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Philipp Lahm: “Messi es excepcional, pero el mayor logro de un futbolista es convertirse en campeón del mundo”
La leyenda alemana, capitán de su equipo en la final del Mundial 2014, le cuenta a LA NACION la intimidad de sus duelos con la Argentina; de Demicheles, a Agüero y Di María; “Maradona marcó a una generación, y no sólo en la Argentina, sino también en Europa”, asegura
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La moneda estuvo en el aire...
Tan solo cinco días después de la final en el estadio Maracaná, el capitán Philipp Lahm anunció que se marchaba de la selección alemana. En su última función levantó la Copa del Mundo y supo que no había más nada que hacer. Vaya paradoja, el contraste no pudo ser más contundente aquel 13 de julio de 2014: Lahm en el paraíso, mientras al símbolo que estaba enfrente se le abría esa herida para la que todavía no encuentra puntos de sutura. Lahm, Lionel Messi y un guion tan antagónico que parece redactado con crueldad. “Prefiero no pensarlo así”, lógicamente se distancia Lahm desde Munich, en diálogo con LA NACION. Él no es el culpable de nada…, él, simplemente, entró en la historia.
Viaja a Río de Janeiro, Lahm. “Fue una experiencia increíble. Y encima, contra Argentina, contra quien ya habíamos jugado con frecuencia en los últimos años. Es cierto que los habíamos eliminados anteriormente, pero estaban jugado un muy buen torneo en ese momento. El Mundial tuvo lugar en América del Sur, y eso creo que realzó nuestra conquista porque ningún europeo lo había conseguido. Cumplimos una gran tarea; convertirse en campeones del mundo es, por supuesto, la sensación más grande que puede experimentar un futbolista. Por todo eso, de Brasil 2014 sólo tengo muy, muy buenos recuerdos”, dice el exdefensor, a sus 37años. Siente orgullo, claro.
‘La sensación más grande que puede experimentar un futbolista…’, casi que suspira Lahm, en el cuadro de honor para toda la vida. En 113 concluyó su cuenta de partidos en la selección de Alemania. Debutó contra Croacia en 2004 y una década después se entregó al reposo de la gloria eterna tras frustrar a la Argentina con la espectral aparición de Mario Göetze en el minuto 113. Entonces, Messi entraba en un espeso túnel de sospechas que de alguna manera lo mantiene prisionero. Y vuelven las palabras de Lahm como un goteo tortuoso: ‘Convertirse en campeones del mundo es la sensación más grande que puede experimentar un futbolista…’ Pasaron casi siete años y, desde ese atardecer carioca, Messi jugó otras 49 veces con la selección albiceleste, atravesó tres Copas América más y un nuevo Mundial. Nada. La obsesión se debate contra el calvario.
-¿Lionel Messi fue el jugador más difícil al que te enfrentaste en tu carrera?
-Para mí, es un jugador increíble. Tal vez, el mejor jugador que jamás haya existido. Es un jugador excepcional, pero quizás le falte el gran título con la selección. Por lo demás, es un jugador fantástico e imparable en las situaciones uno contra uno. Debo ser honesto: he tenido algún mal día enfrentándolo, pero bueno, también tenía que marcar a otros rivales (risas).
Lahm nació en Munich, en noviembre de 1983. No tenía ni tres años cuando la Argentina amargaba a los alemanes en el estadio Azteca, en la final de México ’86. “Realmente no experimenté 1986…, no lo sufrí”, bromea. Casi como un talismán, en todos los cruces mundialistas que se sucedieron, Philipp festejó. Hoy hasta podría vanagloriarse con su invicto. “El de Italia 1990 fue el primer torneo que tuve la suerte de vivir frente al televisor cuando era un niño. Y el volante Pierre Littbarski fue mi modelo a seguir, junto con Lothar Matthäus, por supuesto. Nunca olvidaré cómo Lothar Matthäus levantó la Copa del Mundo hasta el cielo después de esa final. Nunca olvidaré eso”, recuerda. La final de la arrojada zancada de Roberto Sensini sobre Rudi Vöeller, el penal que cobró el árbitro mexicano Codesal y el remate de Andreas Brehme que hizo insuficiente la última estirada del héroe Sergio Goycochea. Desde esa noche en el Olímpico de Roma, y hace ya más de tres décadas, Alemania es un martirio en el camino de la Argentina.
