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Otro escándalo rodea a Lance Armstrong: lo acusan de usar motores en las bicicletas con las que corría
El exciclista estadounidense, que ya había sido despojado de sus títulos por dopaje, fue señalado por la presunta utilización de una ayuda motriz para correr
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Un nuevo escándalo rodea al exciclista Lance Armstrong. Ahora, el estadounidense fue acusado de haber utilizado un motor en su bicicleta, y un par de videos serían la prueba de que eso fue cierto.
“Es la mayor estafa. Con complicidad a todos los niveles. Recibió un trato especial. Muchos me dijeron que no debía abordar las leyendas, que me iba a encontrar solo. Pero si las leyendas se sustentan en algo... también creo que tenía un motor en la bicicleta”, afirmó Jean-Pierre Verdy, antiguo jefe de la Agencia Antidopaje Francesa, en declaraciones al diario Le Parisien.
Al mismo tiempo, Antoine Vayer, escritor y cronista del Tour de Francia durante 23 años, analizó algunos vídeos sospechosos del estadounidense que toman mayor importancia tras las acusaciones de Jean-Pierre Verdy. Vayer compartió en su perfil de Twitter esta reflexión sobre Lance: “¿Es el uso de un motor lo que explica sus 7.4 vatios / kg durante 9 minutos y 33 segundos por pedalada? Subiendo los Alpes suizos después de 6 horas de esfuerzo, pasando antes por Madeleine y Glandon”. En ellos pareciera que Lance toca su asiento para, supuestamente, activar el motor.
“Todavía tengo las imágenes en la cabeza de una etapa de montaña donde dejó a todo el mundo detrás. Al final de la etapa, llamo a todos los especialistas que conozco y no entienden cómo es posible su rendimiento, incluso con EPO. Algo andaba mal y todos los especialistas me decían lo mismo. Sin embargo, eran personas del medio quienes conocían bien la carrera. No fue la EPO la que marcó la diferencia”, sustenta Verdy en su acusación.
Este tipo de fraude mediante el uso de la tecnología no es nuevo. De hecho, la cadena CBS reveló en 2016 que Sky, uno de los equipos más importantes del ciclismo mundial, estaba bajo investigación porque las bicicletas utilizadas pesaban 800 gramos más que la del resto de los ciclistas. Eso es lo que pesa, aproximadamente, un motor diminuto oculto en los caños del rodado. Ese motor puede llegar a producir 500 W de potencia y la batería puede esconderse con facilidad en la botella de los ciclistas, o bien en su asiento.
Esta nueva acusación se suma a una noticia que alteró la semana de la familia Armstrong. Su hijo Luke fue detenido, acusado de una presunta agresión sexual a una menor de edad. Según el informe policial la demandante acusa al hijo del exxciclista de abusar sexualmente de ella luego de una fiesta realizada en Austin, Texas, en 2018. En aquellos momentos Luke tenía 18 años y la joven que presentó la demanda, 16.
De la gloria al ocaso
A comienzos de 1996, Lance Armstrong comenzó a tener dolores testiculares. Primero pensó que estaban relacionados con su posición en la bicicleta y le restó importancia. Pero poco tiempo después comenzó a vomitar sangre.
Los estudios no dejaron dudas: cáncer testicular avanzado, con manchas del tamaño de pelotas de golf. El mazazo fue aún mayor: Su cuerpo había hecho metástasis en los pulmones y el cerebro. Apenas lo descubrieron, lo operaron al día siguiente. Tenía 27 años y un 40 por ciento de posibilidades de sobrevivir.
Le extirparon el testículo tomado por la enfermedad y de inmediato inició un tratamiento de doce sesiones de quimioterapia.
“Fue una competencia para mí, contra el cáncer. Cada marca era un dato en la pantalla de la computadora en mi habitación. Era ahora un juego entre la vida y la muerte”, afirmó tiempo después. Y agregó: “A los dos meses pensé que había que hacer algo para ayudar, para recaudar fondos”. Así nació la popular fundación “Livestrong”.
Su popularidad seguía en aumento. Sobre todo cuando se puso de novio con la cantante de rock Sheryl Crow.
Contra todos los pronósticos, Armstrong logró superar el cáncer y fue por más. En los Juegos Olímpicos Sydney 2000 ganó una medalla de bronce. Y en 2005 se convirtió en una gloria del ciclismo mundial al ganar su séptimo Tour de France.
Toda su grandeza se derrumbó como un castillo de naipes en enero de 2013, cuando admitió haberse dopado para conquistar los siete Tour de France (1999-2005) y fue sancionado de por vida. Tras su confesión le fueron retirados todos sus títulos y le valió, según sus propias declaraciones, una pérdida de 75 millones de dólares.
“Yo no inventé el doping. Y tampoco terminó conmigo. Yo simplemente tomé parte en el sistema”, dijo Armstrong cinco meses más tarde de aquella condena.
Los problemas económicos continuaron. En abril de 2018 acordó pagar cinco millones de dólares para resolver su caso federal por fraude en Estados Unidos, después de usar sustancias prohibidas durante el Tour de Francia.
El Washington Post informó que el estadounidense debió pagar otros US$ 1,65 millones para cubrir las costas procesales de su excompañero y delator Floyd Landis. El equipo US Postal Service y Landis denunciaron a Armstrong por alrededor de US$ 100 millones por daños, en el juicio que debía comenzar un mes más tarde.
“Estoy contento de haber resuelto este caso y de seguir adelante con mi vida, con mis cinco hijos, mi mujer, mi podcast, numerosos proyectos escritos y cinematográficos, mi trabajo como superviviente del cáncer y mi pasión por los deportes y la competición. Hay mucho por lo que seguir hacia adelante”, dijo entonces Armstrong en un comunicado.
En mayo de 2020, y en su serie de documentales denominados “30 for 30”, ESPN estrenó “Lance”, donde el exciclista prometió decir toda su verdad.
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