Galperin se asoció con un grupo de empresarios argentinos para adquirir una franquicia de rugby que desde el año próximo participará de la MLR (Major League Rugby), la liga profesional de rugby de Estados Unidos
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Empezó con “no sé qué decir” y terminó dando uno de los discursos más memorables de su carrera. Y tiene unos cuantos. “La vida es un juego de milímetros”, les dice Al Pacino en la piel de un veterano entrenador de fútbol americano a sus jugadores en un momento de la charla motivacional previa al Super Bowl. “Si voy a seguir viviendo es porque todavía tengo fuerzas para pelear por ese milímetro. De eso se trata vivir”. En Any Given Sunday (Oliver Stone, 1999), una de las películas sobre deportes más logradas y taquilleras de Hollywood, Pacino personifica a Tony D’Amato, entrenador de Miami Sharks, un equipo de fútbol americano.
Ahora, los Miami Sharks cobran vida de la mano de Marcos Galperin. El fundador de Mercado Libre se asoció con un grupo de empresarios argentinos para adquirir una franquicia de rugby que desde el año próximo participará de la MLR (Major League Rugby), la liga profesional de rugby de Estados Unidos. La impronta argentina no se agota en sus propietarios, sino que se derrama hacia toda la estructura: plantel, el staff de entrenadores y el personal administrativo.
El primer jugador en ser contratado, y el único hasta ahora, es Tomás Cubelli, medio-scrum de los Pumas que se apresta a jugar su tercer Mundial. En la mira está Nicolás Sánchez, el máximo anotador en la historia del seleccionado, y la intención es que la columna vertebral esté compuesta por otros connacionales. El head coach será José ‘Cochi’ Pellicena, ex entrenador de los Pumitas. Y en la figura de embajador aparece Juan Martín Hernández, uno de los mejores jugadores argentinos de la historia.
Con una inversión inicial que asciende a 20 millones de dólares, la aventura que emprendieron Galperin y compañía no está exenta de riesgos. Luego de seis años de existencia, la MLR no superó aún la etapa de consolidación y en ese lapso debió sortear no pocos contratiempos. No obstante, el potencial de la apuesta se sustenta en el Mundial de 2031 que se jugará en Estados Unidos, el creciente interés por el rugby en ese país y un mercado inconmensurable como el norteamericano, ávido de consumo de deportes.
El interés de los inversores, como el caso de Christina Pagniacci, la dueña de los Sharks de ficción, encarnada por Cameron Diaz, excede lo meramente pecuniario. Galperin mismo es un ex jugador de rugby: hizo juveniles en el club San Andrés (el mismo de Marcos Moneta, la estrella de Pumas 7s) hasta los 18 años, cuando abandonó para irse a estudiar finanzas a la prestigiosa The Wharton School de la Universidad de Pensilvania. En 1999 fundó Mercado Libre y según la revista Forbes es el argentino más rico del mundo, con una fortuna calculada en 3.900 millones de dólares.
Inversor mayoritario
Todavía más afín al rugby es Alejandro Macfarlane, el principal socio de Galperin en este emprendimiento. Ex jugador de Belgrano Athletic (al igual que Miguel Galperin, hermano de Marcos), Macfarlane es inversor mayoritario de Camuzzi, la mayor distribuidora de gas de la Argentina. Empresario del rubro energético, fue miembro del directorio de YPF durante la tenencia de Repsol y CEO de Edenor con Pampa Energía, el grupo de Marcelo Mindlin. El tercer integrante del grupo inversor es Ronaldo ‘Koni’ Strazzolini. Ex vicepresidente del Citibank, proviene de los mercados financieros. En la actualidad es uno de los socios de Magna Capital, un fondo de inversión que se dedica a fusiones y adquisiciones de empresas.