Para 1990, Alemania ya lucía dos estrellas mundialistas en la camiseta. Los káisers Fritz Walter, en 1954, y el legendario Franz Beckenbauer, en 1974, habían alzado las copas, la vieja Jules Rimet y la actual FIFA World Cup. Después de Matthäus, el siguiente sería él, Lahm, para completar el póquer de capitanes campeones del mundo con la Die Mannschaft. Aquel versátil lateral diestro -llegó a ser el mejor de todos por la banda izquierda-, que fue capaz de jugar hasta en diez posiciones como alguna vez lo distinguió Pep Guardiola, se retiró del fútbol en 2017. En su Bayern Munich, claro. Hombre de negocios desde entonces, miembro del consejo de la DFB, la Federación alemana, y presidente del comité organizador de la Euro 2024 que se disputará en Alemania. Y Bundesliga Legend, porque no se pierde amistoso benéfico. Precisamente la Bundesliga lo acerca con LA NACION.
-Jugaste tres mundiales, Alemania 2006, Sudáfrica 2010 y Brasil 2014, y tienen detalles en común: al menos siempre estuviste en el podio, las tres veces te enfrentaste con la Argentina… y ganaste.
-La de 2006 fue mi primera Copa del Mundo. Tenía 22 años y la Copa se jugó en casa, en Alemania. Fue un ambiente increíble el que se vivió en nuestro país. Llegamos a los cuartos de final en desventaja a jugar contra Argentina, que en realidad era el mejor equipo de los dos, con estrellas mundiales absolutas. Recuerdo que Messi estaba en el banco en ese momento; jugó Riquelme y luego fue sustituido, pero era un jugador increíble por entonces. Tenían a Crespo en el ataque…, realmente era un equipo de primera. Y quizás con un poco de suerte pasamos a las semifinales, pero hoy digo que para nosotros fue una sorpresa absoluta avanzar y haber quedado terceros en el torneo. En cambio, en 2010 fue completamente diferente. Éramos un equipo joven que jugábamos muy bien juntos. Vencimos a Inglaterra en los octavos de final y luego volvimos a enfrentarnos con Argentina en los cuartos de final. Ese fue uno de los mejores partidos de Alemania en el Mundial: jugamos increíblemente bien como equipo y ganamos de manera sensacional por 4 a 0.
-Enfrentaste a Messi varias veces, a nivel selección y contra Barcelona. Te involucro en el debate Maradona o Messi. ¿A cuál de los dos elegís?
-Bueno, para empezar, a mí siempre me ha entusiasmado mucho Messi. ¡Pero también Maradona! Diría que Diego Maradona realmente marcó a una generación, y no sólo en Argentina, sino también en Europa. Por eso diría que el mejor argentino, cuando se trata de fútbol, es Maradona. Pero seguido muy de cerca por Messi. Y ya he mencionado el motivo: Messi aún no ha ganado un título importante con la selección, a diferencia de Maradona.
-¿Tan determinante considerás que es ser campeón del mundo? Vos ganaste 21 campeonatos con Bayern Munich, 8 veces la Bundesliga, la Champions, el Mundial de Clubes… y un título con Alemania: Brasil 2014. ¿Nada hubiese sido igual sin el Mundial?
-Hay muchos títulos que son maravillosos, y el título en la Champions League 2013, después de perder las finales en 2010 y 2012, también fue extremadamente importante para nuestra generación que jugaba en el Bayern Munich. Pero lo diré siempre: el mayor logro de un futbolista es convertirse en campeón del mundo. Y es por eso que no dudo: si tengo que elegir uno, el mejor título de mi vida es la Copa del Mundo de 2014.
