Mano de Piedra Durán: el último golpe de un guerrero de los rings

Había sido insólita la huida del ring ante Sugar Ray Leonard. Roberto Durán apareció ante la asombrada prensa y, antes de la primera pregunta, provocó la sorpresa. "Estoy cansado del boxeo. Para mí se terminó." Aquel 25 de noviembre de 1981, en Nueva Orleáns, el guerrero panameño sonaba enérgico y convencido de su decisión.

Significó el principio de la serie de vaivenes. De advertencias de retiros y adioses tan pomposos; de regresos heroicos y poco felices, como fugaces y repetidos desafíos a Cronos. Sus Manos de Piedra acostumbraron a las nuevas generaciones a observarlo como el viejo guerrero que cada tanto asomaba su leyenda para calzarse los guantes y repetir esa frase que oficiaba de excusa: "Viejo es el viento y aún sigue soplando".

Pues parece que el futuro no prevé tornados ni huracanes, apenas una imperceptible brisa. Poco más de dos décadas después de aquel fugaz anuncio y de 34 años como pugilista profesional, con kilos y canas que fueron tomándolo por rehén, Roberto Carlos Durán dijo basta por última vez. Cuando el reloj de su vida hace rato pegó las 50 campanadas. "Me retiro por respeto a mis hijos y al pueblo panameño. Siempre expresé que quería morir sobre el ring, pero Dios quiso que siguiera vivo y me mandó un aviso", explicó el Cholo, como mejor lo conocen en su querido Panamá. La referencia divina tiene que ver con el grave accidente de tránsito que sufrió en octubre último, en Buenos Aires, y del que le tomó bastante tiempo recuperarse físicamente.

Suspiró, entonces, doña Clara, que sufrió horrores desde que el segundo de sus nueve hijos decidió dedicarse al boxeo. Roberto tenía 14 años y -según cuenta uno de los tantos mitos que lo rodea- había sido expulsado de la escuela en el barrio de El Chorrillo, un suburbio de la capital panameña donde nació. A su padre, Margarito, un marinero mexicano, recién lo conoció a los 18 años.

"Por mi primera pelea gané 25 dólares. Tenía 15 años y me di cuenta de que sería millonario." Tan dura fue su infancia como fructífera su carrera: peleó en cinco décadas, aunque en los años 70 su estrella brilló con el mayor de los fulgores. Campeón liviano durante seis años (tiene el récord de defensas, con 12), se convirtió en héroe nacional panameño y en amigo del entonces presidente Omar Torrijos.

Llegó al cielo con la victoria ante Leonard en el 80, pero el desquite (antes mencionado) lo empujó cuesta abajo. "Cuando pierda el título, la gente dirá que me pasó por borracho, mujeriego y holgazán... y algo de razón tienen", había anticipado. Su vocación por la cerveza y el vivir desenfrenadamente precipitó cada uno de sus regresos posteriores. No pudo con Wilfred Benítez, retiró a Pipino Cuevas y fracasó ante Marvin Hagler. Después, lo despedazó Tommy Hearns, en tan sólo un par rounds, dos de los asaltos más encarnizados que se recuerden.

Le quedaban garra y alma y las subastó en 1989, cuando sorprendió a Iran Barkley y a todo el mundo coronándose campeón mundial mediano. Leonard volvió a interponerse en su camino y el resto transformó la historia de Mano de Piedra en esporádicos regresos ante desconocidos e ilustres veteranos como Héctor Macho Camacho.

En 1997 llegó a la Argentina para medirse con Locomotora Castro, aunque su vínculo con nuestro país había nacido mucho tiempo antes. El promotor argentino Luis Spada le recomendó Buenos Aires, en 1983, como escala previa de entrenamiento para una pelea en Sudáfrica. Incluso, como devoto católico, no perdió ocasión de escaparse hasta Luján a visitar a la Virgen.

Porque siempre vio al boxeo como el ingrediente más importante para ser un verdadero macho , acompañó con alegría la carrera de Roberto Jr. y aceptó a regañadientes la decisión de la bella Irichelle de calzarse los guantes. Sus dos hijos, fruto del matrimonio con su incondicional Felicidad Iglesias, no pudieron escaparle a una actividad que marcó sus vidas.

Siempre bordeó la extravagancia. El corazón latino, la fama, el buen humor y la debilidad por el jolgorio lo hicieron volcarse por la música. No era extraño observarlo aporrear timbales e incluso entonar canciones de salsa. Es que nunca intentó ocultar su poco apego al gimnasio, algo que quedó certificado en una frase histórica: "Es mentira que no me entreno para mis peleas. Para ganarle a Esteban De Jesús estuve una semana sin tomar cerveza y fui al gimnasio como 15 días". Incorregible. Auténtico. Como lo describe aquella vez que en el medio de la filmación de un comercial de una cerveza se negó a continuar con la publicidad porque la bebida no le había gustado...

La determinación de este Durán que hoy pesa 96 kilos (35 más que cuando fue campeón mundial por primera vez) fue inevitable, aunque sienta que sus planes hayan sido trastocados: el año último pensaba efectuar una última pelea con el mexicano Julio César Chávez, pero el accidente se atravesó en su destino.

El adiós de un grande siempre implica tristeza. ¡Qué extraño es el destino que el mundo del boxeo extrae su mejor sonrisa para recibir la decisión de Durán! El Cholo de las 120 peleas. El mismo que la prestigiosa revista The Ring postuló como mejor boxeador latino de todos los tiempos. El que dilapidó millones en su fórmula de vivir, cantar, gozar de la vida.

Dicen que el viento dejará de soplar ahora que la leyenda Durán no tendrá la personificación sobre un ring. Aunque tenía que ser obligado. El corazón y la garra del viejo Mano de Piedra no podían ser vencidos tan fácilmente.

Ficha personal

Nombre: Roberto Carlos Durán.

Fecha y lugar de nacimiento: 16 de junio de 1951, en El Chorrillo, Panamá.

Apodos : Cholo y Mano de Piedra.

Récord profesional: efectuó 120 peleas, de las cuales ganó 104 y perdió 16, con 70 triunfos por KO.

Campeón liviano AMB y CMB: El 26-6-72, en Nueva York, conquistó el título liviano de la AMB tras vencer por KOT en el 13° al escocés Ken Buchanan. Efectuó doce defensas ante Héctor Thompson, Ishimatsu Suzuki, Esteban De Jesús, Masataka Takayama, Ray Lampkin, Leoncio Ortiz, Lou Bizzarro, Alvaro Rojas, Vilomar Fernández, Edwin Duruet.

El 21 de enero de 1978 volvió a defenderlo ante Esteban De Jesús, a quien superó por KOT en el 12° y le arrebató la corona del CMB.

Campeón welter CMB: el 20-6-80, en Montreal, batió por puntos a Sugar Ray Leonard y logró la corona welter CMB.

Campeón mediano junior AMB: el 16-6-83, en Nueva York, noqueó en 8 asaltos a Davey Moore II y ganó el cetro mediano junior AMB.

Campeón mediano CMB: el 24-2-89, en Atlantic City, se impuso por puntos a Iran Barkley y se apoderó del cinturón mediano CMB.

Ante argentinos: combatió con argentinos en tres ocasiones. El 15-2-97, en Mar del Plata, venció por puntos a Jorge Locomotora Castro. Cuatro meses más tarde, en el desquite en Panamá, el que venció fue Castro.

El 6-3-99, en Mar del Plata, perdió por puntos con Omar Príncipe González.

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