Boca, River, el seleccionado y hasta Falcao García, en la "guerra" de cintas de capitanes de... polo

Domingo, cinco de la tarde. Gran choque, esperado por todo el ambiente durante mucho tiempo. De un lado, el escudo de Boca. Del otro, el de River. Con público de los equipos en pugna... pero posiblemente pocos hinchas de Boca y River.

¿Cómo es posible? Se trata de Ellerstina vs. Las Monjitas, que definirá al segundo finalista del campeonato de polo más importante del mundo, el Argentino Abierto. Y River y Boca estarán involucrados en las cintas de capitán que llevarán Facundo Pieres, el líder de La Z, y Guillermo Caset, el del equipo naranja. Jamás habrían elegido que su "semifinal" del Abierto de Palermo fuera casi simultánea al superclásico de fútbol que definirá la Copa Libertadores, porque Facu es simpatizante millonario y Sapo, un enfermo xeneize. Tanto, que uno le propuso una apuesta al otro...

Pieres es muy amigo de Leonardo Ponzio, el verdadero capitán de River. Se conocieron hace años, mediante Santiago Hirsig, representante del entonces entrenador rojiblanco Matías Almeyda y relacionado con Ellerstina. Ponzio, oriundo de una ciudad del sur de Santa Fe, Las Rosas, y vinculado con el campo y los caballos, pidió a Hirsig que lo llevara un día a General Rodríguez, al club de los Pieres. Y, asado por medio, nació un nexo fuerte con Facundo. Fuerte tal punto que, mucho después, este año, el futbolista regaló al polista la cinta que utilizó cuando levantó la Supercopa Argentina en Mendoza, frente al conjunto archirrival. "Este año la Asociación Argentina de Polo puso en práctica el tema del brazalete en los equipos. Pregunté si podía usar uno que me había regalado Leo, me autorizaron y por eso lo llevo en cada partido. Con mucho orgullo", contó a LA NACION el back de Ellerstina.

Caset, el número 3 de Las Monjitas, no quiso ser menos: le encargó la cinta de Boca a un periodista con quien suele ir a La Bombonera. "Le dije «Facundo tiene la de River; conseguime la de Boca como sea». Me dijo «sí, sí. Olvidate: para Palermo la tenés». Y la verdad es que estaba ansioso de que empezara Palermo para que él me diera la cinta. El día del primer partido estaba taqueando y él me agarró en la cancha y me dio la cinta. Me encanta tenerla. La dejo en el auto y la llevo siempre conmigo. Un orgullo llevar los colores", contó el hombre de Lobos, que está pasando por una semana especial: su Boca se jugará el título de campeón de Sudamérica frente al propio River y él estará en ese momento dando todo por el pase a la final del torneo que desde chico anhela ganar. Por eso se propuso no consumir nada sobre el partidazo de fútbol en los días previos y quiere que nadie vaya manteniéndolo al tanto cada vez que vuelva a los palenques en los descansos del encuentro con Ellerstina.

No solamente ellos llevan brazaletes ilustres del fútbol por las canchas de polo. En lo mismo andan Adolfo Cambiaso y Diego Cavanagh, que lucen o han lucido cintas que más de uno codiciaría. En la final del Abierto de Hurlingham, el crack de La Dolfina utilizó una del seleccionado argentino, nada menos. Y su amigo Cavanagh llevó en el brazo izquierdo en Palermo una del club Monaco que Radamel Falcao García usó recientemente por la Liga de Campeones.

"Es un placer y estoy agradecido de que me dejen usarla", apuntó Adolfito, que pasó por el predio de AFA en Ezeiza antes del primero de los dos amistosos de noviembre con México. "Gracias por la visita @ACambiasoOK", publicó en Twitter Claudio Tapia, el presidente, con iconos de una pelota de fútbol y un caballo. "Linda visita del N.1 del Polo. #Cambiaso #Icardi #MI9", tuiteó a su vez el delantero Mauro Icardi, con los mismos emojis. Tapia, por intermedio de Marcelo D’Andrea, el kinesiólogo del plantel, hizo llegar el distintivo a Cambiaso, que lo estrenó sin gloria: La Dolfina perdió aquella definición de Hurlingham a manos de Ellerstina (12-11). Adolfito no está seguro de que sea el brazalete que llevó el arquero Sergio Romero en un amistoso de la Argentina en otro superclásico, el de la derrota por 1-0 contra Brasil en Arabia Saudita, en octubre. Lo cierto es que Cambiaso no volvió a emplearla, porque le queda un poco chica. Pero no descarta volver a ponérsela en un partido. Le quedan a lo sumo dos en esta temporada: la definición de la zona A del Argentino Abierto, de este sábado frente a La Aguada, y muy posiblemente la final, del sábado 15.

Así como Pieres es amigo de Ponzio, Cavanagh, de La Dolfina Polo Ranch, tiene un fuerte vínculo con Falcao García. Se conocen desde que el colombiano era adolescente y vivía en la pensión de River. Cuando el futbolista se lesionó gravemente (ligamentos de una rodilla), dejó el albergue millonario y se alojó durante seis meses en la casa de un amigo del polista en Tortugas. Ambos deportistas compartieron salidas, y en adelante sobrevendrían festejos de cumpleaños, la fiesta de casamiento de Falcao, intercambios de camisetas, visitas al vestuario y a las caballerizas e idas a la cancha, tanto de un deporte como del otro, y tanto en la Argentina como en Inglaterra, cuando el delantero actuaba en Chelsea. El lazo entre ambos hizo que el colombiano llamara al argentino justo después de que se bajara del caballo tras un encuentro del Abierto de Palermo. "Le conté que me puse la cinta y empezamos 0-3, pero terminamos ganando contra La Ensenada. Al otro día él jugó Champions, entrando como suplente, y erró un penal", recordó Cavanagh. El brazalete, amarillo, es uno que empleó Falcao García en un partido anterior del certamen europeo. A cambio, el polista le envió una camiseta de La Dolfina PR autografiada por él y por Cambiaso (también conoce al colombiano).

A todo esto, había una apuesta dando vueltas por ahí, la que Caset le propuso a Pieres. Era muy jugada: que el perdedor del cruce por la Copa Libertadores utilizara la cinta del archirrival en el compromiso de polo siguiente. Que, después de tanta postergación del superclásico, ahora será la mismísima final de Palermo. El capitán de Ellerstina, menos fanático de River que Sapo de Boca, no aceptó. "No agarró Facundo. Arrugaron... Una lástima", azuzó el líder de Las Monjitas, que dijo que habría cumplido en caso de perder. "Sí, sí. Pero me tengo fe, creo que vamos a ganar. Por eso hice la apuesta", afirmó.

Sin saberlo, al disponer que los capitanes fueran identificados en la cancha, la Asociación Argentina de Polo dio lugar a una "guerra" de cintas. El fútbol se coló en el deporte de los caballos y las bochas. E inevitablemente se entrometerá también en la semi de Palermo de este domingo...

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