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"Para mí es el calvo, por no decir el traidor": la bronca de los hinchas del Sevilla contra Sampaoli
Las negociaciones del casildense con la AFA enfurecieron a los hinchas del tradicional club español en los alrededores del estadio Sánchez Pizjuán
SEVILLA.– Es inocultable la bronca de los simpatizantes del Sevilla por la actitud de Jorge Sampaoli, cuyo destino inexorable será la dirección del seleccionado argentino. “Si el presidente tuviera lo que hay que tener, al calvo lo pondría ahora mismo en la calle. No se puede reír así de nosotros”, dice, subiendo la voz, José Antonio Herrero, 63 años, casi tantos como tiene de socio del Sevilla FC.
Se niega a llamar a Jorge Sampaoli por su nombre. “Para mí es el calvo, por no decir el traidor”, acota. “¿Pero tú sabes la ruina que puede costar echarlo? Que siga hasta el final de temporada y ya después se va a Argentina”, retruca Domingo Díaz, otro participante de la tertulia de hinchas que se forma a diario alrededor de unos bancos de cemento frente a la puerta 3 del estadio Sánchez Pizjuán.
Oírlos es seguir la crónica de un desencanto. Desde hace una semana la mitad de Sevilla , que presume de ser la ciudad más futbolera de España, vive con malestar creciente la novela de la negociación de Sampaoli con la AFA para dirigir a la selección.
Entre los hinchas quedan muchos que lo defienden, pero hay coincidencia al describir que su actitud de los últimos días no estuvo a la altura de la historia del club. Arturo Zamora, empresario de buenos contactos con la dirigencia sevillista, opinó: “Está ciudad es muy pasional. Puede pasar del amor al odio muy rápido. Y creo que este hombre, que es muy listo, se ha equivocado en el modo de cumplir su sueño legítimo de entrenar a la Argentina”.
La discusión prende en los socios. “Echarlo sería un gesto de dignidad, aunque cueste dinero”, decía Alberto Romero, otro de los hinchas que ayer mataba el tiempo frente al Pizjuán, el corazón del distrito de Nervión. “Son seis partidos los que quedan; déjalo que haga su trabajo”, intervino otro de los tertulianos.
A unos pasos de ahí, en la tienda oficial de merchandising del club se exhiben unas camisetas que recuerdan el fervor cercano por el técnico nacido en Casilda. “Sampaolismo: #someteralrival”, se lee debajo de una caricatura del aludido. “La verdad que esa no la piden mucho esta semana”, corrobora una dependienta de sonrisa irónica.
A muchos hinchas los apena la polémica. “Sentimos orgullo por cómo jugó el equipo. Dominamos al Madrid, al Barça, al Atlético. Sampaoli nos dio una identidad y a la larga va a sobrevivir esa imagen”, cree Diego Arenas, comerciante y peñista, de 30 años, que pasó ayer a buscar su entrada para el partido con el Granada.
Algunos simpatizantes recuerdan ahora el mote que usaba Carlos Bilardo, viejo conocido del sevillismo, para descalificar a sus enemigos ideológicos (léase, César Luis Menotti). “Rabanito”: el que es rojo sólo por afuera. “Mira que lo he defendido al calvo –insiste el hincha que no pronuncia la palabra Sampaoli–. Me creí lo del amateurismo, el fútbol bonito. Ahora en partidos clave juega sin delanteros y a dar balonazos”. Otro contertulio se suma: “Ya no le creo nada. Para mí ni las gafas que usa son para ver”.
Pega el sol de la tarde. Al más exaltado le dan una palmada en la espalda. “Venga, José. Que ya falta menos para que juegue el Sevilla. El viernes te quiero animando”. La reunión se disuelve. Queda una pregunta. ¿Qué sienten por Sampaoli? ¿Les queda algo de cariño, respeto? ¿Odio, quizá? Responden dos a coro: “Hombre, no. ¡Odio sólo al Betis!”.
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