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“Los de colorado son los nuestros”: la historia detrás de la frase que Carlos Bilardo le gritó al médico de su equipo
Este jueves se estrena la docuserie sobre el DT argentino campeón del mundo en 1986, y allí se recuerda uno de sus más recordados dichos, que pronunció en 1993, cuando era técnico del Sevilla
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Carlos Salvador Bilardo, técnico de la selección argentina de fútbol campeón del mundo en México ‘86, vuelve a estar en boca de todos estos días, y especialmente de sus fanáticos. Es que este jueves la plataforma HBO Max estrena una serie documental sobre su vida llamada Bilardo, el doctor del fútbol.
La realización, dividida en cuatro episodios, es un recorrido por la vida y la obra de este prócer del fútbol argentino -único entrenador de la selección nacional que llegó a dos finales de la Copa del Mundo-, a través del testimonio de amigos, familiares y rivales.
Además, la docuserie cuenta con imágenes de archivo de la trayectoria del “Narigón”, algunas inéditas, y otras más conocidas. En muchas de ellas se condensan sus numerosas anécdotas. Y sus inolvidables dichos.
Precisamente, en el trailer del documental aparece el momento en que el entrenador, que hoy cuenta con 83 años, dice una de sus frases más recordadas por sus fanáticos, y por el mundo del futbol en general. La misma se remota a cuando el DT se encontraba en el banco del club español Sevilla. En medio de un partido le gritó con vehemencia al masajista de su equipo, que estaba en el campo de juego: “¡Los de colorado son nuestros! ¡Los de colorado son los nuestros!”.
Patada de Maradona y locura de Bilardo
La memorable escena ocurrió el 6 de febrero de 1993, cuando el Sevilla, el club que dirigía el doctor Bilardo en ese momento, visitaba al Deportivo de La Coruña en el estadio municipal de Riazor.
Vale añadir, para el sustento de la anécdota, que en esa jornada futbolística -la número 21 del campeonato 92/93 de la liga española- los jugadores sevillanos llevaban la casaca colorada (el equipo usaba en muchos encuentros una camiseta blanca).
El partido era intenso y caliente porque, por un lado, el Deportivo de La Coruña, con Fran González y el brasileño Bebeto en niveles superlativos, lideraba a esas alturas el torneo. Y por el otro, porque un equipo como ese Sevilla, con Bilardo en el banco, y nada menos que Diego Maradona y el Cholo Simeone en el campo de juego, disputaba cada encuentro como si fuese el último.
Dominaba las acciones “el Depor” cuando sucedió el incidente que haría desplegar a Bilardo una serie de dichos que nunca más se olvidarían. Fue cuando en una jugada en el centro del campo de juego, Maradona intentó alcanzar el balón que iba en el aire con su pierna derecha, pero en lugar de la pelota, su botín impactó en el rostro del defensor del conjunto gallego, Alberto Albístegui.
Luego de la acción, ambos jugadores quedaron por un momento en el piso, y fue allí cuando ingresó a la cancha Domingo Pérez, el fisioterapeuta de Sevilla, con la primigenia intención de atender al astro argentino. Pero al llegar al lugar del choque de los futbolistas, Pérez vio que Diego estaba recuperado y, en cambio, descubrió que Albístegui tenía el rostro ensangrentado por el golpe. Entonces, decidió atenderlo.
La atención al rival que realizó el masajista del conjunto sevillano volvió prácticamente loco a Bilardo que, mirando su accionar desde el banco de suplentes, se paró y comenzó a gritar y a moverse de un lado para el otro, de manera descontrolada.
“Los de colorado son los nuestros”
El DT argentino tuvo en ese entonces la mala fortuna de que hacía poco tiempo había un programa español de televisión, en Canal+, llamado El día después, que había comenzado a enfocar sus cámaras hacia lugares donde no solían posarse anteriormente.
Así, la sección llamada Lo que el ojo no ve captó aquella tarde cada una de las frases y gestos del Narigón, que quedaron para siempre en la historia, y aún hoy tienen récord de reproducciones en YouTube.
Entonces, las imágenes muestran a un doctor Bilardo que, al notar lo que está haciendo el masajista de Sevilla, empezó a gritarle: “Domingo, Domingo, a Diego, a Diego”. Desesperado con la actitud del fisioterapeuta, el DT se levantó del banco, se acercó a la línea de cal, y volvió a gritar: “Domingo, Domingo”. Luego, miró hacia el cielo, al banco y dijo, incrédulo: “En vez de agarrar a Diego agarra al otro”.
Entonces, el Doctor volvió a sentarse en el banco, se tomó la cara y gesticuló mientras repetía: “Me quiero morir”. Unos segundos más tarde, se volvió a parar y, otra vez cerca de la línea, exclamó su legendaria frase de impronta bilardiana: “Domingo... ¡Los de colorado son nuestros! ¡Los de colorado son los nuestros!”.
Más adelante, cuando el tan mentado Domingo retornó al banco de suplentes y se sentó al lado del DT, el técnico argentino lo miró y le dijo otro de sus dichos que quedaron en la historia: “¿Cómo vas a atender al otro? Qué carajo me importa el otro. ¡Pisalo! ¡Pisalo!”.
El recuerdo de los protagonistas
Al recordar aquel momento en 2015 en el diario deportivo español Marca, el director técnico campeón del mundo con Argentina explicó: “Me acuerdo bien. En el fútbol, como en el periodismo, no podés dar ventaja. Si un periódico rival le quita una exclusiva, su director lo llama a los cinco minutos: ‘¿Qué está haciendo ahí?’ muchacho?’. Pues en el fútbol es igual. No hay que regalar nada”.
Por su parte, unos años más tarde de aquella jornada de febrero de 1993, en una entrevista para el periódico La voz de Galicia, el propio Domingo Pérez contó su versión de los hechos y le restó importancia a las expresiones del técnico del Sevilla. Dijo entonces que él llegó al lugar del choque para atender a Maradona, pero cuando se acercó, Diego estaba bien, pero el jugador de ‘El Depor’ sangraba. “Ni lo pensé. Lógicamente, me puse a echarle una mano mientras llegaban las asistencias de su equipo”, expresó el masajista.
“Cuando vi que el chico (Albístegui) ya estaba siendo atendido, me volví al banco y fue cuando me di cuenta de la que estaba montando Carlos (Bilardo). Pero no me sorprendió para nada. A quien lo conozca no puede sorprenderle que reaccione así. De hecho, si ves las imágenes, primero le explico que estaba sangrando y luego ya me quedo sentado tranquilo, a su lado, mientras él sigue gritando. Ni me inmuto”, relató entonces Pérez.
Para añadir una anécdota más del exDT de Estudiantes de La Plata y la selección argentina, que puede cerrar esta historia, se debe contar que en los sucesivos partidos del Sevilla luego de la visita a La Coruña, Bilardo encontró una manera particular para evitar que la televisión volviera a mostrarlo en el banco de suplentes. Cada vez que una cámara lo apuntaba, él levantaba un papel con una publicidad (en general, la de la compañía aérea Iberia), para que el camarógrafo tuviera que desviar su foco.
En definitiva, pocos recordarán que el resultado del juego entre andaluces y gallegos fue en favor del Deportivo de La Coruña, que venció a su rival por dos a cero, con goles de Adolfo Aldana y Fran González. Pero lo que no pudo olvidar desde aquel día ningún bilardista de ley fue la exasperada reacción del DT argentino al ver el accionar de su masajista, ni aquella frase, escrita ya en los anales del fútbol: “Los de colorado son nuestros”.
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