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El sueño de Santiago Brito: “Quiero que el padel sea un deporte profesional y con un circuito que esté a la altura de los que se desarrollan en Europa”
El presidente de la APA (Asociación de Padel Argentino) habló con LA NACION sobre el crecimiento de la disciplina y la manera en que se puede alcanzar otro nivel
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La escena es imponente. Un edificio fastuoso, una vista encantadora, oficinas por todos lados, gente atenta por conocer las necesidades de quienes están por los sectores comunes, un silencio que intimida y la formalidad como estandarte. El contraste es igual de potente, porque cuando Santiago Brito aparece y habla, todo se vuelve más terrenal. Ese habitat que le pertenece se naturaliza, se pierde detrás de su relato que enciende una cuota de pasión, otra de desafío, de orgullo, de amor y de legado. Allí en el lujoso edificio del Banco Macro no hay lugar para los números, sino que el espacio entra en la dimensión del padel, porque desde hace cuatro años, Brito tomó la determinación de asumir la presidencia de una actividad que su padre instaló en la Argentina y que él pretende elevar.
El máximo responsable de la APA (Asociación de Padel Argentino) sabe bien que no eligió una empresa sencilla, pero que la encontró en un momento único y complejo. El padel creció en el mundo de una forma que nadie imaginaba y en la Argentina reverdeció con furia pero con un contexto que estaba lejos de acompañar esa evolución. Sin embargo, con paciencia y apuestas a largo plazo, la disciplina se potenció. Tanto que desde hace un par de años se convirtió en una de las sedes para recibir al Premier Padel, la competencia que reúne a la elite mundial de la actividad. Y en la antesala de una nueva cita que se desarrollará desde el 20 de mayo próximo en Mar del Plata, Santiago Brito charló con LA NACION de la evolución del deporte, de la compleja tarea de asumir dos actividades tan dispares, de su familia, de sus proyecciones y de su deseo latente de cumplir con el sueño de su padre (Jorge Brito): “que el padel sea un deporte profesional y con un circuito que esté a la altura de los que se desarrollan en Europa”.
-Desde que te hiciste cargo de la APA, el crecimiento del padel fue exponencial y se dio en todo el mundo ¿Te pusiste a pensar en algún momento acerca de los porqué?
-No hay otro deporte que haya crecido tanto en los últimos cuatro años. Quizá haya crecido mucho el pickleball en Estados Unidos. Este crecimiento no sé si tiene mucho que ver conmigo. Yo caigo justo en una época en la que ya venía creciendo y la pandemia hizo que explotara más. El tema de la difusión que hay en redes ayuda. Te encontrás en una reunión y algunos te cuentan que ven jugadas por las redes sociales y eso creo que es algo que potenció mucho al deporte. La pandemia, como te dije antes, también ayudó en el momento de salir de las casas, porque fue uno de los tres deportes junto con el tenis y el golf que se liberó primero. Creo que a diferencia de esos otros dos deportes que requieren más tecnicismo y dedicación, la gente en el padel encontró un deporte amigable y que es divertido.
-Más allá de las cuestiones de la pandemia, también hay una realidad: la cantidad de afiliados en la Asociación de Padel de Argentina (APA) creció en los últimos cuatro años de 4000 a casi 15000 afiliados…
-Es real eso y son muchos los engranajes que hay que poner en marcha, es complejo. Cuando llegué a la Asociación se carecía de infraestructura, carecía de rumbo, y no tenía planificación. Y si vos querés llevar adelante un deporte es imposible de esa manera. Entonces, nos propusimos ordenar todo, que la propuesta sea acorde al crecimiento de la actividad. Hay que ocuparse de que todos los clubes tengan las condiciones necesarias, porque en todo este auge te encontrás con gente nueva que prueba armar canchas, que prueba ponerse un club, y a veces lo hacen por la inercia, pero no miran los cuidados que tienen que tener para profesionalizar cada vez más el deporte, para cuidar un poco al jugador o al afiliado o al cliente. No podemos liberar esto y que cualquiera sea parte. A veces puede resultar contraproducente. Por ejemplo, en los 90 se generaban muchas lesiones y era porque por ahí no había tantos cuidados. Para no repetir esos errores hay que ser más cuidadoso en todos los requisitos desde la Asociación.
-Es muy difìcil sostener un deporte y en la Argentina no se apuestan por actividades deportivas por fuera del fútbol, ¿de dónde sacan los recursos para sostener al padel y cómo se logró tener una fecha de Premier Padel en el país?
