

Encontrá resultados de fútbol en vivo, los próximos partidos, las tablas de posiciones, y todas las estadísticas de los principales torneos del mundo.
Nadie podrá decir jamás que el fútbol argentino nació con Maradona, pero sí es posible afirmar que fue con él –por él, gracias a él– que terminó de confirmar su grandeza. Antes que Maradona, vale decirlo, estuvieron los subcampeones olímpicos de Amsterdam 28, el subcampeón del mundo de Uruguay 30, un tal José Manuel Moreno que representó como pocos a la generación dorada de los 40, los Sudamericanos del 50, Alfredo Di Stéfano y, por supuesto, el campeón del mundo de Argentina 78. Esto es: desde siempre existió la pasión por una camiseta que Maradona llevó al extremo (la pasión) y a la gloria (la camiseta).
"La selección es mi vida." Bastaría con esa frase suya, solamente, para definir el sentimiento de Diego Armando Maradona por la camiseta argentina. Pero, fiel a sí mismo, no es lo único que ha dicho ni hecho. Y tanto por una cosa como por la otra, es posible sacar la conclusión, sin temor a equivocación alguna: son escasos en el fútbol de cualquier rincón del mundo los ejemplos de una identificación tan notable entre un jugador y su equipo nacional. Eso escapa a cualquier controversia, que parece inevitable cuando de Maradona se trata.
No son pocos los que sostienen que el puntapié inicial de esta verdadera historia de amor futbolero fue un desencuentro, poco más de un año después de su debut oficial en el equipo: exactamente el 19 de mayo de 1978, César Luis Menotti decidió que todavía no estaba listo para afrontar un Mundial y lo desafectó del equipo que encaraba la recta final hacia la Copa del Mundo. Aquel simple gesto, que entonces no provocó la polémica que uno imaginaría hoy, despertó en Diego uno de los sentimientos que se convertiría en el principal combustible para darle marcha al motor de su carrera incomparable: la bronca, la necesidad de revancha, el ansia febril de demostrar cuánto en realidad valía. Aquella misma tarde, ante su familia reunida y llorosa, dejó caer la sentencia: "Esto no va a quedar así. Ahora voy a jugar mejor que nunca, voy a meter muchos goles, voy a pasarles el trapo a todos, voy a salir campeón. Lo voy a hacer por mí, por ustedes, por Fiorito...". Y lo hizo, finalmente. Y a partir de aquel momento, su andar por el fútbol –que no pasó precisamente inadvertido– estuvo marcado por la selección nacional.
Destellan, como flashes, hitos de esa historia: su primer gol, ante Escocia, en Glasgow, o aquel otro contra Resto del Mundo, en el Monumental, y el que no fue pero debió ser, contra Inglaterra, en Wembley; también, claro, la enorme frustración de su primer Mundial, el de España 82, al que llegó con todos los boletos para ser el número 1 y del que se fue con más de aquel combustible –bronca, revancha, ansia– como para afrontar lo que se venía. Por eso sintió que tocaba el cielo con las manos cuando Carlos Salvador Bilardo lo condecoró con la titularidad indiscutida y con la capitanía soñada. Fue a partir de entonces cuando impuso su filosofía: "Lo primero que me propuse en ese momento fue construir algo, una conciencia: jugar por la selección debía ser lo más importante del mundo. Si teníamos que viajar miles y miles de kilómetros, hacerlo; si teníamos cuatro partidos por semana, jugarlos; si teníamos que vivir en hotelitos que se caían a pedazos, aceptarlo... Todo, todo por la selección, por la celeste y blanca. Ese era el estilo que quería transmitir". Y lo transmitió, finalmente. Porque sobran los ejemplos de Maradona representando aquello que los argentinos quieren: ganarle a Brasil con un tobillo a la miseria, en 1990 y después, insultar públicamente a quienes silbaban el himno argentino, en Roma; ganarles a los ingleses con dos goles tan diferentes como inolvidables, en 1986 y, después, calificar a los dos de grandiosos, pero destacando del primero que para él tuvo sabor a revancha por la Guerra de las Malvinas; ganarles a los alemanes con todo el público en contra, en 1986 y, después, marcar una diferencia tan grande sobre el resto de los jugadores como sólo Pelé lo había conseguido antes.
Así fue su parábola mundialista: llegó la gloria máxima de México 86, donde brilló para su equipo como nunca nadie lo había hecho antes; el esfuerzo supremo de Italia 90, donde jugó en condiciones en las que cualquier ser humano no habría podido siquiera caminar; el dolor irreparable de Estados Unidos 94, donde le... "cortaron las piernas".
Algunos creen que Maradona se retiró del seleccionado después de aquella tristeza infinita. Pero no es cierto. Lo desmiente él cuando declara, tras el derrumbe reciente de Corea-Japón 2002: "Los jugadores querían que esté con ellos; por eso me siento culpable de la derrota". Y lo desmiente él, una vez más, al afirmar: "En la selección tiene que haber una ley, pero no la de los políticos o la del Congreso, sino la ley del sentimiento. El jugador de la selección es responsable de representar al país y sentir eso es hermoso, realmente hermoso".
Maradona logró una identificación con la camiseta que nunca nadie antes había conseguido. Y también hizo cosas que nunca nadie antes había hecho. En definitiva, que Maradona representa en la cancha –y también fuera de ella, cómo no– lo más parecido a la argentinidad. El sentimiento ganador, la fortaleza ante la adversidad y las carencias, la rebeldía, el talento y la picardía para resolver situaciones complicadas. Quizá por eso, en el más lejano rincón del mundo que uno se encuentre, el diálogo es posible: "¿Argentina? ¡Maradona!".
10 fueron los títulos: Mundial juvenil 79 (Argentina); Metropolitano 81 (Boca); Copa del Rey 83 (Barcelona); Mundial México 86 (Argentina); Liga italiana 86/87 (Napoli); Copa Italia 86/87 (Napoli); Copa UEFA 88/89 (Napoli); Liga italiana 89/90 (Napoli); Supercopa italiana 91 (Napoli), y Copa Artemio Franchi 93 (Argentina).
373 goles convirtió Maradona en su paso por Argentinos (116), Boca (35), Barcelona (38), Napoli (115), Sevilla (8) y los seleccionados argentinos, mayor y juvenil (61), considerando todas las competencias.
726 partidos disputó Maradona en su paso por Argentinos (166), Boca (71), Barcelona (58), Napoli (259), Sevilla (29), Newell’s (5) y los seleccionados argentinos, mayor y juvenil (138), considerando todas las competencias.
Encontrá resultados de fútbol en vivo, los próximos partidos, las tablas de posiciones, y todas las estadísticas de los principales torneos del mundo.