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Otro lamentable final en el clásico rosarino
Central le ganaba a Newell´s por 4 a 0, que sufrió cuatro expulsiones; perdió un quinto hombre por lesión y se terminó el match por inferioridad númerica.
ROSARIO.- Hace tiempo que el clásico rosarino no termina bien. Es una pena. Pero es la realidad. Ayer, el partido entre Central, que ganaba por 4 a 0 frente a Newell«s, su tradicional rival, terminó a los 20 minutos del segundo tiempo.
Newell´s, que había soportado cuatro expulsiones: Mariano Dalla Libera, por protestar; Zamora, por insultar; Saldaña, por doble amonestación, y Paris, por agresión, no pudo seguir porque se lesionó Herrera y se quedó sin recambio; en realidad, porque ya Newellá había recurrido a los tres cambios reglamentarios. Y para muchos, al menos para los observadores imparciales, con la dolorosa derrota por 4 a 0 a cuestas, el uruguayo Herrera fingió una lesión, ya que de pronto apareció en el piso y el árbitro Roberto Ruscio se vio obligado a dar por terminado el partido porque Newell«s se quedó con seis jugadores. Pero vayamos por parte.
Primero, una piedra
Lo previo al clásico no fue lo mejor. El partido empezó diez minutos más tarde porque una piedra le pegó a Goycochea, el arquero de Newell«s. Se recuperó y empezó el partido. Bajo un clima que no era el mejor.
Y a los 2 minutos, con un gol de Da Silva, con un cabezazo, Central estaba en ventaja. Y lo justificó casi a lo largo del primer tiempo. No extraño que, a los 35, Coudet, tras un rechazo de Saldaña, conquistase el segundo gol.
Y empezó otro partido. A los 37 fue expulsado Dalla Libera; cinco minutos después se agredieron y se insultaron Da Silva y Zamora. Y los dos fueron expulsados. Sobre el final del primer tiempo, Carracedo conquistó el tercer tanto de Central. Arroyito era una fiesta. En realidad, no siempre es posible llegar al final del primer tiempo con una ventaja de tres goles. Ybien merecido lo tenía, a pesar de tener un jugador de más.
Rápido desenlace
En la segunda etapa todo fue muy rápido. lo rescatable y lo que se debe olvidar.
A los 12 minutos lo expulsaron a Saldaña; a los 15, llegó el cuarto gol de Central, el de Carbonari; a los 16, se fue Paris, expulsado, por agresión. Era el cuarto hombre de Newell«s que dejaba el campo de juego y ya el fútbol le había dado paso al desorden, al nerviosismo. En la cancha y fuera de ella.
Enseguida, a los 20, cayó José Herrera; nadie supo cómo. Se fue lesionado. Y con seis jugadores, Newell«s no pudo seguir; el árbitro Ruscio aplicó el reglamento y se terminó la fiesta para la gente de Central que, cuando hubo que jugar, fue muy superior a su eterno adversario, que está muy lejos del buen juego de otros tiempos..
Un clima violento
Lamentablemente, antes del partido el clima no era el mejor. Se empeoró con los jugadores en la cancha, fundamentalmente por los deNewell«s, que no le pusieron freno; no quisieron o no pudieron, a tanta ansiedad por una campaña irregular.
Y cuanto no se tiene tranquilidad en la cancha, es posible que, muy rapidamente, se traslade a las tribunas; en realidad, a todos los rincones del estadio.
Todos responsables
Así, nadie queddó librado de las responsabilidades. Los hinchas de Central también hicieron de las suyas, antes y después del partido; se pelearon con sus pares de Newell«s durante el cotejo y siguieron con los incidentes fuera de los límites del estadio, tal como se comenta por separado.
Fue una pena. Porque después de todo, si el desenlace del partido no hubiese tenido tantos incidentes, no habría que ahorrar elogios para Central que, mano a mano, a la hora del fútbol, mostró una abrumadora superioridad frente a Newell«s, que no encuentra su mejor perfil futbolístico.
Palma: esto es algo muy especial
ROSARIO.- El Negro Omar Palma conoce bien lo que significa ganar un clásico. Sobre su espalda lleva más de una decena jugado y por más grande que sea este número, no deja de asombrarse cada vez que derrota a su tradicional adversario.
"Cuando salimos a la cancha no tuvimoos en cuenta la posición de ellos ni las estadísticas. Sabíamos que este partido era algo muy especial y por eso queríamos ganarlo, no sólo porque nos permite seguir en la lucha por el título, sino porque se trata de Newell«s", dijó el capitán de Central, que adelantó que el de ayer pudo haber sido su último clásico como futbolista.
El festejo alocado de Eduardo Coudet bien podría relacionarse con alguien que comenzó las inferiores en Central. Pero este no es el caso del ex volante de Platense.
"Déjenme festejar, que no se gana un clásico todos los días. Mañana pensaremos en lo que viene. Sabemos que este triunfo nos permite seguir soñando, aunque no pudimos descontar ningún punto", dijo el volante.
Ratificaron a Zanabria
Pese a la categórica derrota y a que en su momento presentó la renuncia, un dirigente, que prefirió el anonimato, aseguró que el técnico Mario Zanabria continuará en su cargo.
"Zanabria va a seguir. No puedo negar que la derrota fue muy dolorosa, pero no es el momento de buscar chivos expiatorios", comentó el dirigente.
Agredieron a Paris y a Goycochea
A las trompadas: mientras atendían al periodismo, un grupo de hinchas de Central los golpeó; hubo 2 heridos.
ROSARIO.- El piedrazo que recibió Segio Goycochea poco antes de comenzar el encuentro pareció no se suficiente para ciertos inadaptados, porque una vez que el arquero y sus compañeros se dirigieron al ómnibus para regresar a sus hogares, un grupo de hinchas de Central -si es que vale la pena llamarlos así- insultó y agredió a los jugadores de Newell«s.
El episodio ocurrió a la salida del vestuario visitante, cuando Goycochea, Claudio París y otros futbolistas atendían a los periodistas.
En medio de numerosas cámaras y micrófonos, Goycochea fue el blanco de los insultos, a los respondió de la misma manera.
Tras las clásicas invitaciones a pelear, Goycochea y París participaron de una pelea con los hinchas, que involucró a propios y a extraños.
Los incidentes terminaron cinco minutos después gracias a la intervención de la Guardia de Infantería de la Unidad Regional II, que tuvo de realizar varios disparos de balas de goma para dispersar a los reboltosos.
Durante estos incidentes resultó herido el sargento Roberto Ojeda, que fue internado en el sanatorio Mitre, y un hincha de apellido Reggiardo, que fue trasladado al hospital Evita, de Granadero Baigorria, con una herida de arma blanca.
Esta reyerta fue apenas un foco de la violencia, ya que antes durante y después del encuentro se registraron distintos enfrentamientos, que dejaron un saldo de 95 detenidos. Los mismos fueron destinados a las seccionales séptima, novena y décima.
Entre los detenidos cayó uno de los jefe de la barra brava de Central, que responde al apodo de Vitamina Barberio.
No fue suficiente
Los incidentes producidos ayer resultaron una continuación de los acontecidos por la 12a. fecha, en el partido que Boca ganó por 3 a 0. Dicho cotejo fue suspendido por Javier Castrilli, porque desde la tribuna local caían numerosos proyectiles.
El jueves próximo, la AFA anunciará la pena que recibirá Central por este hecho, que, además de perder el partido con Boca, sufrirá el descuento de tres puntos.
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