Los Pumas conviven en un entorno familiar, a pesar de la larga distancia

JOHANNESBURGO.- Los 43s3/100 con que Wayde van Niekerk quebró el récord mundial de Michael Johnson en los 400m y ganó la medalla de oro se repiten espasmódicamente en todos los canales de deportes. El vuelo de Luvo Manyonga que valió una sorpresiva medalla de plata en salto en largo domina las tapas de los noticieros matutinos, en los que todavía se habla de la vigencia de Chad le Clos. Sudáfrica está muy inmerso en la fiebre de los Juegos Olímpicos, y aun así, el rugby conserva un espacio saliente. Después de todo, es el deporte más importante de este país, e incluso contribuyó con una medalla (bronce) a las seis que cosechó hasta aquí en la bellísima Río de Janeiro. En ese contexto, el partido del sábado próximo entre Springboks y Pumas, que marca el inicio del Rugby Championship 2016, no pasa inadvertido. Todo lo contrario.

Para los jugadores del seleccionado nacional se trata de un entorno conocido y confortable. Este país fue históricamente condescendiente con los argentinos, desde aquella invitación a una primera gira en 1965 que derivó en el nacimiento de los Pumas (con victoria ante los Junior Springboks incluida) hasta el primer éxito ante los Springboks un año atrás en Durban, pasando por la participación en la Vodacom Cup entre 2010 y 2013 que resultó clave para el desarrollo de quienes hoy conforman el núcleo de este equipo y el apoyo al ingreso de los Jaguares al Super Rugby. Sin ir más lejos, es la tercera vez en el año que el plantel está en Sudáfrica, y en todas las travesías pasaron por esta ciudad capital.

"Nos sentimos muy cómodos. Venimos siempre al mismo hotel [el Southern Sun Montecasino], ya nos conocen y nos tratan muy bien, sabemos por dónde movernos y el clima siempre es muy bueno", subrayó Juan Manuel Leguizamón.

Legui es uno de los integrantes de este plantel que estuvieron en el resonante triunfo del año pasado. "Tengo muy buenos recuerdos, no sólo del partido, sino que tengo muy presente toda la semana previa", contó. "Estaban los Pumas del 65, que nos transmitieron todo lo que habían vivido 50 años antes. Nos dieron un empujón muy grande toda la semana y verlos llorar con el himno fue un extra. En el partido nos salieron muy bien muchas cosas. Fue una semana muy especial, muy buena en muchos sentidos y eso se vio reflejado en la cancha. Esa victoria nos dio confianza para lo que hicimos después en el Mundial", recordó.

Los Pumas llegaron aquí con mayor anticipación de la que acostumbran a un Test-Match como visitantes (están desde el viernes pasado). "En parte es para tener una mejor adaptación a la altura, pero también para que el grupo esté unido", explica Pablo Bouza, uno de los asistentes del entrenador Daniel Hourcade, en referencia a los 700m sobre el nivel del mar que tiene Nelspruit, la sede del partido del sábado. "Lo mismo hicimos hace dos años cuando jugamos en Pretoria [derrota 13-6]. Las dos veces que estuvimos con este staff hicimos muy buenos partidos. Esta vez es diferente, porque antes era la primera vez que el equipo se juntaba en el año y ahora los jugadores llegan con 18 partidos jugando en conjunto".

Dejar atrás los altibajos de los Jaguares y enfocarse en capitalizar el aprendizaje que dejó la primera temporada en el Super Rugby es el gran objetivo del plantel, con el condicionante de tener que medirse con los mejores del mundo en el Rugby Championship. El trayecto comienza este sábado, a 8000km de la Argentina, un entorno que pese a la distancia no deja de ser familiar para los Pumas.

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