-¿Por qué creés que hay pocos argentinos en la Bundesliga, incluso, ninguna estrella? Messi juega en Barcelona, Agüero en el City, Di María en PSG, Lautaro Martínez acaba de coronarse en Inter…
-Creo que hay menos jugadores argentinos en la Bundesliga porque el primer destino de todo argentino es España. España es, realmente, más conveniente para ellos por el idioma y, probablemente también, por el clima, que es mejor en España que en Alemania (risas). Creo que el primer puerto de escala para ellos es España. En principio, esa es mi explicación.
-Te dirigieron Ottmar Hitzfeld, Jupp Heynckes, Ancelotti, Van Gaal y Pep Guardiola, entre otros. ¿Te hubiese gustado tener un técnico argentino? ¿Simeone, Bielsa, Pochettino…?
-Todos ellos son grandes entrenadores, de eso no hay duda. Por eso hubiera sido interesante. Sin importar de dónde venga el entrenador, siempre trae su propia cultura y sabemos lo que significa el fútbol en la Argentina. Claro, hubiese sido muy interesante para mí trabajar con un técnico argentino.
-Al que conocés bien es a Martín Demichelis: compartieron seis temporadas en Bayern Munich.
-En primer lugar, lo aprecié mucho a Martín como jugador. Pero también como persona. La pasamos muy bien, especialmente jugando a las cartas juntos. Realmente era un gran compañero de equipo y podías confiar absolutamente en él, adentro y afuera de la cancha. Era un buen jugador, y cuando pasó de zaguero central al mediocampo, creo que aportó nuevos elementos a esa posición: habilidades técnicas y soluciones rápidas. ¡Fue divertido jugar con Martín!
-Precisamente sobre el Bayern, donde debutaste, jugaste 13 temporadas y te retiraste. ¿Cuál es el secreto en la Bundesliga? Acaba de ganar el torneo por noveno año consecutivo, su título de liga número 31, cuando el escolta, Nüremberg, lo sigue con nueve…
-Las últimas décadas fueron clave. Cómo han gestionado económicamente el club, qué medidas han tomado. Se ha ganado una posición excepcional en Alemania, y eso le permite al club seguir incorporando nuevos jugadores de otros clubes. El Bayern es el destino preferido de muchos futbolistas.
-Si Messi no fuese argentino, ¿quién sería el mejor futbolista argentino de la actualidad?
-¡Hay buenos argentinos! El que ahora vuelve a estar en boca de todos es, por supuesto, Agüero. Ha dejado su huella en el Manchester City y ahora se va del club, pero ha sido un símbolo y eso debe quedar claro. Tengo curiosidad por ver adónde irá a jugar, porque creo que tiene uno, dos o hasta tres años más para seguir compitiendo en la cima. Es un jugador muy interesante. Por otro lado, la Champions League es una gran medida, y el jugador que la temporada pasada y también la actual demostró lo que puede hacer es Ángel Di María, ¡que volvió a jugar sensacionalmente con el Paris Saint-Germain! Desafortunadamente, una vez más no fue suficiente. Pero Argentina siempre producirá excelentes jugadores porque es una nación absolutamente futbolística.
“Mi favorito es el Manchester City: deseo que Pep vuelva a ganar la Champions”
En el comienzo de la temporada que desembocaría en el Mundial de Brasil sucedió algo relevante en la vida institucional de Bayern Munich y en la de Philipp Lahm: llegó Pep Guardiola a la dirección técnica el club bávaro. ¿Un aviso de buenos augurios? Cuentan que enseguida estrecharon una relación muy intensa. “En el Bayern tuve muy buenos entrenadores, algunos con grandes nombres. Alemanes como Hitzfeld o Heynckes, e internacionales como Ancelotti y Van Gaal. Y también Pep Guardiola, claro. Puedes ver actualmente lo que ha hecho con el Manchester City…”, avisa. Vendrán más elogios.
