea hasta el campanazo final. Lukín Monteverde, incisivo y atrevido, se transformó en su mejor lugarteniente.
Comprometidos y centrados en su misión, los polistas de La Hache casi no le dieron opción al adversario. Marcaron celosa y disciplinadamente, sobre todo en los chukkers iniciales, y siempre se mostraron bien posicionados. Anticipando, girando antes, llegando con premura a las jugadas, para, una vez en poder de la pelota, salir volando de contragolpe.
La organización de Ulloa no se desorientó ni siquiera cuando Scone, agobiado por la desventaja, apostó a todo o nada y se le venía encima a La Hache, con el aura ganadora del crack de Cañuelas. Perdió un poco de disciplina para tomar las líneas, nada más. Y apeló a la personalidad, al carácter, para que no le sucediera lo de Dubai-La Natividad. La justeza frente al arco, especialmente el instinto goleador de Paco de Narváez al principio del match y en el último chukker, terminó por liquidar a Scone.
“Creo que en todo el torneo nos pasó lo mismo: un buen comienzo, y después empezamos hacer fouls, eso nos complicó un poco”, analizó autocrítico Benjamín Panelo, un bastión del mediocampo. A su lado, De Narváez, felicitado por Hilario y un montón de familiares y amigos, daba su impresión: “Jugamos bien contra un rival impresionante. Este es el nivel más alto que jugué en Argentina. Venía de perder la final del año anterior y no quería dejar pasar esta”. Lo escucha Hilario, a pocos metros, y exclama: “Un animal, Paquirri”. Sí, un animal del gol, Paco. Y Tommy y Benja Panelo, dos bestias sin límites para evolucionar.
Un animal, dos bestias y un viejo lobo de mar. En síntesis, es decir: tres jóvenes geniales y un experimentado líder. Una combinación ideal, en La Hache, para seguir dejando mudos a los rivales.
La síntesis
La Hache 13 vs. Scone 9
- La Hache: Paco de Narváez, 6; Hilario Ulloa, 9; Benjamín Panelo, 7, y Tomás Panelo, 9. Total: 31.
- Scone: David Paradice, 0; Lucas Monteverde (n.), 8; Adolfo Cambiaso (n.), 10, y Adolfo Cambiaso (h), 10. Total: 28.
- Progresión: La Hache, 2-1, 7-1, 7-3, 9-4, 10-6, 11-8 y 13-9.
- Goleadores de La Hache: De Narváez, 5; Ulloa, 1; B. Panelo, 5 (4 penales), y T. Panelo 2.
- De Scone: Monteverde, 1 (uno de penal), y A. Cambiaso (h.), 8 (todos penales).
- Jueces: Gastón Lucero y Guillermo Villanueva.
- Árbitro: Matías Baibiene.
- Cancha: N° 1, Alfredo Lalor (Jockey Club).
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