-El Primer Padel, que es un torneo que rige la Federación Internacional de la cual nosotros somos cofundadores y hoy socios, te deja un saldo anual como para que vos puedas mover un poco esta estructura. Es un evento único al año en el que el padel se muestra al mundo y acá en la Argentina genera mucho atractivo. Entonces, si vos mirás los años anteriores, podés darte cuenta que la escala de sponsors fue creciendo. Por lo tanto, podés pagar la competencia y también te deja un crédito para que puedas mover esta estructura a nivel local. La tarea es tener una buena oferta para captar los intereses comerciales y poder armar un circuito acá en Argentina como se hace en España.
-¿Vos apuntas a eso, te gustaría tener un circuito de esas características?
-La verdad que sí, desde que llegué a la APA que lo pienso. Cuando asumí lo puse como objetivo.
-¿Encontrás disposición para eso?
-En líneas generales sí. Creció mucho todo, pero también es real que por ahí te encontrás con clubes que no entienden que deben tener un blindex determinado, una alfombra en particular, vestuarios en condiciones… Siempre digo que la mirada en el padel es muy cortoplacista. Yo por ahí, que vengo del ámbito bancario, que hago préstamos a largo plazo, ya tengo esa tranquilidad de que bueno, hoy no sale, pero es una proyección para progresar. Se han hecho bastante cosas buenas, de las cuales, en el momento, cuando arrancamos, por ahí no resultaban tanto y hoy son un éxito, como el circuito de menores. Entonces, ahí es cuando uno se da cuenta que tiene razón, que hay que tener paciencia. Yo llevo esa calma que no todos tienen.
-En esa idea de tener un circuito similar al de España, ¿en qué punto sentís que estás?
-Y, a la mitad del camino. Porque hay jugadores a los que le sobran talento y no sólo en Buenos Aires, hay mucho talento en todos los lugares de Argentina y la infraestructura hoy están creciendo, con clubes que pueden acompañar estos desafíos. Ya hay cinco o seis clubes de primer nivel que el día de mañana te van a acompañar para mostrarle al mundo que de alguna manera podés tener un circuito a la altura de la elite.
-¿Cuántos clubes se necesitan para igualar a España?
-España estaba en una media de 15 clubes que compiten fuerte. No comparo mucho por una cuestión de que España maneja otro tipo de financiamiento, de infraestructura. Ellos compiten entre sus provincias. Tenemos que ir por otro lado, de a poco, pero pensar en seguir creciendo. Argentina ha demostrado a través del Premier que puede llenar un estadio de más de 10.000 personas. Obviamente si vos lo bajas al rubro nacional, la calidad de jugadores genera un poco menos, pero los estadios de básquet creo que se pueden llenar si se organiza un torneo acorde. Entonces hay que ir apuntando a un modelo de competencia atractivo para la gente. Si lográs reunir 500 personas en los torneos locales, todo puede crecer. Si vos mostrás tribunas vacías, el que prende la tele no se seduce tanto.
-¿Cómo se hace para convivir con tus dos actividades?
-Y por lo general administro los tiempos en función de la demanda. Cuando se acerca esta etapa de Premier el 90% del día se lo dedico a esto. Apenas termina dedico el 100 a mi otra actividad en el banco, porque lo dejo medio relegado. El padel tiene eso, que cuando no hay un torneo te da tiempo, la demanda va creciendo a medida que va llegando la competencia.
-¿Por qué elegiste meterte en el padel con todo lo que implica estar involucrado en las actividades del banco?
-Bueno, esa siempre es la pregunta que me hacen todos. En 1988 fundó mi padre la Asociación y para él era muy importante. En su momento me propuso hacerme cargo. Él estaba cansado y quería un cambio en el padel y entiendo que por eso me lo propuso a mí. Yo trabajaba en el banco, estaba muy bien, estaba cómodo y la verdad que cuando me llamó, lo vi como un desafío. Que me llame para proponerme algo también era lindo. Bueno se potenció todo mucho más cuando él falleció y bueno, hoy quedó retribuirle algo de lo que él y mi familia obviamente hicieron por mí.
-Es cuidar lo que tu padre creó…
-Yo sé que él cuando la fundó y la empezó a trabajar le dio mucho y le encantaba. Era uno de los deportes que a él le generaba mucho fanatismo, de hecho hizo un club que era el más grande de la Argentina. Lo jugaba muy poca gente y hasta Mauricio (Macri) era parte de todo esto en el comienzo. Le puso mucho tiempo, amor y dedicación. Se fue agotando un poco por todos los contratiempos y sus obligaciones. En las pocas charlas que hemos tenido, es como que se lo veía siempre muy frustrado y dolido por no haber podido hacer lo que quería con el padel. Entonces, cuando él me lo trae y me lo propone, yo dije: “Bueno, vamos a levantar, vamos a volver a generar ese entusiasmo sobre un deporte al que él le dedicó mucho”. Para que él esté contento. En el medio fallece, pero bueno, igual yo lo sigo haciendo creyendo que está y que se va a poner feliz el día de mañana.
