Otra sintonía: Messi vuelve con un esquema en el que nunca se sintió cómodo

MADRID.– Todo nació en la incertidumbre. Despedido Jorge Sampaoli, al presidente de la AFA, Claudio Chiqui Tapia se le acumularon las negativas. Nadie aceptaba hacerse cargo de un banco de suplentes tan codiciado como frágil, volátil desde que José Pékerman quiso olvidarse de la calle Viamonte, tras caer por penales en los cuartos de final del Mundial de Alemania. A la AFA no le quedó más remedio que improvisar (nada extraño, en su curriculum) con Lionel Scaloni , un técnico al que siempre se lo miró con cierta inquietud. Y él lo sabe. Entonces, por las dudas, cuando nadie lo cuestiona, se defiende. "No tengo la experiencia de los técnicos que hace años entrenan, pero todos con los que he hablado no han dejado de dejan de aprender nunca. Y esa es mi idea, la fue cuando era jugador y lo es también ahora", reflexiona Scaloni.

No olvida el DT que hasta hace dos días su puesto era una quimera. Hasta César Luis Menotti tildó a su etapa como en proceso de evaluación. "Sé lo que piensa César". En cualquier caso, después de seis partidos como interino, esta tarde ante Venezuela se consagrará como técnico oficial. Y hasta la Copa América tiene el jogging asegurado. Las dudas de Scaloni empiezan con su respaldo en los despachos, continúan en el pizarrón. A falta de tres meses para que comience a girar la pelota para Argentina en Brasil, al técnico se le atragantan varias cuestiones. La primera, la lista. Convocó a 30 jugadores para los amistosos ante la Vinotinto y Marruecos, con una moneda en el aire nada menos que en el puesto de centro delantero. Su preferido, Icardi, anda resolviendo cuestiones ajenas al fútbol en el Inter. "Hablé ayer [por el jueves] con Mauro, le explicamos porqué no venía. Lógicamente, su situación le afecta directamente con la selección", reveló. En cambio, el 9 argentino en mejor estado de forma, Sergio Agüero, todavía no ha jugado ni un minuto con él al mando de la selección.

El segundo dilema que se le plantea al cuerpo técnico de la Argentina es el esquema de juego. Hoy ante Venezuela el técnico partirá, al menos por nombres, con cinco defensores. Sin embargo, Scaloni no quiere saber nada a la hora de etiquetar su pizarrón. "No me gusta hablar de sistemas, no soy uno de esos fanáticos. Me gusta que los jugadores ocupen posiciones en la cancha y que puedan hacer daño a rival", subrayó. Una explicación que no ayuda a desvelar sus intenciones. En cambio, cuando dictó el once para enfrentar a Venezuela en la sala de prensa del Wanda Metropolitano, el DT colocó a Tagliafico como volante. Ocurre, en cualquier caso, que el defensor del Ajax es lateral izquierdo y Montiel su espejo en la derecha, mientras que Mercado, Foyth y Martínez son centrales. Recordó, con entusiasmo en público, que Mercado en sus inicios jugaba en la banda y, en privado, le pidió a Martínez que se libere en una hipotética línea de cuatro.

La visión de los históricos

Quizá, al entrenador argentino todavía le hace ruido la reacción de los viejos históricos (hoy sólo queda Messi ) cuando Sampaoli insistía e insistía con la línea de cinco. "Vamos a ser felices, vamos a ser felices, con línea de cuatro", le cantaban en el micro a Sampaoli, al mismo tiempo que sufrían en el campo para clasificarse a Rusia. El actual técnico del Santos, les hizo caso. Un rato, al menos. En medio del Mundial repitió con tres atrás y el equipo se desinfló ante la finalista Croacia (3-0). Volvió a barajar. De nuevo a buscar el equilibrio en defensa, para intentar frenar la sangría por las bandas ante Nigeria y Francia. El desenlace en el Kazán Arena es conocido.

No era la primera vez que los entonces históricos ponían mala cara (y también alguna palabra) en contra de jugar con tres en el fondo. Lo sabe Alejandro Sabella y el vestuario del Maracaná en el estreno de Argentina en Brasil 2014. Para Scaloni, sin embargo, no es un experimento. Ya lo probó en los amistosos ante los amistosos ante México, en el primero cuando soltó a Acuña, en el segundo ya firme en su idea con tres centrales. "El esquema puede variar en el mismo partido, he probado con dos o tres distintos y estamos en condiciones de empezar con uno y cambiarlo en el medio del encuentro", explicó Scaloni.

Hay, sin embargo, otra rémora. Tan vieja como la presencia de Messi en la selección. ¿Cómo abrazar al Nº10 en el campo? La sociedad con Dybala, nuevamente tendrá que esperar. "Son compatibles, pero hay que trabajarlo", aclaró el DT. Del último partido que el rosarino jugó con la albiceleste hoy entrarán en el Wanda sólo dos jugadores: el arquero Armani y el defensor Tagliafico. Messi buscará complicidad con la pelota junto a Lo Celso, Paredes y el Pity Martínez. Intentará leer los movimientos de Lautaro Martínez, su Luis Suárez, pero con 21 años y poco rodaje en Europa.

Todo nació en la incertidumbre. Y, por ahora, no ha cambiado demasiado para la selección argentina. Scaloni se aferra a un grupo técnico, silencioso y trabajador, con Roberto Ayala y Walter Samuel, mientras intenta convencer al ideólogo Menotti. Siempre a merced de los resultados. Entre las dudas, hay una certeza en el seno de la concentración argentina. El compromiso del capitán. "Leo sabía que había un cambio grande, pero es un chico tan noble que desde el momento en el que llegó ya estaba hablando con todo el mundo. El paso lo tienen que dar los demás, tienen que tratarlo como una persona común y corriente", sostuvo el entrenador argentino. Normalizar en el vestuario a un anormal en la cancha. Juega Messi, lo único seguro. Nada más y nada menos.

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