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Río 2016. Federico Grabich: su eliminación, las ganas de ir a Tokio y su experiencia con las ventosas de Phelps
El nadador santafecino tampoco pudo superar la eliminatoria en los 50m; a los 25 años se siente pleno y quiere llegar a 2020
RIO DE JANEIRO.- Se va de sus segundos Juegos Olímpicos con una sensación ambigua. Porque por un lado está satisfecho, no tiene nada que reprocharse de la preparación y la puesta a punto, y siente una enorme felicidad por haber compartido estos días junto con su familia y los amigos. Se lo nota bien, en rigor. No luce abatido. ¿Debería estarlo? Sólo él lo sabe. Lo concreto es que los objetivos en Río 2016 quedaron pendientes en las tres disciplinas en las que participó de estilo libre. En ninguna de ellas (200m, 100m, y ahora en 50m) logró pasar el filtro eliminatorio, así como tampoco pudo experimentar esa sensación única de competir, irse a la Villa a descansar y regresar para la sesión nocturna. La más concurrida, bulliciosa, colorida y atrapante de todas las que se desarrollan en el Estadio Acuático de Barra de Tijuca. Para Federico Grabich , los Juegos concluyen también sin haberse acercado a su intención: mejorar sus marcas.
"Hice todo lo que tenía que hacer. Nada alteró mi preparación ni rutina. Fue hasta mejor de lo que pensaba. Me sentí perfecto. No hay excusas. Así como en el Mundial de Kazán todo funcionó de maravillas y aparecieron los tiempos, acá no salieron. Son días. La vuelta en las carreras la entrené muy bien, pero acá no salió como quería. Quizás esperaba hacer menos, un 22s10/100 o 22s15/100, para superar el récord de José Meolans (22s18/100), pero no llegué. Salió una marca relativamente buena para lo que son los tiempos acá. La cabeza es vital, seguro, pero el nivel de estos Juegos es impresionante. Lo venía viendo con los tiempos en los 100 metros. Sabía que mis chances eran mínimas, pero dejé todo, tal mi costumbre. ¿Balances? Requieren un tiempo de evaluación con mi grupo de trabajo. Siempre es positivo, sabiendo que hay cosas para mejorar también", comentó el santafecino, después de marcar 22s44/100 en su serie (fue 6°, a 21/100 del primero), por encima de los 22s25/100 que consiguió en los Panamericanos de Toronto 2015. Fuera de las semifinales, quedó 31°, a 34/100 del 16° y último clasificado. Como referencia, encabezó la nómina de semifinalistas el ucranio Andrii Govorov, con 21s49/100, es decir, 95/100 más rápido que Grabich.
La carrera de Grabich
#Rio2016EnTyC#Natacion Federico Grabich hizo un tiempo de 22,44 y terminó 5to en su serie en los 50 metros libre. https://t.co/pq2TSD1ReW&— TyC Sports (@TyCSports) 11 de agosto de 2016
Con 26 años, Grabich no se siente fuera del planeta olímpico. Apuesta a Tokio 2020. Sabiendo las dificultades, claro. "Voy a estar. Bueno, tengo que clasificarme, desde ya. Pero no fue esta la despedida olímpica para mi. De Londres hasta aquí sumé experiencia, crecí como deportista, y espero poder explotar todo eso en los próximos Juegos, que me encontrarán mejor preparado. Los tiempos no se dieron, pero lo acepto. En el Mundial, hace un año, se dio todo junto y ese podio no me lo saca nadie ni me lo hará olvidar el hecho de que haya quedado eliminado acá, lo mismo que el oro en los Panamericanos de Toronto", enfatiza.
El recambio no escapa a la lectura de Grabich, a partir incluso de la victoria en los 100m del australiano Kyle Chalmers, de 18 años. "Hay recambio y está bueno, porque te obliga a no relajarte. El caso de Chalmers no es casual. Thorpe ganó una medalla olímpica con 14 años, Phelps con 15. Pasa. Es difícil mantener el nivel. Pero Chalmers explotó justo en este torneo, que es el que vale. Bajó mucho sus tiempos este año, va a ser complejo que lo siga haciendo abruptamente, pero es el mejor, sin dudas", afirmó el casildense.
No podía quedar fuera de la charla distendida la figura de Michael Phelps . A Grabich se le ilumina la mirada cuando habla del Tiburón: "No me canso de decir que es un animal. Tiene 21 oros, puede llegar a 24. Es impensado, una locura. ¡Una bestialidad! Es un lujo verlo y todo lo que provoca en la gente".
Y sobre las famosas ventosas milenarias que se aplica el nadador norteamericano para acelerar los procesos de recuperación, el argentino contó que incursionó en la terapia de la que todos hablan en Río 2016. "Ja, sí, claro que lo probé. Me quedaron esas marcas horribles, como siete círculos rojos de cada lado en la espalda… ¡Terrible! Pero digo que es un tratamiento buenísimo. Ahora se puso de moda porque lo utiliza Phelps y salen las fotos y los videos por todos lados. Me lo aplicaron en México, en una concentración. Tenía la espalda completamente bloqueada. Me hice eso y al otro día estaba increíble, nuevo".
cc
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