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Los más exitosos unieron sus laureles para celebrar
Ponce de León y Rossi, la pareja con mayor cantidad de títulos en la categoría, triunfó en los 200 Km del Súper TC2000, en La Pampa; el juninense es uno de los olvidados por las marcas y el de Del Viso saltó a la punta del campeonato
TOAY, La Pampa.- Son aquellos que suelen estar elegidos por el destino. Que se distinguen no sólo por sus aptitudes, por su talento. Y que, en definitiva, suelen cruzarse con mayor frecuencia con los laureles del éxito.
Es cierto, en el estudio de los vaticinios, eran los candidatos que las estadísticas imponen. En definitiva, no había tripulación más exitosa que la que comandó el rojo Toyota N° 11. Allí estaban su habitual domador, Matías Rossi, y el compañero ocasional elegido para los 200 Kilómetros, el ex campeón Gabriel Ponce de León. Entre ambos, 7 títulos: cuatro para el titular y los tres restantes para aquel que fuera hace más de una década el "niño mimado de Oreste Berta", cuando el entonces Turismo Competición 2000 era dominado por los Ford del Mago.
Pero también es verdad que, tras la clasificación, los pronósticos no ubicaban a la gran pareja como firme candidato. El 11° puesto en la tanda cronometrada, sin la posibilidad de pelear por la pole en la última salida clasificatoria, delataba un déficit con el Corolla. "Si queremos pelear por el título, habrá que mejorar en las clasificaciones. Así no hay chances. No me preocupa la penalización en una competencia convencional. Si penalizo es porque logro resultados", sentenció el propio Rossi, mirando más allá de los festejos en el podio pampeano y con el foco puesto en los próximos cuatro compromisos del Súper TC2000.
"Me sentí muy cómodo. Disfruté de la largada, de la carrera y del auto. La idea era dejarle un coche sin desgaste a Matías, y por suerte se nos dio lo planeado", comentó Ponce de León, uno de esos talentosos que increíblemente la categoría no recluta para exhibir sus merecidos pergaminos. "No me siento olvidado. Entiendo que hay una muy buena cantidad de grandes pilotos", fue la diplomática respuesta del piloto de Junín ante la consulta sobre su alejamiento de la disciplina.
Los 200 Kilómetros se hicieron en Toay. "Esta carrera es de Buenos Aires. Recuerdo cuando debuté, que había un clima inigualable en el Gálvez. Eso no se consigue en otro lugar, por más que este autódromo sea apropiado para la competencia y el estado del circuito porteño no sea el adecuado", fue la directa opinión de Rossi, como siempre, sin pelos en la lengua.
Las miradas, mientras el Toyota recuperaba lugares durante las 49 vueltas, estaban puestas en los Peugeot, que largaron adelante, sólo con el Fiat de Facundo Chapur (conducido por el brasileño Daniel Serra) en el medio. Adelante, el 408 manejado por el invitado Ricardo Risatti. Detrás, el campeón Néstor Girolami, con ansias de llevarse la victoria como lo hizo el año pasado en los 200 Km de Buenos Aires. Pero un roce entre ambos, siguiendo la línea de la enemistad entre los titulares (Girolami-Canapino), derivaron en detrimento de ambos coches de la marca francesa. Girolami perdió todo y el auto de Risatti quedó maltrecho en manos de su titular.
La falta de órdenes de equipo en Peugeot (un tema que signa al team entre sus pilotos), se ejecutó en Renault, la otra marca francesa. Emiliano Spataro tuvo que ceder ante el paso de su compañero Leonel Pernía. "Es un tema que lo hablaré personalmente puertas adentro en el equipo", advirtió Spataro, pese al podio de ambos, acompañados por Valdeno Brito y Josito Di Palma, respectivamente.
Al margen de los resultados, los aplausos, todos, fueron para Javier Merlo, que con un Fiat Linea compartido con Javier Luque, peleó bien adelante, incomodando a los poderosos Peugeot. El modesto equipo M&M Group, con el ingeniero Gerónimo Marinangelli (trabajaba con Juanjo Monteagudo), puso en la pista un auto por demás competitivo, hasta que en el cambio de conductores se detuvo el auto. Lloraba Merlo en los boxes por ese inconveniente, que pese al retraso, no empañó el notable trabajo.
Pasaron los 200 Kilómetros. Esta vez en La Pampa, en lugar del Gálvez. Ganaron quienes ya conocían esto de vencer en una carrera tan especial. Ponce de León en su primera edición, en 2004 (con Patricio Di Palma con Ford), y Matías Rossi (en 2006 con el suizo Alain Menu y con Chevrolet), que no sólo saltó del 11° puesto a la vanguardia: también pasó del 4º lugar en el campeonato a la punta del certamen. Con la contundencia de los elegidos...
ROMERO, EN LA ABARTH
En las disciplinas preliminares también hubo fecha especial. En la competencia de Fiat Abarth Competizione, Christian Romero se impuso en la carrera de los titulares. Entre los invitados ganó Gonzalo Fernández. En la Fórmula Renault triunfó Federico Cavagnero.
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