-¿Lo jugás, te gusta como actividad?
-Sí, lo juego, no sé qué categoría soy, porque nunca jugué un torneo en mi vida. Había una cancha semiprofesional en mi casa, así que ahí jugué casi toda mi vida. Jugué mucho, sí, siempre. Hoy juego 4 o 5 veces por semana.
-¿Cuánto dinero se necesita para tener un torneo como el Premier en la Argentina?
-La Federación Internacional apoya mucho y genera facilidades para que el torneo salga. La competencia tiene sus costos que hoy en Argentina son difíciles, porque cuesta más que en el resto del mundo, pero no es imposible porque al haber tanto fanatismo acá con el padel genera mucho interés comercial. Si vos reunís 55.000 personas en una semana, a las grandes marcas del padel les interesa ser parte. Es un torneo que se visualiza a nivel mundial, en los cinco continentes. Eso a las marcas las seduce. Además, ahora hay menos restricciones para poder ver los torneos, hace que la difusión multiplique el interés. Incluso, las provincias se interesan por tener el torneo, porque les movemos muchísimo en turismo, entonces ellos aportan también y te ofrecen muchas facilidades, como en el estadio y la logística. Todas estas cuestiones hacen que el torneo se vuelva accesible. Ahora tenemos una fecha, pero apuntamos a tener más, ya que las veces que estuvo en el país la elite del padel las entradas se agotaron y se queda mucha gente con ganas de ver a los mejores.
-¿Hay que hacerse cargo de todo en este tipo de torneos?
-El jugador se tiene que trasladar al país por sus medios y después sí todo el resto es a cargo de la organización. En cada país las comodidades son diferentes y las posibilidades también. Hay torneos en los que ofrecen más cosas y otros menos. Pero en líneas generales todos cumplimos con los requisitos impuestos por la Federación Internacional.
-Antes esas diferencias entre cada torneo, ¿los jugadores son flexibles?
-En líneas generales son bastante razonables, siempre son muy respetuosos. Realmente valoran los esfuerzos, entienden y lo aceptan.
-Que los argentinos sean top también ayuda…
-Torneos de esta magnitud con jugadores argentinos en la elite es genial para todos y también se me juega el costado de hincha porque quiero que lleguen siempre a instancias finales. Sabés que te van a garantizar que si ellos vienen y andan bien, digamos, vas a tener mucha más gente cada día. También a los españoles les gusta venir y eso atrae a la gente porque los que quieren estar acá siempre son los más importantes del circuito.
-Eso de aceptar desafíos grandes es de familia, porque tu hermano tiene una tarea dura con River.
-Creo que nos han formado como para ser más de lo que hacemos, porque mi padre arrancó con una empresa con $5000 con una financiera y hoy bueno, terminó teniendo uno de los bancos más importantes del país y empresas en otros rubros. Vos cuando lo veías esforzarse y frustrarse o enojarse… Las veces que lo charlaba con él, le preguntaba qué necesidad tenía de meterse en más desafíos y me decía “mira yo sueño con generar 20.000 puestos de trabajo en el banco, por ejemplo, que al país le vaya bien y crezca”. Entonces, creo que hemos crecido con mis hermanos escuchando eso. Hoy lo vemos como algo natural eso de hacer más de lo que hacemos.
-¿Hablan con tus hermanos de sus actividades?
-Nosotros nos juntamos todos los domingos a comer con toda la familia y nunca se habló de trabajo, nunca se habló de los problemas del trabajo, siempre se habló de la familia, de cosas buenas. Por afuera de ese contexto nos reunimos una vez cada 15 días para hablar de temas del grupo de empresas de mi padre, pero no de otras cosas. Todos temas más generales de las empresas. Muy pocas veces hemos consultado algún tecnicismo, sobre todo yo cuando arranqué, claro con mi hermano que tiene más experiencia, pero bueno, ya una vez que arrancamos y empezamos no se habló más.
-Me dijiste “me encantaría que mi papá el día de mañana se sienta orgulloso”, ¿ese es el motor para seguir en el padel?
-Creo que es así. Cuando algo se me pone en la cabeza… Porque esto no es una empresa, no me genere ingreso, es más como un hobby, pero quiero que él se sienta orgulloso. Porque tiene muchas contras en la diaria o en lo público. Yo nunca fui una persona visiblemente pública y esto me obligó a hacerlo. No genera comodidad la exposición. Porque las críticas están, en todos lados, no me influyen, porque yo tengo tan marcado el por qué estoy acá que no me interesa nada más que seguir con la obra de mi padre.
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