En el brochure de presentación del equipo también figuran como copropietarios dos argentinos más, ambos radicados en el sur de la Florida: Edgardo Defortuna, fundador del Fortune International Group, una de las firmas de bienes raíces más grandes del sur de la Florida, y Santiago Ocampo, director de Jefferies Asset Management, empresa dedicada a la consultoría de inversiones con sede en Nueva York.
La primera y hasta ahora única incorporación del equipo es Tomás Cubelli. El medio-scrum de los Pumas, que en junio finaliza su contrato con Biarritz, de la segunda división de Francia, se encamina a disputar su tercer Mundial. “Me entusiasma el hecho de que sea algo nuevo y con mucha impronta argentina. Va a ser una experiencia distinta, con mucho por hacer. Me gusta el desafío. Es una liga que crece año a año”, cuenta a LA NACION Cubelli, quien firmó por una temporada con opción de una más. Próximo a cumplir 34, con un hijo de un año, la familia asciende lugares entre sus prioridades. “No conozco Miami, pero al ser una comunidad con muchos argentinos, y después de haber estado en Francia, en Australia, viajando desde los 20 años, me pareció una buena escala antes de volver a la Argentina. Además me cerró a nivel calendario; no quería volverme a sumar a un equipo con la temporada empezada. Acá arrancamos todos de cero.”
Viejo conocido
En Miami, Cubelli volverá a encontrarse con Cochi Pellicena, a quien tuvo como entrenador en Pampas XV, en sus inicios en rugby rentado. “Tomi nos va a aportar mucha experiencia y profesionalismo adentro del equipo, transmitiendo sus conocimientos de haber jugado en varios países y como jugador del seleccionado argentino. Es una pieza fundamental, no sólo en el juego sino también en todo lo que conlleva afuera de la cancha”, explica el entrenador formado de La Plata RC, con amplio recorrido dentro del sistema de la UAR.
“Me atrajo la idea de arrancar algo de cero, armarlo a la medida de lo que yo considero sería lo mejor, desde la infraestructura hasta la elección de jugadores, y principalmente lo que es el propósito y los principios del equipo en general”, agrega quien estuvo en la UAR desde 2014, fue parte del staff de Jaguares en sus primeros dos años en el Super Rugby y desde 2017 estuvo al frente de los Pumitas (incluyendo el cuarto puesto en el Mundial Juvenil de Rosario 2021). De hecho, en noviembre, poco antes de aceptar el puesto en Sharks, había sido nombrado Secretario Técnico de la UAR. “Es gran un desafío que vamos a arrancar siendo nuevos, similar a lo que nos ocurrió con Jaguares, pero el objetivo es ser competitivos en todo lo que hagamos. Ése es el propósito adentro y afuera de la cancha.”
Pellicena acepta que el equipo tendrá una “impronta argentina”, siempre aggiornada a las características de la liga y a que la mayoría del plantel estará compuesto por jugadores norteamericanos. Seguro habrá más compatriotas en el equipo. Uno de los pretendidos es Nicolás Sánchez, que el sábado finaliza su temporada en el ya descendido Brive del Top 14 de Francia y aspira a un lugar en la lista de Michael Cheika para Francia 2023. El tucumano también analiza ofertas de Japón y otros clubes de Europa. Hay otros argentinos en carpeta y, según pudo saber LA NACION, la mayor dificultad radica en conseguir primeras líneas de calidad.
La creación de esta franquicia tan argentina choca en cierta forma con los intereses de la UAR, al punto que hubo intentos de disuadir a los inversores de continuar con su emprendimiento. La UAR tiene la mirada puesta en el Super Rugby Americas, una liga profesional con equipos de Sudamérica que va por su cuarto año de existencia y esta temporada incluyó a American Raptors de Estados Unidos, una franquicia que antes participaba en la MLR. La intención es retener en ese ámbito a los jugadores que no sean de elite (los que actúan en clubes de primera línea de Europa) y quieran apostar por una carrera profesional dentro del rugby, de manera de tenerlos bajo su órbita para una eventual convocatoria a Argentina XV o los Pumas. Tampoco resigna la posibilidad de volver al Super Rugby; el mayor impedimento, hoy por hoy, es la ausencia de vuelos directos a Nueva Zelanda y Australia.