Cuando Lahm dejó de jugar, en febrero de 2017, Guardiola señaló: “Philipp es una de las personas más especiales de mi vida. No es fácil cuando un tipo catalán se va a Alemania y tiene que aprender todo el idioma y la cultura del país, y él me ayudó muchísimo dentro y fuera del campo. Es uno de los jugadores más fantásticos que he entrenado, y si hablamos de los más inteligentes también está allí. Entiende el juego perfectamente. Y lo más importante: sé que cuando vuelva a Múnich a ver a mis amigos, él estará allí. Jugador excepcional, persona excepcional”. Hace unos días, en su columna del diario Zeit, Lahm le dedicó el artículo exclusivamente al catalán, e introdujo a Messi para valorar a Pep: “Incluso es capaz de inventar un puesto para un talento absolutamente excepcional. Así que dejó que Lionel Messi, que se convirtió en una especie de maravilla del mundo a sus órdenes, reinterpretara al delantero centro”.
Guardiola desde adentro. “Fue realmente genial para mí, al final de mi carrera, poder jugar con Pep. El entrenamiento diario y la minuciosidad con las que trabaja con el equipo y con los jugadores son sensacionales. Hablaba mucho de fútbol conmigo, y también me dio una perspectiva ligeramente diferente del fútbol. Me enseñó muchos elementos nuevos, y yo ya estaba en el cierre de mi carrera”, desarrolla Lahm.
-Creo que está claro quién es tu equipo preferido en la final de la Champions…
-Digo que el favorito es el Manchester City, ellos dominan la Premier League. Y le deseo a Pep que ahora pueda volver a ganar la Liga de Campeones después de intentarlo durante varios años con el Manchester City, y antes también con el Bayern. Pero también estoy feliz de que el Chelsea esté en la final con Thomas Tuchel y con algunos internacionales alemanes, como Timo Werner o Kai Havertz. ¡Eso también es genial! Pero creo que el Manchester City es el favorito.
-¿Cómo creés que se reinventará la selección de Alemania después de 15 años bajo la dirección de Joachim Löw?
-En primer lugar, hay que recordar que Löw tuvo un momento increíblemente exitoso. Si viajas en el tiempo, de 2006 a 2016 en particular, Alemania siempre estuvo al menos en las semifinales de todos los torneos importantes. Eso es sensacional. Pero es normal que haya cambios y quizás lleguen nuevos jugadores; lo más importante es que habrá una nueva influencia de otro entrenador. Buenos jugadores hay y habrá, es de esperar que la selección alemana siempre tenga un buen plantel. Somos una nación futbolística, siempre sacamos buenos jugadores. Lo vemos ahora: tenemos buenos jugadores, jugadores experimentados. Jugadores que juegan en Alemania y jugadores que juegan internacionalmente para los mejores clubes. Así que no estoy tan preocupado por el futuro de Alemania.
-¿Y qué cambios esperás que introduzca Hans Dieter Flick en la nueva selección?
-Creo que, con la llegada de Flick, Alemania va a recuperar el entusiasmo. En el equipo y también en Alemania. Y también los jugadores son los que deben volver a despertar el entusiasmo. En ellos se debe volver a ver entusiasmo, eso es lo que me gustaría ver. Y ojalá que ocurra antes también, en la Eurocopa del mes próximo. Después, Flick sacará sus conclusiones para ir armando el equipo correcto. Pero, por supuesto, es diferente ser entrenador de un club que ser el seleccionador nacional: tienes mucho menos tiempo.
-Otro cambio. ¿Qué opinás de la elección de Julian Nagelsmann como DT de Bayern Munich? El técnico más joven de la Bundesliga (33 años) al frente del club más grande…
-Es un entrenador joven, sí, pero también ya es un entrenador experimentado. Estaba en Hoffenheim y dio el salto a Leipzig, un nivel más alto por así decirlo. Y ahora el siguiente paso, lógico en su carrera, es el Bayern. Creo que es un entrenador muy interesante, que ya ha demostrado que puede construir un equipo. Tiene un gran desafío por delante: será interesante ver en el Bayern cómo puede completar la renovación, especialmente porque algunos jugadores se van a marchar del club.
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