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Millonario y sin talento: la historia del futbolista más rico del mundo que nadie contrata
Se trata de Faiq Bolkiah, príncipe y heredero al trono de Brunei; jugó en las inferiores del Chelsea, del Leicester y el año pasado terminó en la B de Portugal; una fortuna de US$ 20.0000 millones y un sueño: la Premier League
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Cualquiera podría pensar que por estos tiempos Lionel Messi y Cristiano Ronaldo son los futbolistas más ricos del mundo, pero ese puesto está reservado para Faiq Bolkiah, un deportista y príncipe de una pequeña nación de Asia, que a sus 23 años lleva una vida llena de lujos y excentricidades. Si bien su talento podría ser cuestionable, el joven lo ha dejado todo en la cancha con la ilusión de poder debutar en la Premier League. Este año, sin mucho éxito y un tanto resignado por su carrera, terminó en un club de Portugal, donde sin pena ni gloria rescindieron su contrato. El dinero no es problema para Faiq, dado que proviene de una familia acaudalada, cuya fortuna supera los US$20.000 millones.
Faiq es uno de los 17 hijos del príncipe Jefri Bolkiah, hermano del Sultán de Brunei, Muda Hassanal Bolkiah y está en la línea de sucesión al trono en esa nación. El joven nació en Los Ángeles, Estados Unidos, país al que se tuvo que mudar su padre, quien por entonces estaba envuelto en un escándalo público por una causa por malversación de fondos del sultanato. Con el tiempo, la familia fue a Inglaterra, donde el heredero se convirtió en el primer futbolista de la familia real, casi por un capricho deportivo.
En 2009 Faiq pasó a formar parte de las juveniles del Southampton, proveniente de la cantera del AFC Newbury, donde militó en las inferiores hasta pasar al Chelsea en 2014. En los Azules integró el plantel juvenil sub 18 con la idea de pulir sus dotes futbolísticas para debutar en algún momento en la Premier. Sin embargo, nada salió como estaba planeado y en 2017 vio la oportunidad de pasar al Leicester donde permaneció durante tres temporadas, dándolo todo para que se lo tomara en cuenta en el equipo de primera.
“Soy un jugador rápido, al que le gusta hacer que las cosas sucedan. Soy extremo y llevo la 10, me gusta el juego directo y hacer goles”, indica la ficha del duodécimo en la línea de sucesión al trono de Brunei.
El joven que juega de extremo derecho no tiene goles en su haber, solo una asistencia en su carrera por la que fue reconocido en la liga juvenil de la UEFA. Fue durante el partido entre el Leicester y FC Brugge YL, el 13 de septiembre de 2016, en el que su equipo terminó ganando por 2 a 1. En total, jugó seis partidos en la liga juvenil de Inglaterra, en los que sumó 390 minutos de juego, lo que opaca cada vez más su anhelado debut en la Premier. Se estima que su valor de mercado hoy ronda los 227 mil dólares después de haber quedado libre tras un paso sin debut en el equipo principal del Marítimo de Portugal de la primera división.
Con este panorama, Faiq tendrá una tarea difícil para poder encontrar un equipo que lo fiche dada la falta de minutos y la imposibilidad de no haber debutado todavía en primera a sus 23 años, lo que podría ser un problema para ser contratado por un club de elite. En octubre de 2016 debutó en la selección absoluta de Brunei en el partido de clasificación para la Copa Suzuki AFF de ese año contra el Timor Oriental, que terminó 2 a 1 a favor de su equipo. Este es el único partido oficial que disputó con el seleccionado y para poder cumplir ese sueño tuvo que nacionalizarse bruneano.
La vida de un príncipe y futbolista en las redes
En las redes sociales, el príncipe suele compartir parte de su vida y alguna que otra postal relacionada con su carrera futbolística y sus pequeñas hazañas. A finales del año pasado subió en Instagram las imágenes de un encuentro que mantuvo con la Reina Isabel II y el príncipe Carlos, en lo que habría sido una reunión privada antes de la pandemia, que tuvo lugar en el palacio Buckingham.
Si bien es muy poco lo que muestra de su familia, la realeza tiene un muy alto poder adquisitivo en esa nación. Muestra de ello es la exótica mascota que tiene en una de las mansiones de Brunei, con la que el príncipe suele pasar los ratos de ocio. En un video viral se lo ve hacerle un caño a un tigre de bengala que cuida desde que era un cachorro en un extenso garaje, donde se pueden ver varios autos de colección.
Un príncipe desterrado y una herencia incalculable
Faiq es hijo del príncipe Jefri Bolkiah, hermano del Sultán Haji Hassanal Bolkiah, uno de los monarcas más ricos del mundo desde 1967. Su fortuna lo ubica en el noveno puesto de los nobles más acaudalados del planeta, con una jugosa suma que ronda los US$ 20.000 millones, según la revista Forbes. La fuente principal de la riqueza de la familia proviene de la industria del petróleo y el gas, con una exportación de 180.000 barriles diarios.
Jefri ocupó distintos cargos en la función pública como ministro de finanzas entre 1986 y 1997. Fue presidente de la Agencia de Inversiones de Brunei (BIA), un organismo que invierte gran parte de la riqueza de ese país en el extranjero, donde fue acusado de malversación de fondos. Sucede que en el último año de su función pública se desató una crisis financiera en Asia que impactó en las reservas de Brunei.
En medio del conflicto y en un intento por “cubrir” sus espaldas solicitó una auditoría de los libros de la BIA y esto despertó la duda de las autoridades de ese país que lo terminó investigando y acusando de malversar fondos públicos. El organismo que dirigía había acumulado deudas por 17.000 millones de dólares, con la Amedeo Development Corporation (ADC), su compañía privada.