De todas formas, la MLR ya está bastante teñida de celeste y blanco. En la presente temporada hay un récord de 25 jugadores argentinos, un número que creció en parte gracias al equipo de Dallas Jackals, que se incorporó el año pasado y tiene cúpula y plantel argentinos: Santiago Sodini (ex Duendes) como General Manager, Agustín Cavalieri (ex Jockey de Rosario) como head coach, Mario Ledesma como asesor, y 13 argentinos en el plantel, la mayoría de ellos rosarinos; hasta sus camisetas se asemejan, una a la del Jockey y otra a la de Duendes. En otros equipos hay jugadores de renombre, como Joaquín Díaz Bonilla, Ramiro Herrera y Lautaro Bávaro.
Historia
La Major League Rugby nació en 2018 como la segunda liga profesional de rugby de los Estados Unidos. La primera había sido un intento fallido que apenas duró una temporada, en 2016. Denominada PRP Rugby, estaba regida por la unión de ese país (USA Rugby) y contó con cinco equipos que habían contratado a figuras como los neocelandeses Mils Muliaina y Orene Ai’i (estrella del seven), el italiano Mirco Bergamasco, el sudafricano Pedrie Wannenburg y el apertura tongano Kurt Morath. A diferencia de ésta, la nueva versión no depende de USA Rugby sino que pertenece a capitales privados, con intereses muchas veces contrapuestos. De hecho, el seleccionado de Estados Unidos se quedó afuera de un Mundial por segunda vez en su historia tras perder con Uruguay, Chile y Portugal, tres instancias de clasificación.
De las siete franquicias que disputaron la primera temporada de la MLR quedan cinco, aunque se fue expandiendo y en la temporada actual cuenta con 12 participantes. Para 2024 serán 13 con la adición de Miami Raptors. En las primeras temporadas contrataron jugadores de elite mundial, aunque quemando sus últimos cartuchos: los All Blacks Ma’a Nonu y Rene Ranger, el francés Mathieu Bastareaud, el Springbok Tendai Mtawarira, los australianos Matt Giteau, Drew Mitchell, Adam Ashley-Cooper, Paddy Ryan, Chris Latham, Digby Ioane, el inglés Ben Foden. De a poco se fue convirtiendo en un mercado apetecible para los argentinos. El más renombrado en sumarse fue Juan Manuel Leguizamón (en 2020 y 2021), luego de retirarse del seleccionado.
Más allá de los vaivenes y de que todavía está lejos de ser un fenómeno popular, con 2110 espectadores de promedio por partido en la temporada 2022, el rugby está en franco ascenso en Estados Unidos. En febrero, el partido entre San Diego Legion y Utah Warriors convocó a la cifra récord de 11.423 espectadores. Un encuentro por fecha es televisado por la cadena Fox Sports y la audiencia asciende a entre 200.000 y 300.000 televidentes. El resto de los partidos se transmiten de manera gratuita via streaming por TheRugbyNetwork.com, un sitio que tiene más de 100.000 suscriptores. La temporada se extiende de febrero a julio y consta de 18 fechas de temporada regular, una de playoff, semifinales y final (103 partidos en total).
A pesar de que el rugby -con partidos de dos tiempos de 40 sin interrupciones que permitan introducir otros elementos más propios del showbusiness que del deporte- no se ajusta a los estándares de los gustos de los norteamericanos la MLR ha logrado adaptarse a la demanda sin salirse del reglamento (por ejemplo, extendiendo los tiempos muertos permitidos para hidratarse) y logró hacer de los partidos un componente más de un programa familiar que se extiende más allá de lo que pasa en los 80 minutos de juego.
