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Peterhansel: festejo francés para el señor de los caminos
A los 50 años, cosechó su duodécima victoria, la sexta en autos; le devolvió la sonrisa a Peugeot, que no se imponía desde 1990, con Vatanen; antes lo hizo con Mitsubishi y Mini
ROSARIO.- Algunos lo llaman, simplemente, "Monsieur Dakar". Sobran los justificativos para semejante apodo. Stéphane Peterhansel ganó su duodécimo título en la carrera de mayor riesgo del planeta. Hoy, en autos; hace 25 años empezó a escribir las páginas de gloria en motos. Control en velocidad extrema y talento en la conducción son sus mejores cartas de presentación, como si las necesitara. A los 50 años, el francés agigantó su propia historia.
"El último gran desafío en mi trayectoria era conseguir el mismo número de victorias en coches que en motos. Y ya está. No sé muy bien si me queda alguna motivación así de importante", señaló Peterhansel ni bien cruzó la línea de llegada. A bordo de un Peugeot 2008 DKR 16, recorrió los más de 4000 kilómetros cronometrados en 45h22m10s y no dudó de catalogar esta empresa como "un logro extraordinario". Le sacó una ventaja de 34m58s a Nasser Al-Attiyah (Mini), el príncipe qatarí que defendía el título conquistado en 2015. Sus sueños y estrategias quedaron postergados al segundo lugar.
"Había mucha presión, pero lo conseguimos. Menudo alivio cruzar la meta final. Es que las últimas tres jornadas fueron estresantes", confesó Peterhansel, con el Monumento a la Bandera como telón de fondo de una rutilante victoria.
Al reinado en motos lo construyó en los noventas. Con Yamaha, y cuando el Dakar se desarrollaba en los incómodos caminos de África, triunfó en 1991, 1992, 1993, 1995, 1997 y 1998. La seguidilla de éxitos determinó un cambio, la búsqueda de otros desafíos, una nueva aventura. Entonces, en 1999 el francés se metió a un auto para realizar su primera experiencia sobre cuatro ruedas: terminó séptimo, un comienzo alentador para quien se perfilaba como para acrecentar la leyenda.
No tardó mucho en llegar al segundo escalón del podio, pero sólo en 2004 celebró su primer Dakar en la categoría, al mando de un Mitsubishi Montero. Con la marca japonesa repitió el primer puesto en 2005 y 2007, mientras que en 2012 y 2013 se coronó con Mini, cuya insignia llevó por primera vez a lo más alto de una clasificación general final.
Con el regreso de Peugeot al Dakar, en 2015, apostó fuerte con la casa francesa. Un año después, las partes recogieron sus frutos. "Estamos muy satisfechos porque escribimos una página en la historia de Peugeot. Fueron dos años de trabajo que hoy se expresan con una victoria", destacó Peterhansel. "Siempre soñé con lograr este éxito con un fabricante francés. Tengo un historial de mis victorias y ésta va a figurar en el top 3 ", señaló. Monsieur Dakar festejó junto a su inseparable compañero, Jean-Paul Cottret, y el director deportivo de Peugeot Sport, Bruno Famin, en un fiel reflejo de cómo se vivió en la escudería este Dakar, el primero que coronó al león desde 1990, de la mano del finés Ari Vatanen.
No fue una realización fácil para el francés. La altura de Bolivia y las dificultades del terreno fueron preocupaciones. "No sé si es posible ganar, pero vamos a estar cerca del podio. En esas condiciones tan difíciles, quizás otros cometan errores", aventuró en su momento Peterhansel, sin saber que Carlos Sainz, compañero de equipo, caería en esas fallas y terminaría pagando con un abandono en la segunda semana de competencia. Por su parte, el múlticampeón mundial de rally Sébastien Loeb, que concluyó rezagado, se lució con buenos rendimientos parcial, incluidos cuatro éxitos de etapa, sobre los nueve que obtuvo Peugeot.
La victoria tiene un sabor especial para Peterhansel, pero no alcanza el nivel de aquella inicial. "La más hermosa seguirá siendo siempre la primera. La que conseguí en motos en 1991, hace 25 años. Al principio era simplemente un sueño participar en el Dakar; ni siquiera pensaba en ganarlo. Por eso, ésa será siempre la más importante", confiesa.
Peterhansel no quiere pensar mucho en el futuro. No es el momento. Sin embargo, el retiro es una idea que da vueltas por su mente desde hace un tiempo. "Es demasiado pronto como para tomar una decisión, pero no sé muy bien si me queda alguna motivación así de importante", insiste.
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