Ese mismo año, Jefri fue acusado de fraude y debió abandonar el país; a cambio de no ir preso tuvo que entregar gran parte de sus bienes en esa nación. El príncipe se instaló en Estados Unidos con su familia y en mayo de 1998, un año después de su exilio, nació Faiq, en medio de la desgracia transitoria de su padre.
En 2001 la Justicia de ese país confirmó la causa contra el hermano del Sultán y a cambio de no ir a la cárcel tuvo que entregar más de 10 mil objetos de valor incalculable y propiedades de su autoría que fueron rematados en una subasta pública. Así, el príncipe Jefri fue despojado de gran parte de su fortuna para cubrir cerca de US$15.000 millones malversados.
Entre los bienes e inmuebles que entraron en la subasta pública había un Airbus A340; Boeing 747 privado; un helicóptero Sikorsky; un auto de Formula 1; vajillas de plata; pinturas originales de Renoir y Degas; un lujoso yate; y una flota de 2000 automóviles de lujo entre los que se había Rolls Royce, Aston Martins y Bentley.
Después de más de 10 años de permanecer exiliado en Estados Unidos, más precisamente en 2009, el príncipe y su familia pudieron regresar a Brunei, junto a la familia real. Ahí fue absuelto de sus cargos. Poco a poco la familia se ha recuperado de la gran crisis económica que atravesaron y que los obligó a perder casi la mitad de su fortuna. Se dice que en gran parte fueron ayudados por el Sultán, cuya fortuna en los 70 era cercana a los 30 mil millones de dólares.
En estos años en el extranjero, el hermano exiliado cosechó una fama de “chico playboy” y llegó a gastar cerca de 20 millones de dólares en un día para contratar a Michael Jackson para que actúe en una fiesta privada en el día de su cumpleaños número 50. Pese a su fama de bon vivant, Jefri está casado con tres esposas y está divorciado de otras dos. Producto de estas relaciones tuvo 17 hijos, entre los que se encuentra Faiq. Los hermanos fueron educados entre Estados Unidos e Inglaterra, el lugar predilecto del futbolista y donde se enamoró de este deporte.
“Nunca hubieras pensado que era algo así como el duodécimo en la línea de sucesión al trono. Solíamos bromear sobre que no necesitaba jugar al fútbol, pero quería jugar porque amaba el fútbol”, dijo al medio The Athletic Ruben Sammut, excompañero de equipo en Chelsea y explicó que a pesar de su linaje, Faiq siempre se mantuvo humilde.
Brunei, el gigante petrolero con un príncipe futbolista
Brunei es una minúscula nación de menos de medio millón de habitantes en la isla de Borneo, que conserva una de las pocas monarquías absolutas que quedan en el mundo. Es prácticamente una mancha de 5765 kilómetros cuadrados sobre la costa septentrional que casi pertenece al sultán y a toda su familia. La isla está dividida en dos secciones diferentes, rodeadas por Malasia y el mar de la China Meridional. Es famosa por sus playas y la biodiversidad de su bosque pluvial, protegido en gran parte dentro de reservas.
Las finanzas de la familia real amplían en gran medida el PIB [12,2 millones de dólares] de ese país. “Ellos manejan la Brunei Investment Agency y el Tesoro como si se tratara de su alcancía particular. Es imposible desglosar lo que pertenece al gobierno de lo que pertenece a la familia. Son esencialmente una misma cosa”, dijo allá por el 2000 un diplomático que trató de cerca a la monarquía.
Los bienes de la realeza
Entre las diversas propiedades que conservan las corporaciones de la familia de Jefri hay tres hoteles muy importantes en el mundo: el New York Palace, el Bel Air de Los Ángeles y el Plaza Athénée, de París. También está Amedeo Crown, una compañía registrada en Jersey, Gran Bretaña, dueña de Asprey y otros conocidos negocios británicos. La compañía, además, administra Mappin & Webb y Watches of Switzerland y varias lujosas mansiones en Hampstead, Londres. Se cree que el padre de Faiq pagó algo más de nueve millones de libras esterlinas por dos casas contiguas en The Bishops Avenue, donde invirtió otros diez millones de libras para hacer de ellas un solo inmueble hace diez años.
El sitio The Richest estima que el valor de las casas de California, propiedad de la familia real, era de US$ 48 millones, mientras que las casas de Las Vegas tiene un precio de mercado de $ 37,5 millones. Sin embargo, no fue sino hasta que llegó a Inglaterra que pudo pasar más tiempo en la extravagante propiedad de Bolkiah’s St. John’s Lodge, una residencia privada en Westminster en Londres.
Las extravagancias del sultanato
El Sultán es famoso por su vasta colección de automóviles y la excentricidad en su estilo de vida. Ese mismo sitio estima que posee alrededor de 7000 autos y se cree que ha invertido más de US$789 millones en autos de alto rendimiento.
Según Guinness World Records, la colección privada del Sultán es más de 600 Rolls-Royce, más de 450 Ferraris y 134 Koenigseggs, la colección más grande de esa marca en el mundo. Durante la década de 1990, su familia representó casi la mitad de todas las compras de Rolls-Royce, comprando a granel vehículos ligeramente modificados para diplomáticos y agregando autos únicos a su propia colección. También fue dueño del primer Rolls-Royce Phantom VI, un landaulette estatal de 1992.
Sin embargo, todos estos lujos y bienes que posee la familia no han servido de mucho para que el joven príncipe pueda desplegar su talento en la cancha y llegar a la tan deseada Premier League.
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