Deporte en crecimiento
Al mismo tiempo, el rugby es considerado el deporte de mayor crecimiento en los Estados Unidos según un estudio de la consultora Nielsen. A punto tal que ha logrado establecerse como el sexto en importancia en el país, detrás del fútbol americano, el béisbol, el básquet, el hockey sobre hielo y el fútbol, al que se propone desplazar. Y Estados Unidos tiene en la mira los Mundiales de 2031 (masculino) y 2033 (femenino), además de los Juegos de Los Ángeles de 2028 con el seven como disciplina, donde ya se ha establecido como un seleccionado competitivo desde que se convirtió en un deporte olímpico.
Por ello, el proyecto de Miami Sharks es a largo plazo y no se limita al equipo profesional. Tendrá una academia y un programa para juveniles. En el transcurso del año realizará dos campamentos para reclutar jugadores. Por ser una franquicia en expansión, tiene asegurado el número 1 del draft colegial de 2022, al estilo NBA o NFL.
“Miami es un mercado tremendo para el rugby, una ciudad vibrante, con una gran conexión con América Latina. Creo que podemos construir algo especial”, destaca desde el sur de Florida Mark Winokur, CEO de la franquicia, uno de los pocos componentes locales de los Sharks. Winokur tiene experiencia en el rubro por haber cumplido la misma función en Toronto Arrows, miembro fundador de la MLR, y le ganó la pulseada a varios argentinos que aspiraban al puesto, entre ellos varios ex Pumas. “Creo que puede ser una gran vidriera para que los jóvenes se sientan atraídos por este deporte. Queremos construir un equipo con jugadores con gracia y estilo. Que sea entretenido, que forje una cultura no sólo dentro del campo de juego sino que se transmita a la comunidad también. Florida es cuna de grandes atletas y esperamos atraer a algunos hacia al rugby y elevar el nivel. Además hay buen clima y excelentes instalaciones deportivas. También va a haber academias para menores de 14. Es un proceso largo al cual apuntamos es que en 5 a 10 años todos los jugadores sean nativos”, dice.
La glamorosa presentación en sociedad realizada en el Faena Theater de South Beach contó con 300 invitados, entre ellos Juan Martín del Potro y figuras del mundo empresarial, como Nicolás Caputo y Martín Migoya, CEO de Globant. También asistió el ex Puma Juan Martín Hernández, que oficiará de embajador y consejero del equipo.
Todavía no hay confirmación sobre los lugares de entrenamiento y el estadio que utilizará para jugar. Una posibilidad, según trascendió, es el de Inter Miami, equipo de la MLS que pretende incorporar a sus filas a Lionel Messi.
Los dos principales sponsors que se sumaron al proyecto hasta aquí también son de procedencia argentina: la consultora financiera BlackTORO Global Investments, una compañía americana de asesoramiento financiero fundada por Gabriel Ruiz, Alejandro Goldaracena y Fernando Marengo y que cuenta con los hermanos Luis y Lucas Pescarmona entre sus accionistas, y VALO, cuyo director es Juan Nápoli.
La temporada comienza en febrero, pero los abonos ya están a la venta. La versión VIP, que incluye camiseta, entradas para dos personas para ver los ocho partidos de la temporada en ubicación preferencial con catering incluido y un certificado de miembro fundador, está a US$2500; la opción familiar para cuatro personas sale 1000, mientras que la básica (sólo entradas para los partidos) cuesta 225.
En la película de Oliver Stone debieron ponerles nombres ficticios a los equipos debido a que la NFL consideró que la trama no se condecía con los valores que pregonaba. Así, en lugar de Dolphins denominaron Sharks a la franquicia de Miami, un nombre ciertamente superador. En la escena final, Pacino traiciona a Cameron Diaz al irse a otro equipo que le ofrecía más dinero. Los Miami Sharks de la realidad sólo se asemejan a los de la ficción en el nombre y en la forma ovalada de la pelota. Milímetro a milímetro, quiere llegar a lo más alto.
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