Messi: un tiro libre, decenas de capturas para contarlo

Ahora mismo sucede algo especial, casi inédito, con el tiro libre de Lionel Messi a Estados Unidos: las múltiples capturas de ese gol por parte de los aficionados son más vistas que la transmisión original. El gol de Diego Maradona a los ingleses que tenemos en nuestro disco rígido es el de la televisión. En cambio, este gol, menos trascendente pero espectacular por su ejecución, se instala como una sucesión de tomas móviles, temblorosas, desde la periferia del campo de juego y con la emoción gritada por quienes lo grabaron.

Así son estos tiempos. Nos vamos a dormir a la medianoche , después de una goleada y una clasificación a la final, con la certeza de que todavía no vimos todo. La historia recién se completará cuando visitemos nuestras redes sociales y tengamos un panorama más amplio que lo visto por TV. Pero el asunto va más allá: tenemos que hacerlo porque la televisión tampoco muestra todo y corremos el riesgo de no conocer lo que sucedió en un partido de fútbol. Tal fue el caso del intruso que cruzó todo el campo de juego para arrodillarse a los pies de Messi, una historia reconstruida y contada con lujos de detalle en LA NACIÓN.

El español José Luis Rojas es periodista y profesor universitario.Su blog Periodismo Deportivo de Calidad analiza las nuevas narrativas y tendencias del periodismo deportivo en todo el mundo. A pedido de LA NACIÓN aporta su visión sobre este fenómeno: "En primer lugar hay que apuntas que las plataformas sociales sitúan en un mismo plano tanto a periodistas como a hinchas y los deportistas, que son los protagonistas. Los primeros hace tiempo que perdieron la exclusividad a la hora de opinar y comentar, ahora la credibilidad también han de compartirla con el tuitero o el bloguero experto. Es alguien que sabe mucho y no está en la redacción de ningún medio y cuenta con un volumen importante de seguidores; además, las redes sociales han empoderado al hincha, que de pronto se siente importante al ser también fuente y aliado del periodismo. Participan en la creación y distribución de los contenidos que luego los medios no dudan en recoger en su cobertura del evento. Por último, los deportistas, protagonistas centrales de todo este asunto, han cambiado la sala de prensa tradicional por su cuenta de Twitter, Instagram o Periscope para contar sus impresiones del partido y dar a conocer su estado de ánimo. No necesitan ya al periodista para colocar su mensaje y llegar al aficionado".

Los números gobiernan al deporte también en este rubro. Solo una cuenta de Instagram llamada Golazo Weekly registra más de 840 mil reproducciones del intruso que abrazó a Messi y otras 700 mil del tiro libre tomado desde la tribuna. A eso hay que sumarle las reproducciones en otras redes sociales de la misma situación. Es evidente que esa mirada del gol "desde afuera" es la que domina la escena y va camino a convertirse en la memoria que evoquemos dentro de un tiempo.

"El periodismo no puede obviar la importancia de los contenidos generados por el usuario. Tienen un enorme valor, son necesarios y demandados para completar el relato de un encuentro deportivo. Ese relato ya es coral. Esa historia que construyen los medios periodísticos cuenta con todas las fuentes presentes en redes sociales, sea un tuit, una fotografía o un Vine que sube a su cuenta un aficionado. De esta forma, el relato no se completa hasta que no ofrece todos esos puntos de vista, hasta que no incluye la visión del espectador. Esa visión aporta una perspectiva única y diferente, y en muchos casos llega adonde no puede hacerlo el periodismo, que se vuelve así colaborativo. De ahí que entre las nuevas tareas profesionales se encuentre la de saber tamizar y editar esa inmensa cantidad de contenidos que circulan por las redes para seleccionar. No todo tiene el mismo valor ni todo se ajusta a lo que debe emitir un medio de comunicación..", describe Rojas.

Alguna vez Joseph Blatter dijo que los errores arbitrales eran útiles para el fútbol porque eso alimentaba las polémicas durante días, meses y años. En su libro "No te vayas, Campeón", Roberto Fontanarrosa sostiene que la televisión se justifica como invento si solamente sirviera para transmitir fútbol. Seguimos conservando ciertas costumbres: los árbitros se equivocan, los debates consumen vidas enteras y la televisión condensa todos esos comportamientos. Pero los partidos no terminan en los 90 minutos y la TV ya no alcanza para la mirada completa. Finalmente el espectador ganó la batalla. Se reservó la edición definitiva de la historia.

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